Ciudadanos | Vitoria Ripa Suberviola
«Todos somos profetas, todos somos sacerdotes, todos somos reyes»Mirando la vida, los cipreses, las flores a sorbos de café y té a la menta
Navarra. Navarra de Tierra Estella. Navarra de Villatuerta. En el Camino, sí, en el Camino de Santiago. Navarra con raíces en Mendavia, donde el apellido ... de su madre, Andresa (su padre fue Federico) es bien conocido. 100 Suberviola se juntaron allá en una celebración hace tiempo. Navarra, vive ahora en el Alto de Zorroaga, en los terrenos del colegio Mary Ward, que fue aquella mujer valiente del siglo XVII que luchó por la educación de las niñas, tuvo una visión innovadora para las religiosas y fundó el Instituto de la Bienaventurada Virgen María y la Congregatio Jesu. Vitoria tiene hoy 82 años y lo ha dado todo en escuelas rurales de Castilla, Andalucía y Cataluña. También en Asilah, una de las ciudades blancas de la costa atlántica de Marruecos.
– ¿Todos!
– ¿Todos qué?
«Llega un momento, una edad, en la que ya no haces sino eres. Y sigues viviendo con gratuidad y agradecimiento. Sabiendo que nadie ha tenido que pagarte por lo que has hecho, sabiéndote agradecida por haber podido hacerlo»
– ¿Somos todos sacerdotes, profetas y reyes?
– Por el bautismo. Cuando el sacerdote nos unge con el crisma, esa mezcla de aceite de oliva y bálsamo, nos convertimos en eso, en sacerdotes, profetas y reyes.
– Es decir, usted se sabe sacerdote a pesar de no haber consagrado nunca la Sagrada Hostia.
– Mis tiempos fueron los tiempos maravillosos del Concilio Vaticano II. Viví una época absolutamente sinodal, entendiendo por tal 'conciliar', 'asamblearia'. Decidíamos y actuábamos juntos sacerdotes, laicos, seglares y nosotras. Todos éramos lo mismo, sacerdotes, profetas, reyes. Personalmente nunca he echado de menos consagrar. Pero estoy absolutamente a favor del sacerdocio femenino. Nuestro tiempo llegará. Está llegando.
– Eclesiastés 3, 1-8: «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado(...)
– Frases recogidas también por nuestra fundadora Mary Ward que citó muchas veces el Eclesiastés 3, 11: 'God hath His times for all' y 'Todo lo hizo hermoso en su tiempo'. Déjame decirte algo sobre los profetas.
– ¿Sobre ser como Isaías, como Ezequiel, esas voces que claman en el desierto?
– Sobre eso, sí. Creemos que el profeta anuncia. La Buena Nueva pero también es, claro, la voz que clama en el desierto. El profeta denuncia. El profeta nunca es cómodo para los poderosos. Y como lo somos, también nosotros debemos denunciar la pobreza.
– ¿Solo la pobreza?
– Yo te diría que esa palabra encierra todas las vulnerabilidades que existen. Hay muchas clases de pobres. Puede faltarte la educación, el tejido social que te sostendría en la penuria, el trabajo, la fuerza para salir adelante. A mí siempr me interesó lo social. Desde muy chiquita.
– Cuéntenos.¿Cómo empezó su camino?
– Nací en la posguerra, 1943. En una familia humilde pero unida. Sencilla. Tenía, tengo, hermanos y hermanas. No pasábamos hambre porque aquella época tan dura fue distinta en los pueblos y en las ciudades. Eran tiempos difíciles, sí. Pero bonitos. Siempre me gustó ayudar. Desde el principio quise ser misionera. Me gustaban los chicos, sí. Pero no sé, no me llenaban. Me acerqué a la religiosidad a través del teatro...
– ¡¡¡???
– La Congregación del Verbo Divino (Misioneros) ponía en pie comedias, entremeses. Íbamos a ellas. Así me fui acercando a la Misión. En 1959 llego a San Sebastián. A Mary Ward. En 1960 ya estoy en el convento. Tengo grandes maestros y maestras (Carmen Irizar...) Trabajo con niños. Me asombra su gran poder de contemplación, de quedarse en silencio y mirar, escuchar, lo que les rodea. Para ponerlo después en palabras. Fui feliz con ellos pero me tiraba lo social. Me enrolé en las escuelas rurales. Recuerdo muchas. La de Peñaranda de Bracamonte en Salamanca, por ejemplo. Formábamos a las personas de muchas maneras. En cuestiones de Arte también. Recuerdo la lucha por el agua en Encinas de Abajo. Recuerdo hablar con las gentes del gótico tardío y en cómo nos peleábamos con maravillosas mujeres andaluzas para que comprendieran que no era bueno que sus hijos e hijas faltaran a clase. Organizábamos festivales. Trabajábamos con Manos Unidas...
– ¿Y en Asilah, Marruecos?
– Luchábamos por las mujeres. Porque pudieran ser lo más independientes posible. Dábamos clases de corte y confección para que tuvieran la opción de entrar a trabajar en alguna de las fábricas textiles, muchas de ellas de capital español, que se habían instalado allí. Sin ser Cáritas, teníamos una oficina donde repartíamos medicamentos y artículos de primera necesidad. Creo que no se me olvidará la inmensa fe que observaba en muchos fieles musulmanes cuando elevaban sus manos al cielo en los momentos de oración.
– Hay un tiempo para hacer y otro tiempo para ser, nos dice...
– Intenté hacer el Bien y hacerlo bien. Vivir desde Dios, dándole sentido a la Vida. Sí, ahora 'soy'.
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