«Si le dedicas tiempo, tiene recompensa»

El errenteriarra Eneko Apaolaza se ha llevado la medalla de oro en Gipuzkoa. Estudiante en el centro Oiartzo Batxilergo Ikastola, reconoce estar «muy feliz y muy a gusto» tras haber logrado superar la prueba de Selectividad con un 9,82 sobre 10, la nota más alta en todo el territorio. Parte de la proeza se debió a la calma con la que la afrontó. «No necesitaba una nota demasiado alta», apunta. Tenía claro desde un primer momento que quería cursar la carrera de Filología Vasca en la facultad de Vitoria y, aunque la nota de corte no demandara la excelencia, le dedicó todo su esfuerzo para tratar de hacer la prueba «lo mejor posible».

Su éxito se debe a la planificación que ha seguido durante los últimos dos años y tener un buen balance entre las horas de estudio y el tiempo libre. Las últimas semanas han sido de clavar los codos en el escritorio de casa, pero también ha tenido tiempo para asistir a clases extraescolares de música e inglés o para disfrutar de sus paseos por el monte. Casi igual de necesarios como las horas de estudio. «No todo va a ser estudiar, también necesito descansar. Si no, me volvería loco», asegura. Ahora, una vez con el trabajo hecho, la mente de Eneko está lejos de los apuntes y libros, y sólo piensa en divertirse en estos meses de verano. «Tengo un viaje de fin de curso a Países Bajos, un viaje a Bélgica con mi grupo de Euskal Dantza, planes con la familia… Va a ser un verano de máxima celebración».

En el podio de mejores clasificaciones de Gipuzkoa, Aiora Gaztañaga ocupa la segunda plaza. Su 9,75 sobre 10 ha sido el fruto del «tiempo y esfuerzo que le he dedicado a los estudios este último curso de bachillerato». Rozar la matrícula de honor no ha sido algo sencillo, pero gracias a asignaturas como matemáticas y química, que son las que «más he disfrutado» y «menos me ha costado estudiar», ha podido cumplir con su objetivo. «Son las dos materias que mejor entiendo, por lo que soy capaz de dar lo mejor de mí».

El resto de contenido ha requerido de más esfuerzo, pero «si le dedicas mucho tiempo a algo, se ve reflejado en los resultados. Tiene su recompensa». Sin lugar a dudas, se ha ganado el derecho a disfrutar del verano, pero Aiora aún tiene trabajo por hacer. «Todavía tengo dudas entre las carreras de Medicina y la de Enfermería». Parece que necesitará de tiempo para tomar una decisión, porque una vez tomada comenzará la tarea de encontrar piso. «Depende de la carrera que elija me iré a Bilbao o a Barcelona a estudiar», señala.

Cuando una de tus metas como estudiante es tener una buena nota en el examen de Selectividad y consigues la tercera marca más alta, se puede considerar que has conseguido el objetivo. Es el caso de Josu García, donostiarra y estudiante del colegio Jesuitas, que se ha quedado a sólo una centésima de la medalla de plata. «Cuando he visto las notas finales me he quitado un gran peso de encima. ¡Un 9,74!», reconoce. «Llevo desde bachillerato preparándome y organizándome». La constancia ha sido una de las claves para conseguir ese resultado. Después de sus entrenamientos de baloncesto, Josu llegaba a casa y se ponía a estudiar «desde las 18.30 hasta las 23.00 horas», con un pequeño parón de por medio para cenar. «La persistencia durante el curso es muy importante a la hora de preparar un examen así de importante».

Josu tiene muy claro el camino profesional que quiere seguir. El próximo mes de septiembre iniciará la carrera de Física en la Universidad Complutense de Madrid, aunque su cabeza ya está pensando en qué hará después de esos cuatro años. «He empezado a mirar diferentes másteres y doctorados relacionados con el Universo y la Física Cuántica. Mi sueño es dejar huella en el mundo de la ciencia», subraya.