Un equipo de la UPV busca una vacuna para la malaria de la mano de Patarroyo
Confían en que el preparado esté listo en los próximos meses para que comience a probarse este mismo año
La vacuna contra la malaria de Manuel Elkin Patarroyo tendrá sello vasco y estará lista para ser probada en humanos en los próximos meses. Un ... equipo de la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) liderado por el catedrático José Luis Pedraz colabora en su desarrollo al encargarse de transformar en un medicamento inyectable el nuevo preparado diseñado por el investigador colombiano. El diseño de un fármaco protector contra el paludismo se ha convertido en uno de los mayores desafíos de la ciencia, por tratarse de un parásito endiablado, que cambia permanentemente de aspecto, en función del lugar en que habite. Patarroyo, que a punto estuvo de conseguirlo en la década de los noventa, asegura disponer de un medicamento perfeccionado con una eficacia cercana al 95%.
Su nueva vacuna parece ser capaz de provocar una fuerte respuesta inmunitaria frente a un elevado número de variantes genéticas y cepas del 'Plasmodium', el parásito causante de la infección. Según detalló Pedraz, los trabajos realizados con animales han ofrecido resultados de éxito muy elevados -ese 95% de respuesta inmunitaria- que podrían verse mejorados con el encapsulado que se le haga en la Facultad de Farmacia de Euskadi. «Trabajamos con técnicas de 'micro' y 'nanoencapsulación', que permiten una mejor dosificación del medicamento», explicó a este periódico el especialista, investigador principal del grupo Nanobiocel, adscrito a la red investigadora del Instituto de Salud Carlos III.
El médico colombiano, admirador desde la infancia del microbiólogo francés Louis Pasteur, tiene a gala ser el autor del primer prototipo de vacuna contra la enfermedad, que donó en 1993 a la Organización Mundial de la Salud. La Universidad del País Vasco ya participó en aquel primer ensayo, que logró una cobertura del 30% al 40%. El salto dado, teniéndose en cuenta que se partía de cero, resultó impresionante, pero insuficiente, por escaso, para llevar a cabo una vacunación masiva.
Se diagnostican cada vez más casos de viajeros procedentes de zonas endémicas
«Sabemos en qué fallamos»
«Estuvimos muy cerca desde el punto de vista de una vacuna clínicamente bien hecha. Pero fallamos y ahora sabemos por qué», explica Patarroyo. Al prototipo le faltaban «muchos más fragmentos, muchos más componentes para lograr una inmunidad próxima al cien por cien; y en esto es en lo que estamos trabajando», detalla el médico colombiano.
La descripción en 2002 de los genomas del mosquito anofeles, que transmite la infección, y del parásito 'Plasmodium' que la desencadena llevaron a soñar con la posibilidad de un remedio eficaz contra una enfermedad que se lleva cada año entre uno y tres millones de vidas. La misión no resultó fácil.
En España se diagnostican cada vez más casos, entre 400 y 600 al año, al haberse convertido en una patología importada por viajeros procedentes de zonas endémicas. La cifra crece sin parar. La enfermedad se contrae cuando un mosquito de la familia de los anofeles portador del parásito pica a una persona.
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