Cómo cambia la vida. Hace justo seis meses Aizarnazabal era noticia por uno de los asesinatos más cruentos de la historia reciente de Gipuzkoa y ... hoy solo se habla de que Shakira y Piqué estuvieron el pasado fin de semana en la localidad «de turisteo». Cazó a la pareja la donostiarra Ana Galarraga en el peaje de Arrona, barrera que un servidor atraviesa todos los días. En pleno sopapo judicial contra el peaje para camiones no hay mejor campaña para la Diputación que la foto de la pareja de celebrities pagando el canon correspondiente con una sonrisa y con el rótulo de Bidegi de fondo. Yo no dudaría, desde aquí los nombro candidatos al 'Abiatu' de oro, y que Aintzane Oiarbide diseñe una campaña con el lema 'ellos lo hacen, vosotros también', dirigida a los transportistas que han conseguido que la justicia anule el peaje de la N-I.
Bromas aparte, en el movimiento del famoseo viajero se va notando la vuelta a la normalidad casi prepandemia. En apenas dos semanas han pasado de visita por Gipuzkoa un subcampeón del mundo de Fórmula 1 (Valtteri Bottas), una de las parejas más perseguidas por los paparazzis del país (Pedroche y Muñoz), el antiguo '7' de España (Raúl González), y ahora la reina del 'Waka-Waka' y uno de los mejores futbolistas del mundo. La caída del estado de alarma ha aumentado la afluencia de famosos hasta nuestras costas en lo que apunta a convertirse en un verano de 'Gipuzkoa exclusiva'. Ya es hora de que valoremos que hemos disfrutado de un cierre perimetral en un entorno idílico con playa, montaña, buenos productos y calidad de vida. Al final recordaremos que este encierro no estuvo tan mal.
De momento, los famosos tienen suerte. Muchos hemos renunciado a conocer al que viene de frente si porta mascarilla. Si sospechamos de quien nos saluda cuando no esperamos que nadie nos salude, como para adivinar que detrás de un protector de tela camina un famoso mundialmente conocido y con millones de seguidores en Instagram. Pero parece que a partir de julio la cosa puede cambiar si se confirman las previsiones de Fernando Simón: las mascarillas no serán obligatorias en todo momento en espacios abiertos. Un gran respiro, nunca mejor dicho.
Tiene pinta de que esa intención se acabará cumpliendo, en línea con la ultima tendencia de hacer lo contrario a lo que desea hacer el lehendakari Urkullu (aunque esta vez todo entra dentro de la legalidad): que pide prorrogar el estado de alarma, pues fin de la excepcionalidad; que la Eurocopa se puede celebrar en Bilbao sin público, pues la UEFA dice que a Sevilla; que la tendencia de la pandemia se ha estancado y hay que ser prudentes, pues el LABI acuerda que es momento de ampliar el horario de los bares hasta las 00.00. Por tanto, si el lehendakari considera que todavía «queda mucho tiempo» por delante con la mascarilla como complemento indispensable en cualquier espacio, la resolución parece clara...
Nos daremos cuenta que el encierro en Gipuzkoa no estuvo tan mal, y así lo ven también los visitantes
El lehendakari quería una prórroga del estado de alarma y pasó lo que pasó; ahora dice que se mantendrá la mascarilla
Hace dos meses se defendía a capa y espada que el objetivo era situar la incidencia acumulada por debajo de los 60 casos para relajar las medidas. Sin llegar a bajar de los 200, los bares reabrirán desde hoy hasta medianoche. Quizá es un buen momento para comprobar si realmente son las tabernas las responsables de la mala evolución de la pandemia en octubre, en noviembre, en diciembre, en enero, en febrero, en marzo, en abril y en mayo. A estas alturas yo, al menos, lo dudo mucho. Tampoco soy de los que, en el bando opuesto, defienden a pies juntillas que los puestos de trabajo son el principal foco de contagio del virus. Una pandemia tan impredecible y un virus con tantas mutaciones presenta múltiples variables que no alcanzamos a controlar. La primera, los asintomáticos, punto de partida de la expansión incontrolable en cada ola.
Pero ya viene siendo hora de comenzar a plegar las velas de la cuarta ola. Las vacunas iluminan de forma decidida el camino, comenzamos a estrenar la playa aunque alguna vez nos sorprenda una tormenta y en breve podremos saber a ciencia cierta si el que está enfrente nos sonríe con ganas.
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