Una joya de la vanguardia en el corazón de Trintxerpe
Guardería María Pilar Izquierdo. ·
Ventanas cenitales, y grandes costillas de hormigón armado que se muestran sin complejos soncasi un homenaje de Yturriaga al maestro finlandés Alvar AaltoAna Azpiri Albistegui
Domingo, 29 de junio 2025, 00:09
La guardería María Pilar Izquierdo en Trintxerpe es una de las mejores obras del arquitecto José María Yturriaga y, también, uno de los edificios más ... interesantes de la Gipuzkoa de la década de 1950. Contiene un programa de usos complejo pero muy bien resuelto, una propuesta estética vanguardista y una ejecución del proyecto totalmente fiel a la idea original. Al conocer su historia, sorprende que la peripecia del proyecto terminara en éxito, ya que la penuria económica de la congregación que la promovió alargó las obras desde 1959 hasta 1970. En este periodo de tiempo repleto de dificultades, Yturriaga fue capaz de mantener y concluir su propuesta sin concesiones.
En las fotografías de la década de 1970, el edificio se ve en un solar amplio, sin construcciones en su entorno más próximo. Hoy está completamente rodeado y comprimido entre edificios de viviendas que trepan por las laderas del barrio de Andonaegui. Tanto es así, que el tejido urbano se ha comido los puntos desde los cuales se podía acceder a una vista del conjunto.
Pero, vayamos por partes. En primer lugar, cómo llegó la idea de la guardería a Pasaia. En 1958, la congregación religiosa Obra Misionera de Jesús y María, dedicada a ayudar a las madres e hijos de las familias obreras más pobres, estaba en pleno proceso de beatificación de su fundadora, la madre María Pilar Izquierdo, y sus seguidoras necesitaban un lugar apropiado para establecer una casa y llevar a cabo la labor de su orden. Su idea era la de crear una guardería para asistir a los hijos de las familias más pobres y ayudar a sus madres. Al consultar al obispo dónde podrían encontrar una población necesitada de su servicio, este les sugirió Pasaia como una posibilidad interesante. Según él, allí confluían la escasez de presencia religiosa y una población obrera en rápido crecimiento.
Dentro de Pasaia, la zona de Trintxerpe era la más adecuada. El barrio, llamado 'la quinta provincia gallega' por la llegada de los migrantes gallegos a trabajar en la pesca y en las fábricas durante el primer tercio del siglo XX, estaba registrando una nueva oleada de migrantes tras la Guerra Civil. El barrio de Andonaegui los fue acogiendo y los bloques y las torres de viviendas de considerable altura fueron creciendo y densificando un nuevo tejido urbano sobre una ladera de pendiente importante. En este contexto, ninguna institución pública o privada había pensado en un equipamiento que funcionara como guardería.
En 1954 se aprobó el Plan General de Ordenación de Pasaia. El área del puerto quedaba dividida en zonas más pequeñas para definir con precisión la ordenación y la edificación. Una de esas zonas fue el Polígono de Pasajes de San Pedro. Una parte importante de las edificaciones allí dibujadas iban a ser promovidas por el Instituto Nacional de la Vivienda (INV) y José María Yturriaga iba a ser el responsable de varios proyectos. Es en un plano del Polígono del INV de Pasajes de San Pedro, de 1957, firmado por Yturriaga donde aparece por primera vez el edificio de la guardería.
Según el relato de la congregación, tras alojarse varios años en pisos alquilados o cedidos por particulares, Yturriaga consiguió que el INV cediera gratuitamente a las monjas una parcela en la que construir su convento y guardería. Desde ese momento el arquitecto pasó a ocuparse también del proyecto que lleva la fecha de 1959. El programa inicial de casa cuna, jardín de infancia y enseñanza nocturna, con el discurrir del tiempo pasó a centrarse en los niños y se decantó por la función de guardería, casa cuna y clínica infantil.
Yturriaga dividió el programa en dos piezas definidas desde premisas constructivas y compositivas opuestas, que se disponían una junto a otra formando una línea este-oeste, acompañando la pendiente que formaba el solar en esa dirección. En primer lugar, estaba el cuerpo en el que se iba a llevar a cabo la función de guardería, que ocupaba un poco más que las dos terceras partes del total. La protagonista esencial de este cuerpo era la luz. Yturriaga compuso unas costillas estructurales de hormigón armado que sujetaban las carpinterías de los ventanales y la cubierta. Además, las prolongaba formando unos petos poligonales que sujetaban una sucesión de balcones en voladizo. Para completar esta maniobra, abrió en la cubierta unas grandes ventanas cenitales de forma circular de un diámetro aproximado de un metro y medio. La gran beneficiaria de toda esta luz era el aula de la guardería, que recorría todo ese frente norte de forma ininterrumpida.
En esta primera parte del edificio aparece con claridad la influencia de Alvar Aalto, uno de los pilares de la arquitectura del movimiento moderno, junto con Mies van der Rohe, Le Corbusier y Wright. De hecho, las ventanas cenitales fueron un recurso esencial en la arquitectura de Alvar Aalto, maestro finlandés especialmente sensible a la búsqueda de la luz. También la estructura planteada como solución compositiva, mediante grandes piezas de hormigón armado que se muestran sin complejos, es propia del maestro nórdico.
La capilla y la clínica
Pero queda la segunda parte del proyecto, tratada de una forma radicalmente distinta. Es la parte que se correspondía con la capilla y la clínica. Aquí la pieza singular es la capilla. Si en la zona de la guardería unas costillas de hormigón armado permitían ver todo el interior desde fuera, la iglesia es una caja casi cerrada que obtiene la luz por los lucernarios del techo. Desde el exterior, la opacidad es total. El cuerpo de la capilla al exterior muestra el muro ciego de su ábside como si fuera un búnker. Yturriaga hace una caja casi hermética y le abre el techo con lucernarios. Además, dispone en el techo una serie de planos ondulados de madera que ocultan los lucernarios desde el interior y facilitan el paso matizado de la luz. De nuevo, una forma de resolver el espacio sagrado muy similar a la del maestro finlandés.


Los datos
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Proyecto Casa cuna, jardín de infancia y clínica infantil en Trintxerpe, barrio de Andonaegui.
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Autor José María Yturriaga
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Estilo Movimiento Moderno. Inspirado en la obra de Alvar Aalto.
José María Yturriaga fue uno de los pocos arquitectos españoles que fue becado para ir a Estados Unidos a estudiar la arquitectura norteamericana. En su caso, hizo un curso sobre el uso del yeso en la construcción. Pero ese viaje del año 1958, justo antes del proyecto de la guardería de Trintxerpe, muy probablemente le permitió acceder al conocimiento de la arquitectura internacional sin ninguna limitación. Su proyecto de guardería es casi un homenaje a Alvar Aalto y un afloramiento de soluciones lógicas, elegantes y modernas en el tosco panorama español de la década de 1950.
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