Euskadi acoge a 8.000 alumnos de 97 nacionalidades diferentes con el curso empezado
Educación afronta «el reto» de la integración de estos jóvenes inscritos fuera del plazo ordinario y que son 2.500 más que en 2022, en un sistema cada vez más diverso
Alrededor de 8.000 alumnos han llegado a las aulas del sistema educativo vasco con el curso ya empezado durante el año lectivo 24/25. ... Estos niños llegan a los colegios guipuzcoanos, vizcaínos o alaveses gracias a la matrícula viva, o lo que es lo mismo, el periodo de inscripción escolar que el Departamento vasco de Educación mantiene abierto durante los 10 meses lectivos para acoger a aquellos jóvenes que llegan al País Vasco cuando el plazo ordinario de matriculación académica ya ha cerrado.
La complejidad de las aulas de los colegios de Euskadi es, año a año, más palpable. «Durante este curso han llegado a nuestros centros educativos jóvenes de 97 nacionalidades diferentes», apuntan a este periódico desde el Departamento vasco de Educación, donde observan esta creciente presencia de alumnado extranjero -u origen foráneo- «como una gran oportunidad; nunca como una amenaza. Esta es la realidad social de Euskadi a día de hoy, y la misión de nuestro sistema educativo es la de recibirles con los brazos abiertos». Son niños de familias que, en su gran mayoría, proceden de países de América del Sur y África, como Ecuador, Colombia, Honduras, Venezuela, Marruecos, Argelia o Nigeria, entre otras naciones.
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«Somos más diversos que nunca», ha expresado en multitud de ocasiones la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, y lo vamos a ser «más aún», vaticinan desde su departamento, donde admiten que «esta es la perspectiva que tenemos como sociedad debido a los movimientos migratorios y a la bajada de la natalidad». Una vez que las familias de estos niños piden ser escolarizados en el País Vasco, entran en juego las comisiones de escolarización, que son quienes deciden «en función de diversos criterios» a dónde van a estudiar estos menores. Se analiza dónde viven, cuáles son sus edades, cuáles son los recursos de sus familias, si los colegios de sus áreas de influencia son ya de alta complejidad, etc.
Los niños llegan de países como Colombia, Venezuela, Marruecos, Nigeria u Honduras
Los más de 8.000 alumnos que han llegado a los centros educativos vascos con el curso ya empezado suponen una de las cifras más altas jamás registradas. Atendiendo a la evolución de los últimos años, el crecimiento en el último lustro del perfil de este alumnado ha sido imparable. En el curso 21/22 fueron 5.782, en el 22/23, 6.461, y en el último con los datos oficiales y hechos públicos por el Departamento de Educación, el 23/24, fueron 7.881. En el curso que acaba de terminar los primeros datos apuntan a que la cifra ronda los 8.000. Así, las cifras llevan a la conclusión de que las aulas vascas han acogido desde 2021 a unos 28.000 menores matriculados fuera del plazo ordinario de admisión, de los cuales tres de cada cuatro son de origen extranjero, tal y como se pudo saber a través de una información del Gobierno Vasco compartida recientemente en el Parlamento vasco.
Plazas para los vulnerables
El mecanismo de la llamada matrícula viva se activó a partir del curso 23/24, tras las modificaciones que efectuó el Departamento de Educación en el proceso de matriculación en 2023, meses antes de aprobar la nueva Ley vasca de Educación. Así, en cada colegio se dejan plazas libres que se destinan a la incorporación de escolares que van matriculándose a lo largo del curso. Dejar plazas vacantes en cada uno de los centros, recalcan desde Educación, «asegura un reparto equitativo de estos alumnos en los diferentes centros y se evita que se concentren en unos pocos colegios».
Es innegable que las aulas vascas han experimentado una palpable revolución morfológica en las dos últimas décadas, atendiendo al perfil de los alumnos que las componen. El cada vez mayor peso del colectivo extranjero en las calles del País Vasco ha calado hondo en el sistema educativo de Euskadi, en el que la presencia del alumnado migrante u origen migrante se ha disparado en los últimos años -más del 15% no son autóctonos-, especialmente en los colegios de la red pública, que es la que acoge en su mayoría a este colectivo de menores.
El 42% de los colegios públicos desarrolla medidas concretas para integrarles en clase
La presencia del alumnado extranjero en las aulas vascas ha crecido de manera notoria. El salto más grande se ha dado en Educación Infantil (0-6 años), donde han pasado de ser 1.601 niños de origen migrante en 2015 a los 11.095 de 2023, atendiendo a los últimos datos oficiales publicados por la consejería que lidera Begoña Pedrosa. Es una subida porcentual muy exagerada que ronda el 700%. Esta destacada subida contrasta, además, con la drástica bajada de niños autóctonos en la etapa Infantil en el mismo periodo de tiempo, pasando de los 78.347 en 2015 a los 57.793 en el curso 22/23.
El contexto familiar, clave
Como ha reconocido la propia consejera, Begoña Pedrosa, en varias ocasiones, «uno de los grandes desafíos del Gobierno Vasco» es garantizar una inclusión, a nivel educativo y social, amable y de calidad para todos los recién llegados. Siendo este uno de los grandes objetivos del Departamento de Educación, según datos del área que dirige Pedrosa «el 42,7% de los colegios de la red pública ha establecido líneas, prioridades y procedimientos de enseñanza del euskera con el alumnado recién llegado, así como el proceso de integración con sus compañeros en las aulas». Además, en el 41,9% de los colegios públicos «también tienen como prioridad dar a conocer y desarrollar la cultura vasca» y en el 37,2% «se han dado ya los primeros pasos para su integración curricular».
Educación vaticina que «la diversidad va a ir en aumento» por la bajada de la natalidad
Con todo, y tal y como reflejó la propia consejería en el 'Plan Estratégico para la Transformación de la Escuela Pública Vasca 2025-2028', aún hay mucho trabajo que hacer, ya que, en el ámbito lectivo «existe una brecha en los resultados obtenidos en la competencia lingüística en euskera, castellano e inglés entre el alumnado nativo y el de origen extranjero». Del mismo modo, apuntaban que «la situación económica de las familias parece que también condiciona -esos resultados-».
Desde Educación, igualmente, insisten en la importancia de elaborar «un diagnóstico lingüístico previo de las familias del alumnado de cada centro y de otros agentes comunicativos» para fortalecer los proyectos lingüísticos, «pero esa práctica parece poco extendida» en el seno de la escuela pública, reconocen.
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