«El peligro si te voltea una ola es el mismo que zambullirse de cabeza»
Los expertos piden comprobar «cuánto cubre la zona y ver qué hay en el fondo» antes de lanzarse al agua
Verano y buen tiempo son el cóctel perfecto para las posibles lesiones medulares por las zambullidas. Son pocos los casos que terminan de forma grave, ... pero dadas las importantes consecuencias que pueden provocar, estos accidentes suponen un gran trauma tanto para quienes los sufren como para los profesionales que los tratan, principalmente porque se podrían evitar. El último ejemplo en el territorio es el percance que sufrió este miércoles al mediodía un joven de 18 años en la playa de Ondarreta, que al parecer sufrió un golpe tras el impacto de una ola. «Es una tragedia que lamentablemente ocurre todos los veranos», reconoce Nicolás Samprón, neurocirujano del Hospital Donostia, quien afirma que, a la hora de lanzarse al agua, hay que hacerlo «de manera segura y con cabeza. Hay que respetar mucho el mar».
El perfil de quienes se lesionan tras lanzarse al agua de cabeza es el de un chaval joven que sabe nadar, y que generalmente conoce la zona, pero que se confía sobre la profundidad. «Son más hombres que mujeres los que sufren este tipo de percances», detalla el médico. Son principalmente lesiones en la cabeza y el cuello, y en los peores casos en la columna. «Para entenderlos de una manera práctica, la cabeza actúa como un péndulo y la columna es la cuerda que lo sostiene. Si eso se rompe...», añade el profesional.
«Al mar hay que tenerle mucho respeto. Todos los veranos tenemos alguna tragedia»
La recomendación general es no tirarse al agua desde una altura en la que no se vea el fondo ni la profundidad. «Primero se debería comprobar cuánto cubre la zona y ver qué hay en el fondo, si hay rocas, arena, cualquier otro objeto como ramas...», explica Samprón, que advierte que, ante cualquier tipo de duda, «mejor no tirarse de cabeza» porque de esta forma el riesgo para la persona se reduce «considerablemente. Si nos tiramos de pie, nos podríamos romper un tobillo o la pierna, pero no la columna».
Pero no solo hay que ser cautos a la hora de zambullirse al mar desde cualquier altura, también hay que estar alerta en la propia playa con las corrientes de agua y las denominadas olas orilleras, aquellas que rompen prácticamente en el borde de la arena. «El peligro es que te voltee la ola e impactes con la cabeza en la arena. El desenlace puede ser el mismo que si saltas de cabeza desde una altura», explica el neurocirujano, recordando que una de esas olas inesperadas se cobró la vida del famoso corredor de encierros hernaniarra Julen Madina, en agosto de 2018 en la playa donostiarra de La Zurriola.
«Un movimiento inadecuado del cuello al sacar a la víctima del agua puede ser más peligroso que el propio golpe»
Socorrer a la víctima
Lamentablemente, ya se ha producido el desastre. La persona se ha tirado y el golpe ha producido una flexión en la zona cervical que ha dejado tocada la médula. Aún se desconoce el alcance de la lesión. ¿Cómo se debe actuar si somos testigos de algo así? «Lo primero es avisar al socorrista y llamar al 112, como ante cualquier emergencia», recuerda. Después, hay que proceder a sacar al herido del agua «para evitar que se ahogue tras el golpe». En muchos casos puede que haya perdido el conocimiento como consecuencia del impacto con el fondo marino, aunque «no tiene por qué».
Así las cosas, la extracción del herido del agua es uno de los momentos más delicados a la hora de socorrer a la víctima. «Lo más importante es que hay que inmovilizar el cuello, por lo que a la hora de sacar al herido, el cuerpo y la cabeza tienen que ser uno», señala Samprón, incidiendo en que «es mejor» que se lleve a cabo entre dos personas. «En muchas ocasiones, un movimiento inadecuado del cuello cuando se está socorriendo a la víctima puede ser mucho más dañino que el propio golpe que se haya dado», sentencia.
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