«Vuelvo feliz a clase, con ganas de conocer a nuevos compañeros y profesores»
Miles de alumnos guipuzcoanos han regresado este lunes a los centros escolares
Lunes y día lluvioso, pero la ilusión predomina en el regreso de los estudiantes a los centros escolares después de un verano que, según a ... quién se le pregunte, ha sido más o menos largo.
Publicidad
La entrada a clase en Amara Berri era a las 9.00, pero varios grupos de familias estaban esperando ya desde media hora antes en la plaza Ferrerías de la capital guipuzcoana. Lucas Álvarez, que estaba a 30 minutos de empezar 4º de Lehen Hezkuntza (Primaria), transmitía que «me he levantado con ganas, estoy muy feliz de llegar al colegio. Me lo he pasado muy bien en verano y he podido encontrarme con varios amigos porque he bajado al parque, pero espero que podamos seguir jugando en el patio». Pero además de ello, no ocultaba que «quiero hacer deberes y aprender mucho».
Pero la ilusión y nerviosismo eran más palpables incluso en los padres. «No ha costado levantarse», expresaba Elene Sulamanidze, «todos nos hemos levantado con ganas porque empiezan una nueva etapa, comienzan Primaria», dice en referencia a sus dos hijas, Natali y Nana, de 6 años. «Nos va a costar un poco porque nos hemos acostumbrado al horario de verano», y las dos pequeñas asentían y aseguraban en euskera que estaban felices por volver a clase.
Unai Pérez, de 11 años y a punto de empezar 6º de LH, tenía «un poco de ganas» por empezar y se ha despertado a las 7.30 horas con ganas de «conocer a nuevos compañeros y profesores». Antes, ha metido en la mochila «el estuche, una carpeta y el hamaiketako, unas nueces».
Publicidad
Julen Perona, también de 11 años y en sexto de Primaria, tenía tantas ganas por reencontrarse con sus compañeros que no se escondía de las cámaras y los micrófonos. Aseguraba que «el verano ha sido corto, y no tenía muchas ganas de volver, me da un poco de pereza. Claro que quiero estar con los amigos, pero...», dejaba caer. Sin embargo, no ocultaba que «la asignatura preferida son las matemáticas, siempre me han gustado». En la mochila ha metido el libro de matemática y el de euskera. Su hermana Udane, que empezaba 3º, afirmaba mientras Julen se marchaba corriendo a saludar a un amigo que «no tengo ganas de volver, me da mucha pereza», aunque también admitía que «seguro que luego se me quita».
«Es más fácil si no tienes que luchar para que se levanten»
José Luis González Pernía aseguraba que «con el día a día del trabajo no ha costado mucho levantarse, ellas tenían mucha ilusión», contaba con Alaia, de 9 años, delante mientras la segunda estaba ya en la puerta ansiosa por entrar. «La adaptación es más fácil si no tienes que luchar para que se despierten y levanten, y aunque terminaron ayer las vacaciones estaban felices por empezar, vienen muy a gusto a este centro». Su hija expresaba que la ilusión respondía al «reencuentro con mis amigas», aunque también afirmaba que «solo me gusta el primer día, luego veremos».
Publicidad
Sara Mujika, madre que acompañaba a su hija de 10 años a la vuelta a clase, expresaba que «están muy nerviosas, han dormido muy poco pensando que tenían que volver a clase y como ha habido cambios con nuevos compañeros y profesores, pues los nervios han ido a más». Añadía que «el nerviosismo respondía a la ilusión, porque para ellos es muy importante saber con quién se van a juntar, qué profesores van a tener... Los cambios siempre producen nerviosismo», hasta el punto de decir con humor que «en la mochila hemos metido el hamaiketako, algún juego para el recreo y también hemos metido todos los nervios». Por eso mismo, «ha costado mucho levantarles, ha costado mucho el desayuno, elegir la ropa porque hasta ahora ha hecho buen tiempo... Todo ha sido a ritmo tortuga».
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión