Las primeras reacciones al primer articulado de la futura Ley educativa se mueven entre el desacuerdo y la prudencia / EFE

Kontseilua cree que el anteproyecto «no hace una apuesta clara por euskaldunizar» a las nuevas generaciones

Las primeras reacciones al primer articulado de la futura Ley educativa se mueven entre el desacuerdo y la prudencia

Verónica Melo y xabier garmendia

Miércoles, 14 de septiembre 2022, 13:20

El consejo de la lengua vasca, Kontseilua, considera que el anteproyecto de Ley de educación vasca publicado hoy se queda corto en cuanto al euskera se refiere ya que, según afirman en un comunicado, «no hace una apuesta clara por euskaldunizar a las nuevas generaciones».

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Kontseilua considera que el perfil de salida lingüístico es «adecuado» pero ve «necesario definir el modelo lingüístico del sistema educativo». En este sentido, Paul Bilbao, secretario General del consejo pide que se concrete este aspecto. «Estamos solicitando desde el principio esta concreción, es decir, que se establezca el modelo lingüístico», ha comentado.

«Lamentablemente, el modelo inclusivo generalizado no se recoge explícitamente en la ley. Por el contrario recoge en todo momento el marco plurilingüe, quedando de este modo demasiado difuso», ha dicho Bilbao.

Por su parte, el conjunto de la comunidad educativa se encuentra analizando las 74 páginas del anteproyecto de Ley que hoy se ha publicado en el boletín oficial del País Vasco y en el que se articula cómo será el futuro sistema vasco educativo. Se abre ahora un mes para que los agentes presenten sus aportaciones al texto antes de que se lleve a votación de manera definitiva al Parlamento para su votación.

En este sentido, Ikoiz Arrese de EH Bildu ha manifestado que su grupo hará «las aportaciones necesarias para dar pie a la transformación que nuestro sistema necesita». A lo que ha añadido que «propiciaremos la participación en todo el proceso parlamentario de la comunidad educativa.

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Desde la confederación de Ikastolas y la red de Kristau Eskola comentan que están ahora mismo analizando el documento. Se espera que los primeros den a conocer su opinión mañana mientras que los segundos se acogen al mes de plazo debido al volumen del contenido a valorar, según fuentes de los centros religiosos.

Para el sindicato ELA el anteproyecto «mantendrá el actual modelo educativo». Señala que a pesar de que el Gobierno Vasco no ha querido la contar con la participación de este sindicato, «está dispuesto a dialogar para hacer frente a la segregación, para consensuar una Ley de Educación que garantice unas condiciones de trabajo adecuadas o la euskaldunización del alumnado», apunta en un comunicado. Y añade que «el anteproyecto no recoge estos objetivos».

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Podemos tacha de «humo»

Por su parte, Elkarrekin Podemos-IU habla ya abiertamente de oponerse a la futura ley autonómica, cuyo anteproyecto ha sido publicado este miércoles en el Boletín Oficial, ante los «incumplimientos» del Gobierno vasco en el desarrollo del pacto sellado en abril. La coalición morada, que lleva meses denunciando las actuaciones del departamento de Jokin Bildarratz «en contra del espíritu» de aquel texto, eleva ahora su órdago frente a un borrador que tacha de «humo».

La nueva ley educativa es una de las principales tareas pendientes de la política vasca, particularmente de Iñigo Urkullu, que lleva tres mandatos prometiendo una reforma en su agenda legislativa. PNV, EH Bildu, PSE-EE y Elkarrekin Podemos-IU, que suman 68 de los 75 escaños en el Parlamento vasco, lograron en primavera un entendimiento de mínimos que planteaba «priorizar» el euskera en las aulas, eliminar el pago de cuotas en la escuela concertada (casi la mitad de los alumnos estudian en estos centros) y reducir la segregación escolar. En este último punto fue en el que más incidió la alianza de Podemos y Ezker Anitza-IU.

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Desde la firma de aquel acuerdo «histórico», la coalición de izquierdas, que aporta el peso de seis escaños, viene torciendo el morro ante las decisiones de Educación, sobre todo en el desarrollo normativo. Primero fue una resolución en la que se firmaba un convenio con Google para el uso de sus servicios y en la que Elkarrekin Podemos-IU veía en riesgo la «privacidad» del alumnado. Después llegó el decreto de planificación, en el que los morados no apreciaron el perseguido protagonismo de la red pública. Esas dos decisiones motivaron en junio la primera reunión de la comisión de seguimiento del pacto, que no estaba prevista hasta la vuelta de vacaciones.

Pero ahí no acabaron los «incumplimientos», recogidos por la formación en un dosier repartido este miércoles a los medios. A finales de junio también se dio a conocer la orden para la renovación de los conciertos educativos «sin las condiciones y criterios que deben cumplir» los centros privados. En pleno verano, se publicó otra orden en la que Podemos e IU tampoco apreciaron cómo se va a priorizar la escuela pública. En definitiva, una serie de actuaciones que no han gustado y que han tenido la puntilla con la publicación del anteproyecto en el BOPV. Un texto, en todo caso, al que la coalición pudo acceder ya en agosto a través del Gobierno vasco.

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En ese texto, que todavía debe ser aprobado en Consejo de Gobierno y tramitado en el Parlamento, la alianza liderada por Miren Gorrotxategi no encuentra algunos de los planteamientos acordados con PNV, EH Bildu y PSE-EE. «No hay una sola medida con criterios contra la segregación escolar, no hay un reconocimiento de la prioridad de la red pública, no se habla de la gratuidad de las haurreskolas...», ha enumerado la propia portavoz parlamentaria. La permanencia de la coalición morada en el acuerdo está en serio riesgo, aunque la dirigente morada ha abogado por tratar de reorientar la futura ley en la fase de enmiendas.

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