El orden y la cordura triunfan en Alderdi Eder

En un entretenido espectáculo que organiza Donostia Festak para llevar a cabo el tradicional Entierro de la Sardina, los ángeles negros de Txassis han tenido que proteger al Dios Momo para que llevara a cabo su misión ante los demonios de Bóveda, Alegría de Alza, La Salle y Toxic que han tratado que el caos y el desorden sigan reinando en la ciudad. Finalmente San Buenaventura ha podido cumplir con su cometido y el fuego y las llamas han acabado con la fiesta y se ha restaurado el orden y la cordura en Donostia. Eso sí, la calma va a ser momentánea ya que el Carnaval se retoma este fin de semana en el Antiguo, Riberas, Altza e Intxaurrondo y el siguiente en Bidebieta.

El Entierro de la Sardina ha comenzado a las 19.31 horas en la plaza Bilbao. Desde allí ha partido la comitiva fúnebre, entre llantos y sollozos, encabezada por los tambores de Thamesiss y el espectáculo de Carnaval vasco 'Akerrak okerrak', Momotxorro, dos zancudos-cabra, dos machos cabríos de Hondarpe y Fama y brujas de Karmelo Txiki que le han dado un tono de akelarre terrorífico-carnavalero muy curioso en el que también han participado los comparseros de Furius, Lagun Artea y Lezoko Eztandak.

Tras ellos se han situado los representantes del Carnaval mexicano, con los personajes de Catrin y Catrina al mando. De ellos se han encargado los componentes de A&B Shows y Eureka. Los hechiceros han estado representados por Coco Dance y Erriberatarrak y las monjas, curas y ángeles por Fama, Santa Bárbara e Intxaur Txiki.

Al ritmo de la 'Marcha semiseria' de Raimundo Sarriegi ha hecho su presencia el Dios Momo y su séquito, rodeados de los esqueletos de Mi Nuevo Potosí y Mystic. Acompañados de Morticia de Titanes y de las viudas de Aitor Ikastola, Fantasy, Gurea, Odissey, Salai y Showtime desfiló la comitiva.

La fiesta para despedir el Carnaval ha vuelto a congregar a cientos de personas desde la plaza Bilbao hasta su llegada a los jardines de Alderdi Eder. La comitiva trasladó e intentó contagiar su pena a los donostiarras que les esperaban en las calles Getaria, Txurruka, plaza de Gipuzkoa, Elkano y Boulevard.

Tras la quema de la sardina, ha llegado el habitual lanzamiento de fuegos artificiales y el fraternal baile entre ángeles y demonios y curas y monjas para poner fin a la fiesta de este martes a la noche, que no a los carnavales.