¿Es legal que un alimento pese menos de lo que indica su etiqueta?

La etiqueta del envase lo indica claramente. Esa lata de anchoas tan apetitosa pesa en teoría 120 gramos, cuando en nuestra medición particular apenas llega a 100. ¿Es normal? Por no hablar del distintivo de la bolsa de patatas fritas de turno, que apenas alcanza los 300 gramos pero que aparentemente tiene muy poca sustancia y está… llena de aire. ¿Me han engañado? ¿Es legal que el peso de los productos que acabo de adquirir no se correspondan con lo que se lee en la etiqueta?

La Organización de Consumidores y Usuarios ha querido aclarar la confusión que hay en torno al peso de los alimentos, y más aún teniendo en cuenta la significativa subida de precio que ha registrado nuestra cesta de la compra en los últimos meses. Y es que, para desgracia del consumidor y por insólito que parezca, la medición particular del peso de un producto no siempre se corresponde con la que indica su correspondiente etiqueta.

Eso sí, antes de nada, resulta básico tener en cuenta varios factores. Por un lado, uno tan obvio como esencial: comprobar que nuestro peso está bien calibrado. Y es que no hay que olvidar que con el tiempo éste va perdiendo exactitud, a diferencia que el de tiendas e industrias, que están obligados a pasar una serie de controles. Por otro lado, la medición ha de realizarse en un soporte bien nivelado, circunstancia que también podría alterar el peso correcto de un envase. Y, por si fuera poco, hay que añadir uno más a la hora de realizar la medición: no se debe vaciar el mismo y pesarlo. «Lo más exacto y, como se hace en un laboratorio, es pesarlo lleno y cerrado. Posteriormente el envase se vacía, se lava y se seca. Se realiza de esta manera, porque algunos productos son difíciles de rebañar».

Entonces, ¿es legal que un envase pese menos de lo que aparece en la etiqueta? La respuesta sencilla es que sí. «La legislación permite unas tolerancias de peso generales, dependiendo del peso del envase», explican desde la OCU. ¿La razón? En ocasiones es complicado dar con el peso exacto. Puede ser el caso de una lata de pimientos, en la que no se pueden añadir trozos enteros para alcanzar el peso preciso.

Eso sí, hay un mínimo exigible que debería tener todo envase individual según el peso indicado en la siguiente tabla:

Si no estás de acuerdo y sientes que te han engañado, siempre puedes poner una hoja de reclamaciones en el establecimiento en el que has adquirido el producto. Otra alternativa, más costosa en tiempo y forma, es llevar el envase cerrado a un laboratorio municipal (y realizar la medición más exhaustivamente) o a la Oficina del Consumidor (OMIC) de tu correspondiente localidad.

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