El mejor plan

Diego Galán cuenta en su delicioso libro 'Jack Lemmon nunca cenó aquí' cómo surgió la idea de convertir la playa de Ondarreta en un gran ... cine al aire libre. El que fuera director del Festival de Cine de San Sebastián durante trece años recuerda que, tras el éxito de las proyecciones en el Velódromo de San Sebastián, se propusieron hacer un cine de verano para disfrute de todos. Corría el año 1987 y, por peregrina que parezca la idea, colocaron la cabina de proyección en pleno mar ya que suponía el «eje ideal para una proyección correcta». Aquel primer ciclo en la playa no podía estar centrado en otra temática que no fuesen las películas sobre piratas. «Los cañonazos de humo blanco, las conversaciones y los insultos de barco a barco, los secretos de los cofres ocultos, los tristes entierros en alta mar... tanta ingenuidad como enorme talento», decía Galán. No sé si los recuerdos que tengo son ciertos o creados, como inyecciones a un replicante, tras leer una y otra vez esta obra que no me canso de recomendar. Pero yo diría que estuve allí en aquellas primeras proyecciones. Creo que era una de esas «familias con abuela» o de cuadrillas de «amigotes» que dice el libro que «circularon por la bella bahía». Aquellas salidas nocturnas con la cuadrilla eran como una segunda Semana Grande cuando, por primera vez, te permitían pasar de la medianoche antes de volver a casa. A pesar del éxito de la iniciativa (se llegaron a contar siete mil espectadores en la proyección de 'Piratas', de Polanski), no tuvo continuidad aunque sí que se retomó esporádicamente en siguientes ediciones. La Semana Grande donostiarra quiso recuperar años más tarde la playa de Ondarreta como escenario festivo y desde 2015 hasta el año pasado se volvió a unir la idea de arena, salitre y celuloide. En estos tiempos de obligatorio distanciamiento social y de programas festivos alternativos, sorprende que el Ayuntamiento de San Sebastián no haya recuperado esta iniciativa. Cuando el monotema ya empieza a saturar y el horizonte de septiembre provoca al mismo tiempo pereza y ansiedad, qué mejor plan que unir cine y playa para el olvidar el verano más atípico.