«Antes el suelo y los muebles de las viviendas eran de materiales naturales, ahora todo proviene de refinerías de petróleo»

El doctor Nicolás Olea, experto en epidemiología y en cómo el medio ambiente se relaciona con la salud, nos aconseja sobre los materiales que tenemos en nuestras viviendas, «que nos exponen a los humanos, especialmente a los niños, a un cóctel de sustancias químicas». En una entrevista en el canal Microbiota desde cero, el catedrático especialista en Salud y Medio Ambiente, ilustra con ejemplos cómo los productos que tenemos en los hogares pueden contribuir a una vida más sana y favorecer una menor contaminación.

Olea, catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, dirige un grupo multidisciplinar que estudia medio ambiente y salud, con especial atención en la relación entre disruptores endocrinos y cáncer. Y en el vídeo, disponible en Youtube, explica que los disruptores endocrinos, presentes en el medio ambiente y en productos de consumo diario, «están teniendo un impacto en la salud de los niños», y como ejemplo cita varios estudios internacionales elaborados por universidades de prestigio y su impacto en el creciente número de personas afectadas por enfermedades autoinunes. En este sentido hace énfasis en todos los productos que consumimos directamente, como alimentos, hasta los plásticos de los envases, los cosméticos, los materiales de las viviendas o en campos de fútbol.

«El cambio físico en los materiales de construcción y decoración ha sido tremendo. Antes, el suelo de mi casa era de terrazo, los muebles de madera, las cortinas de lino viejo, las paredes alicatadas y el techo de escayola. Ahora, el suelo es de PVC rico en ftalatos, los muebles son de melamina, las cortinas de poliéster, las paredes de resina epoxi y el techo de polietileno», explica este investigador. «Todos estos materiales, derivados del petróleo, han reemplazado a los tradicionales, mostrando además una gran dependencia de materiales importados. Esto contrasta con la tendencia de consumir productos locales. Hoy en día, todo tiene su origen en una refinería de petróleo que produce plásticos y el 99'9% de los disruptores endocrinos son derivados del petróleo, la llamada industria de la química fina».

En esta entrevista, realizada por el experto en dietética Miodrag Borges, Nicolás Olea explica que cada país tiene su «huella digital» en relación con los materiales predominantes en sus viviendas. «Por ejemplo, en Finlandia, donde las casas son de madera, se utilizan muchos tratamientos anti-termitas y retardantes de llama, diferentes de los usados en otros países». Sobre la presencia en todas partes de microplásticos contaminantes y «disruptores endocrions» pone la purpurina: «si alguien quiere ver microplásticos que compre purpurina, que afortunadamente ya se está retirando».

Ante las dudas sobre los riesgos que suponen los compuestos químicos que nos rodean, el doctor enfatiza que «antes no existían y hoy están presentes en nuestro día a día». Como ejemplos pone los ftalatos, utilizados para flexibilizar el PVC y darle color y adaptabilidad. «Eso no se conocía en mi infancia». Estos nuevos compuestos «nos exponen a un cóctel de sustancias químicas que ya detectamos en las personas, a través de la orina, en la placenta, cordón umbilical y leche materna». Nicolás Olea cita estudios como el Human Biomonitoring for Europe, que «han demostrado que estos compuestos están en la orina de niños de todos los países».

Todos estos materiales, «plásticos que que llegan al organismo humano pueden paliarse en las edades tempranas gracias a la lactancia materna, explica este científico. »Se ha demostrado que es una de las mejores formas de protegerse contra ciertos tipos de cáncer, como el de mama. Tener hijos temprano, amamantar durante largos períodos y tener varios hijos reduce el riesgo, probablemente porque estos procesos ayudan a eliminar contaminantes del cuerpo de la madre«, aclara.

El doctor Olea ejemplifica sus tesis con lo ocurrido con los materiales utilizados en los campos de fútbol de hierba artificia. «El 25 de noviembre de 2023 la Unión Europea prohibió el uso de neumáticos triturados como almohadillado. Esta medida surge después de que se promoviera la economía circular como alternativa a la quema de neumáticos, así que en lugar de incendiarlos, se trituraban y se utilizaban como base para el polietileno y el polipropileno de estas superficies.» Recuerda que «estudios europeos y globales en 190 campos de fútbol demostraron que al calentarse con el sol estos materiales liberan hidrocarburos aromáticos policíclicos, plastificantes como ftalatos y bisfenoles, y fragmentos que contaminan las aguas, convirtiéndose en microplásticos ambientales». La conclusión de este experto es rotunda: «Esta práctica se considera uno de los mayores errores en el desarrollo de la economía circular».

Nicolás Olea critica que aunque se ha reconocido el error, la Unión Europea ha establecido un periodo de ocho años para retirar estos materiales, «que no pueden reciclarse adecuadamente debido a su composición mixta». Se prohiben pero se alarga su desmantelamiento, «poniendo en evidencia el despropósito de esta iniciativa».

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