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Trabajadores de la enseñanza durante la manifestación de esta mañana en Donostia. F. MORQUECHO

La huelga cede el testigo al diálogo para reforzar las garantías en la vuelta a las aulas

El apoyo a la convocatoria de los sindicatos para reivindicar un retorno seguro a las aulas resultó mayor en los centros públicos

Martes, 15 de septiembre 2020

La huelga en la enseñanza no universitaria condicionó este martes el funcionamiento normal en los centros, principalmente los públicos. Era el primer día en que debía acudir a las aulas prácticamente la totalidad de los 371.000 alumnos que configuran el sistema educativo vasco, salvo algunos cursos de FP, tras seis meses de ausencia, primero por el confinamiento y después por las vacaciones. Los alumnos que se reincorporaban correspondían a los cursos a partir de 3º de ESO y Bachillerato. Según los sindicatos, se sumó entre el 65 y 70% de los trabajadores; las cifras del Departamento de Educación apuntaban a un 41,9%.

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El amplio seguimiento de la jornada de paro convocada por los sindicatos hizo que muchos estudiantes se tuvieran que volver a sus domicilios. En otros casos, bastantes, los padres optaron por no enviar a sus hijos al colegio porque se les había avisado con anterioridad que en los centros, por ausencia de profesores, no se podían garantizar las medidas de seguridad, a lo que se añadía que tampoco ofrecían los servicios de comedor y transporte.

Los sindicatos convocantes, -ELA, LAB, Steilas, CC OO y UGT- de la huelga en la enseñanza, a la que se sumaron los trabajadores de las subcontratas de comedores escolares, limpieza y transporte escolar, señalaron que su llamamiento recibió «un amplio apoyo» de trabajadores, alumnado y familias. En general, cifraron en un 70% el seguimiento entre el personal que podía hacer huelga por no estar adscrito a los servicios mínimos fijados.

En total, estaban llamados a la huelga unos 40.000 empleados que prestan servicios en las distintas etapas educativas de la enseñanza no universitaria, así como otros 10.000 que trabajan en las subcontratas.

El Departamento de Educación del Gobierno Vasco, a través de su servicio de Inspección, recabó unas cifras diferentes a las de las centrales, pero lo suficientemente significativas para condicionar el funcionamiento. Con información del 89% de los centros de la red pública, un total de 8.203 profesores ejercieron el derecho a la huelga, del total de los 23.000 docentes que ejercen en dicha red. La participación ayer por la tarde se situaba en el 41,2% del profesorado.

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Vídeo. El portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, se ha pronunciado sobre la huelga en la enseñanza vasca. Atlas

Apuesta por la presencialidad

El portavoz del Ejecutivo vasco, Bingen Zupiria, después de confirmar que casi la mitad de los profesores de la red pública habían parado, señaló que no quería entrar en una guerra de cifras. «Respetamos el derecho a huelga y comprendemos la preocupación y las dificultades de docentes y familias. Es la misma que la del Gobierno Vasco», indicó. Recordó la apuesta que han realizado por la presencialidad y que ahora el verdadero reto es que el curso transcurra con la mayor normalidad posible.

Zupiria también apuntó que el Gobierno Vasco se compromete a «tomar todas las decisiones que deba adoptar para garantizar ese derecho a la educación y que, mientras dure esta situación, los estudiantes tengan asegurado el derecho a la educación y siempre que se pueda de forma presencial».

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Además de la huelga, los sindicatos habían convocado manifestaciones en las tres capitales vascas que tuvieron un amplio respaldo. Los datos que aportaron señalaron que en Bilbao participaron 8.000 personas, 5.000 en Vitoria y 4.000 en Donostia, incluidos muchos niños. Concretamente, en la capital guipuzcoana, debido a la extensión que ocuparon los manifestantes para poder mantener la distancia de seguridad, el centro de la ciudad se colapsó mientras duró la marcha.

La portavoz de LAB, Irati Tobar, además de calificar de gran éxito las movilizaciones, recordó que «estamos exigiendo que este retorno presencial a las aulas sea seguro y negociado con demandas muy concretas sobre la mesa».

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En ese sentido, la portavoz sindical enumeró, entre las peticiones trasladadas a Educación que «necesitamos recursos adicionales, planificados, que van desde la bajada de ratios al aumento de plantillas o la habilitación de espacios, de planes y de medidas para hacer frente a las brechas que esta pandemia ha originado, de las socioeconómicas a las tecnológicas».

Las centrales denunciaron que «el Gobierno Vasco ha querido desactivar la huelga e invisibilizar los problemas que queremos denunciar con ella. Han sido varios los intentos que durante los últimos días ha realizado por ocultar su lamentable gestión y su evidente falta de planificación. Por un lado, el nuevo consejero nos convocó a reuniones bilaterales de última hora, en las que no hubo ningún tipo de concreción ni previsión de recursos, para después hacer declaraciones con una intención puramente propagandística; por otro lado, el lunes dio a conocer una orden que establecía unos servicios mínimos más elevados que nunca, creando una nueva e inaceptable situación de caos en la organización de los centros».

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Sus demandas son: bajada de ratios y aumento de plantillas en todos los colectivos de trabajadores y trabajadoras; personal de limpieza, cocineras, educadores infantiles 0-3, especialistas en atención de necesidades especiales, de comedores y transportes y profesoras y profesores; dotar a los centros escolares de EPIs, como recoge el protocolo, especialmente en el caso de las especialistas de apoyo; 3 metros cuadrados y 1,5 metros de distancia por persona en las aulas, con un máximo de 10-15 alumnos por aula, y una proporción menor en las escuelas infantiles. Poner medidas y recursos para reducir la brecha tanto tecnológica como la del euskera; garantizar el servicio de comedor para todo el alumnado; adaptar y reducir el currículo teniendo en cuenta también las necesidades emocionales del alumnado; establecer medidas de protección del personal en situación de vulnerabilidad, y sensibilidad y permiso retribuido para la conciliación.

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