«Llegué sin trabajo y ahora llevo un negocio sin relevo que iba a cerrar por jubilación»
El Plan de Empleo de Cruz Roja cumple 25 años de apoyo a personas en su formación, búsqueda de trabajo o recorrido laboral, como a Norexis Orellanas
Norexis Orellanas llegó a Euskadi desde Venezuela hace siete años junto a su familia como solicitantes de asilo, buscando una vida mejor. Una mujer trabajadora y con amplia experiencia, tal y como refleja su extenso currículum, que tuvo que empezar de cero tras haber sido destinada al territorio. «La mejor decisión no tomada», sonríe contenta. Su esfuerzo le ha permitido exprimir al máximo sus habilidades y transformar su futuro laboral. En este recorrido, el Plan de Empleo de Cruz Roja en Euskadi ha sido un aliado clave. Celebrando ahora 25 años, el programa ha acompañado a más de 44.000 personas, formado a cerca de 24.000 y facilitado más de 9.000 contratos, ofreciendo orientación, formación e intermediación laboral a aquellos con dificultades para acceder al empleo, sin importar su formación, experiencia -o la falta de ella- o su procedencia.
Norexis estudió Ingeniería y Computación en su Venezuela natal y trabajó como docente durante más de diez años. A la vez «trabajaba como administrativa en un centro de salud local y llevaba un negocio propio», enumera. Un perfil académicamente nutrido y con experiencia en diferentes sectores. A pesar de ello, en cuanto llegó a Euskadi y recibió el permiso de trabajo, lo primero que hizo la venezolana fue «investigar e informarme sobre las diferentes opciones u organismos que ofrecían servicios de orientación para el empleo, porque para mí venir aquí significó comenzar desde cero, en todos los sentidos», recuerda.
Con la idea de «tener la mente ocupada» mientras afrontaba un gran cambio y una nueva vida, Norexis se apuntó al Plan de Empleo de Cruz Roja, donde cursó una formación de Comercio a la vez que realizaba pequeños talleres que se centraban en desarrollar otras competencias. «Cómo elaborar un buen currículum que destaque ante otros, cómo prepararte para una entrevista de trabajo, cómo navegar en los portales de empleo...». Ese proceso de integración coincidió con plena pandemia de Covid-19, por lo que «todo era online. Por un lado tenía sus ventajas, porque las clases estaban grabadas y podíamos volver a verlas en caso de necesitarlo», señala. Pero al mismo tiempo que se formaba dentro del Plan de Empleo de Cruz Roja, «comencé a trabajar en lo que iba saliendo». Durante años «estuve trabajando en el sector de la limpieza, en supermercados, gasolineras...». Trabajos que, como recalca, «siempre te aportan cosas nuevas. Me gusta tomarme cada experiencia como un aprendizaje. En estos empleos trabajé mucho de cara al público, una competencia indispensable para muchos otros oficios y sectores».
Ganas y constancia
Con los talleres de orientación al empleo la venezolana pudo «exprimir al máximo mi experiencia laboral». Aprendió que «tenía que sintetizar mi currículum y dar importancia a todas las habilidades que había ido adquiriendo con el paso de los años en los distintos puestos de trabajo que había realizado, más que hacer un listado de estos puestos», ejemplifica. No solo eso.
El Plan de Empleo cuenta con una gran red de casi 5.000 empresas colaboradoras donde poder realizar prácticas, «algo muy importante en este proceso, para que te pongan cara y conozcas el trabajo de primera mano». También con una bolsa de trabajo, por lo que «en cuanto surge una oportunidad de empleo que se ajusta a tus necesidades y tus habilidades, los orientadores de Cruz Roja te avisan por si estuvieras interesado», agradece. Aunque hace unos meses llegó la oportunidad definitiva. «Un negocio de Hernani iba a cerrar por jubilación y no había quién lo gestionara, por lo que, con mediación del Ayuntamiento, pasé a convertirme en socia y trabajadora», explica contenta.
Se trata de una empresa de más de 45 años de experiencia en el sector de las chimeneas. «He apostado de lleno. Antes, quizás, no me hubiera atrevido con una oportunidad de negocio como esta, pero con todas las herramientas que he ido recibiendo en los talleres de orientación al empleo me sentí más segura de hacerlo». Y es que «cuando emigras tu prioridad es trabajar, y parece que solo hay tres tipos de trabajo que podemos hacer al ser mujeres. Rompemos con ese prejuicio para que se nos tenga en cuenta en otros sectores», reivindica.
Como ella bien describe, «me faltan horas en el día para hacer todo lo que me gustaría hacer», pues «me encanta estudiar. Me matriculé en una nueva carrera, ahora estoy haciendo una Formación Profesional por las tardes cuando salgo de trabajar...». Por todo esto, Norexis lamenta que «mucha gente dice que no puede trabajar o no puede seguir formándose por falta de tiempo. He compaginado los estudios con trabajo, prácticas... Todo es cuestión de ponerse. Creo que si fallan las ganas, queda la constancia», anima.
«Abierto a todos los perfiles»
El de Norexis Orellanas es uno de los más de 44.000 casos de personas que han sido acompañadas laboralmente por el Plan de Empleo de Cruz Roja. Teresa Romero, responsable de empleo de la asociación en Euskadi, explica que «el modelo se adapta a las necesidades sociales y del mercado». En el año 2000, cuando arrancó el Plan de Empleo, este se centraba sobre todo en la lucha contra la discriminación, con la ayuda del Fondo Social Europeo. Con la crisis económica de 2008, «se amplió el apoyo a mujeres alejadas del mercado laboral y a colectivos con serias dificultades de inserción».
Más adelante, otro de los retos que se detectó fue el del desempleo juvenil. «Se pusieron en marcha proyectos innovadores, con una elevada tasa de inserción, y se amplió la atención a personas solicitantes de asilo y protección internacional». Fue por esas fechas cuando «se comenzó a reforzar los programas de competencias digitales», poco tiempo antes de irrumpir el Covid-19. «Todo pasó a ser telemático. Entregamos tablets para que la formación pasara a hacerse de manera digital y acompañamos de manera online en la búsqueda de empleo», recuerda Romero. ¿Y ahora? «El reto es seguir adaptándonos para hacer frente al envejecimiento de la población, la integración de las personas migrantes, la digitalización, la transición ecológica y la lucha contra la pobreza laboral». Todo esto buscando «ofrecer ayuda a cualquier persona que esté buscando empleo. A cualquier persona», subrayan desde Cruz Roja.