El drama de la portería a cero
La descompensación entre encajar rápido y con facilidady la no materialización de las ocasiones que genera, es la ecuación que condena al Eibar
Mendilibar, que ayer cumplía años, no tuvo peor día para celebrarlo. Sin duda que el técnico armero recordará este nefasto resultado y del cúmulo de ... despropósitos de su equipo ante un rival que no perdona y ante quien no puedes errar en lo más mínimo. Mantener la portería a cero ha de ser la primera premisa del Eibar en el contexto en el que se halla, si no lo hace, realmente lo tiene complicado. Una profunda y estructural debilidad que padece el Eibar es su escasa capacidad para tener la cerrada su puerta, encaja con una facilidad pasmosa lo que a la postre se le convierte en una losa muy pesada complicada de levantarla. En este momento es vital no encajar, construir desde atrás una firmeza como bloque. Lo digo porque es un equipo poroso, frágil, al que se suma su pobre producción ofensiva, es el equipo con menos goles de la liga. A partir de una base sólida puede tener opciones de revertir su trayectoria. Otro problema que le persigue es la capacidad de los rivales en sorprender en los primeros minutos. Ayer el Villarreal logró su primer gol al minuto. Grandes despistes con consecuencias irreversibles.
El Villarreal se encontró sorprendentemente con las concesiones de la defensa del Eibar, especialmente los dos centrales Oliveira y Burgos fueron incapaces de contrarrestar a Bacca e incluso Burgos cometió la frivolidad de querer regatear en una zona sensible a Trigueros para robarle la cartera y marcar el segundo gol en este caso Bacca. Pero el primer gol de Moi Gómez fue otra facilidad de la zaga. Excesiva generosidad en un momento preocupante. Mendilibar hizo cambios en el equipo. Empezó en la línea defensiva colocando a Burgos de central junto a Oliveira. El argentino llevaba mucho tiempo sin jugar y fue protagonista de las jugadas más desgraciadas, e incluso no aprovechó un penalti que lo detuvo Asenjo. Varió las bandas dispuso a Inui por la izquierda a Bryan Gil por la derecha y dio protagonismo de salida a Aleix García por detrás de Kike García. Jugó con un solo punta. Mendilibar no da con la tecla, no da con el once que le haga ganar ese partido que podría servir de punto de inflexión. Dejó en el banquillo a Pedro León Pozo y Enrich.
Especialmente la primera mitad fue un mal sueño y lo remarco porque en el segundo gol de Bacca, además del 'regalo' de Burgos, no se anduvo acertado en el relevo del lesionado Cote, que también contribuyó a que Gerard Moreno tras recibir el pase de Trigueros se encontrara con la banda izquierda desguarnecida en el Eibar. Las salidas de Enrich y Kevin Rodrigues en la segunda parte, y muy especialmente la del delantero balear, dieron más mordiente, incluyendo el cambio de sistema del 4-2-3-1 de la primera mitad al 4-4-2 tras el descanso. El Eibar si tiene algo positivo es que no se rinde y en el minuto 55 el gol de Enrich le metió en el partido y apretó pero no hubo más goles ni acabando con superioridad numérica. Es más el Villarreal logró el 1-3 en la recta final. Y he de citar las intervenciones de Dmitrovic que evitó más goles. Cada vez que el Villarreal se acercaba al área de era todo un poema para los hombres de Mendilibar, sufrían ostensiblemente.
El escenario que va a vivir el Eibar es claro. La competencia que va a tener en su lucha de conseguir la permanencia va a ser brutal, no puede esperar a regalos de nadie porque todos se juegan algo en sus particulares objetivos. Todo los partidos van a ser duros y mucho más para los armeros en su particular liga. El camino que espera al Eibar es de oportunidades, cada jornada es una oportunidad y en cada una de ellas ha de darlo todo, hasta la extenuación y pensar en recuperarse para el siguiente compromiso. Todo, absolutamente todo, es la suma de muchos esfuerzos. No hay cabida al decaimiento. «Donde termina el esfuerzo comienza el fracaso; nunca te rindas». El filósofo budista japonés Daisaku Ikeda defiende la cultura del esfuerzo como método para lograr tus sueños. El Eibar y todo su colectivo no debe rendirse, debe apelar al esfuerzo y a la resistencia, recursos claves para transitar en un escenario donde las diferencias son mínimas. Queda una jornada menos para el final. La salvación es posible, sus directos rivales están a un partido. Aún no está desenganchado, está vivo, en la pelea. El sábado visita al Athletic en San Mamés, esta es una nueva oportunidad en este tortuoso camino.
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