Así puedes cuidar la pintura de tu coche en verano, desde vinilos a barnices
El calor no solo afecta a las personas. También deteriora el exterior del coche, opaca los faros y, a largo plazo, puede incluso empeorar el rendimiento del motor
Naroa Ascunce
Viernes, 8 de agosto 2025, 06:51
Durante los meses más calurosos del año, la exposición constante a los rayos ultravioleta no solo convierte el interior del coche en una auténtica sauna. También daña la carrocería, deteriora el barniz, hace que los faros pierdan transparencia y contribuye al desgaste de los materiales interiores. Por eso, igual que cuidamos nuestra piel del sol, también conviene proteger la superficie del vehículo, especialmente si duerme en la calle.
Además de los daños estéticos, el calor puede tener consecuencias mecánicas. Según datos del sector, cuando la temperatura exterior supera los 35 grados, el motor puede llegar a perder hasta cinco caballos de potencia debido al aumento de presión del aire que entra en el sistema de admisión. Esto, además, puede traducirse en un mayor consumo de combustible.
Factores que agravan el deterioro
A todo ello hay que sumar otros factores que agravan el deterioro de la pintura. Tal y como advierte el Real Automóvil Club de España (RACE), elementos como los excrementos de aves, los insectos incrustados en la carrocería, la resina de los árboles, el polvo, la arena, la sal de las carreteras o pequeñas piedras que saltan del asfalto actúan también sobre la superficie del vehículo. Esto combinado, especialmente con las altas temperaturas, puede dejar huellas permanentes.
Para reducir estos daños, es fundamental lavar el coche con frecuencia, utilizando «productos específicos que no sean agresivos con la pintura». El calor hace que los restos de insectos o las deposiciones de aves sean más corrosivos, por lo que es importante eliminarlos cuanto antes. Además, aplicar barnices o ceras protectoras ayuda a crear una capa que actúa como escudo frente a la radiación solar, la suciedad y otros contaminantes.
Otra opción cada vez más utilizada es la colocación de vinilos, que no solo protegen la pintura original, sino que permiten cambiar el color del coche con una inversión menor que la de una repintura. Su duración puede superar los cinco años. Para quienes buscan una protección más duradera y discreta, existen las láminas PPF (Paint Protection Film), similares a un vinilo pero totalmente transparentes. Este sistema, habitual en vehículos de alta gama, ofrece una barrera resistente frente a impactos, rayos UV y arañazos, aunque su precio -entre 1.500 y 2.000 euros- hace que no sea apto para todos los bolsillos.
También proteger el interior
También es recomendable tomar medidas para cuidar el interior del coche. Colocar un parasol en el parabrisas puede reducir notablemente la temperatura interior y evitar el deterioro de plásticos y tapicerías. Otra solución es tintar las lunas, siempre dentro de los límites legales, para bloquear buena parte de los rayos UV. Además de mejorar la climatización, este sistema protege a los ocupantes de la radiación solar directa.
El buen estado del sistema de refrigeración también resulta clave en verano. Un coche que no regula correctamente su temperatura interna puede sobrecalentarse con facilidad, especialmente en recorridos largos. Realizar revisiones periódicas ayuda a evitar averías mayores. Del mismo modo, conviene comprobar con frecuencia la presión de los neumáticos, ya que el calor puede provocar sobrepresión y aumentar el riesgo de reventón. Unos neumáticos bien inflados y en buen estado son sinónimo de mayor seguridad y menor desgaste.
Y por último, la recomendación más simple es siempre que se pueda, aparcar a la sombra. Puede parecer una obviedad, pero evitar la exposición directa al sol durante horas prolongadas es una de las medidas más eficaces para conservar el estado de la pintura. Si el coche va a permanecer tiempo al aire libre, lo ideal es cubrirlo con una funda con protección ultravioleta que lo resguarde tanto del sol como del polvo y demás.