San Sebastián

El Eguzki presenta en el Ayuntamiento un proyecto para que las mujeres puedan usar sus instalaciones

La entrada de las mujeres como socias en el club Eguzki saltó a la polémica el verano pasado a raíz de una interpelación de Elkarrekin Donostia al gobierno municipal. El club, fundado en 1925, utiliza uno de los edificios municipales del complejo de La Perla para la práctica deportiva de sus 700 socios. La titularidad de las instalaciones es de la Sociedad Balneario, propiedad del Ayuntamiento, con una concesión de uso de la Dirección General de la Costa y el Mar, que es la competente en la materia al estar ubicadas las instalaciones dentro del dominio público marítimo-terrestre.

Desde sus inicios, el Eguzki se constituyó en una asociación deportiva masculina, pero en 2012 modificó sus estatutos para abrir la puerta a la incorporación de socias. La directiva defendió el verano pasado en una asamblea la apertura del club a las mujeres y no hubo ningún tipo de rechazo. El goteo de inscripciones fue continuo desde el primer día y se ha conformado una lista de unas 85 mujeres que quieren ser y han sido aceptadas como socias. Son en su gran mayoría hijas y esposas de socios, que al ser familiares directos entrarán como socias de pleno derecho, con taquilla propia en los vestuarios. Pero uno se hace socio para hacer deporte y aún no lo pueden hacer porque no tienen vestuarios para mujeres.

El club Eguzki está ubicado en el edificio más al oeste del complejo de la Perla. Consta de tres plantas: en la primera según se accede desde la calle se ubica la zona social (oficinas, aseos, sala para ver la televisión, billar y biblioteca), en la primera planta sótano se ubican los vestuarios (697 taquillas, duchas y sauna para hombres) y el gimnasio; y en la segunda planta sótano están los frontones y otro gimnasio.

En una primera alternativa para adecuar las instalaciones a mujeres se barajó utilizar la planta alta, la zona social, para ubicar los vestuarios femeninos. Pero la opción tenía varias limitaciones: se podían colocar solo 50 taquillas, obligaba a realizar unos recorridos largos e indiscretos para las socias, y coincidía con la vía de acceso general al club «generando una anómala coexistencia con la zona de roperos».

Esta alternativa se sustituyó por otra que consiste básicamente en dividir el actual vestuario masculino en dos zonas: una para hombres y otra para mujeres.

Esta alternativa permite disponer 88 taquillas para mujeres manteniendo 676 taquillas para los socios varones. El proyecto habilita un pasillo de 2,80 metros de anchura para colocar a un lado las taquillas para mujeres y al otro las cabinas para cambiarse y los aseos. Al fondo estarían las duchas y una zona de sauna para las socias. El vestuario de socios reduciría su actual superficie para habilitar 676 taquillas, más una zona de duchas y una sauna más pequeñas que en la actualidad.

Esta alternativa de proyecto exigiría un cierre de las instalaciones durante la ejecución de la obra, pero «permitiría mediante cambios sencillos de tabiquería una mayor flexibilidad de cara a futuras fluctuaciones en el número de socios de cada sexo, manteniendo el resto de instalaciones intactas», explica la memoria. El club considera igualmente que esta opción «ayudaría a facilitar los trámites de la licencia de obra, dado que «se limitaría únicamente a reordenar el actual vestuario, manteniendo la distribución actual del club para el resto de instalaciones».