Ciudadanos
«No me gusta que lo que me dicen otros se vuelva mi forma de pensar»Noa Iimura (Whereisnoa.eth) | De Amherst, Massachusetts, a la Surfing Etxea pasando por Petare
La Asociación de Venezolanos Residentes en Gipuzkoa le recibió el viernes pasado con banderas nacionales y camisetas de la selección de fútbol, de la 'Vino ... tinto'. Le recibió en la Surfing Etxea de Zabaleta, un hostel con una interesante barra para el café, la manduca y las cervezas. Le recibió allá porque el lugar se iba a convertir en un salón de proyecciones audiovisuales. Noa, nacido en Tokio, afincado en Massachusetts, viajero y filmador, presentaba un trabajo muy interesante, en inmersivos 360 grados, que recogía sus vivencias en ese país que se encuentra entre Los Andes y el Mar Caribe. Al final de las sesiones y entre calurosos aplausos, Noa recibió una txapela.
– Buena cámara para filmar un mundo en tres dimensiones...
– Es una Insta 360, inventada en 2014, con una resolución de 8K. Con ella puedo grabar video y tomar fotos en un campo de visión de 360 grados. Capturo todo lo que me rodea. Me fascinan los videos panorámicos. Pero no es solo eso. Colocada sobre un trípode y como tiene la forma de un pequeño mando a distancia, logras que la gente a la que filmas no se sienta invadida. No estás tú ahí, disparando continuamente, con la cámara en la mano, ajustando, definiendo. Y cuando llega el proceso del montaje...
– Habrá sido tremendo. Tendrías más de 100 horas filmadas.
– Creo que sí. Regresé a casa de mi padre, no lejos de Boston y empleé unos ocho meses en la edición del video, del video de 35 minutos. Pero lo bueno de esta tecnología tan avanzada es que incluso en el montaje te permite elegir los mejores ángulos y perspectivas. También puedes ayudarte con la IA.
– Buena filosofía de vida la tuya, esa de no permitir que lo que te digan otros se convierta en lo que acabas pensando tú.
– Mi primera idea era atravesar todo Centroamérica para pasar a Brasil. Atravesarla pero parándome, deteniéndome, mirando, viendo. Si este es tu plan, en pura lógica en algún momento acabarás entrando en Venezuela. Cuando la gente supo mis intenciones y aunque había estado en lugares como Nicaragua, no daban crédito. ¡Un japonés con mochila sin saber casi español quería pasar por Venezuela! ¡¿Estaba loco?! Que ni se me ocurriera. Violencia extrema, peligro, pobreza, disturbios... Se pusieron todos tan en contra que quise conocer la realidad. Quise verla. Y fui. Y no te voy a negar que al principio no tuviera miedo. Me lo habían metido en el cuerpo. Miedo en los taxis, miedo a que cualquiera me sacase una pistola. Hasta que..
«Por eso me fui a Venezuela. Porque me dijeron que ni se me ocurriera. Y vi un país que lo tiene todo, desde oro a pasión por sus barrios. Y vi un país que, teniéndolo todo, no tiene nada. Y filmé y entendí que trabajar la tierra y atraer un turismo sostenible puede significar futuro»
– ¿Sí?
– Un día llegué a una playa. Estaban jugando al fútbol. Me invitaron a unirme a ellos. Y luego a sus casas. Y al béisbol. Empecé a deshacerme de tanto que me habían metido en la cabeza. Los otros.
– Y el resultado es desprenderte de ese miedo en este video.
– Mucho más que esa filmación. Resulta que cuando he llegado a Donostia, los venezolanos que ya llevan un tiempo aquí me dicen que hablo castellano como ellos ya no lo hacen. Se han acostumbrado a decir 'vale' y les gusta oírme a mí responder 'fino'. Más allá de este video, el resultado para mí es descubrir el potencial de un país que teniéndolo todo (fíjate, entran cuatro exploradores a una tierra que se diría abandonada, vaciada, y encuentran oro...) resulta que carece de todo. En Petare no hay agua corriente, se vende en grandes cisternas. Si tienes que ir al hospital debes comprar tú hasta la bata... Colas de cientos de personas para conseguir un paquete de harina. Y sin embargo, coincido con lo que dice Valentina Quintero...
– Es una activista medioambiental, mujer de radio, escritora. En su 'Guía de Valentina Quintero' organiza rutas increíbles por la montaña o el llano y recoge todos esos pequeños negocios de posadas, guías, agroturismo...
– Exacto. Una expresión que yo uso mucho al referirme a Venezuela es 'un paraíso en crisis'. De la que, creo, como lo hace Valentina, se podría salir a través de un turismo sostenible gestionado por los propios habitantes de las montañas, los llanos, las islas, los acantilados. Un turismo limpio que incentivara a los vecinos a reavitalizar las zonas. La tierra tiene el poder de salvar a Venezuela.
– Hablemos de Petare. Otros insisten que puede que sea el barrio más peligroso del planeta...
– No niego que sus habitantes viven y provocan situaciones extremas pero hay intentos de salir de todo ello. Estuve con el club de rugby Alcatraz, formado por antiguos reclusos. Filmé un entrenamiento mientras uno de ellos, en off, me contaba cómo habían robado las armas a los vigilantes de seguridad y asaltado comercios. Alcatraz gana partidos y Petare tiene un movimiento que se llama 'Pasión Petare'. Por y para el barrio. Yo sueño con presentar esta filmación allá. Alcatraz, Petare, que no te los cuenten, vívelos. Y vete a un partido de béisbol del Navegantes de Magallanes...
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