Donostia confía en obtener en otoño una nueva concesión para el complejo La Perla

Los usos que se plantean en esta nueva concesión son «esencialmente coincidentes» con los originarios, los que se instalaron en el edificio desde su construcción, y «respetan el destino» que desde su apertura se dio al inmueble: su uso de balneario y otras actividades que se consideraron «complementarias y vinculadas» a la playa sobre la que se asienta, según argumenta la sociedad municipal Balneario La Perla del Océano en la solicitud dirigida al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a la que ha tenido acceso DV.

En cuanto a los usos, se recuerda que el de balneario –en la fecha de otorgamiento de la antigua concesión– amparaba entre otros los de «realización de ejercicios físicos, restauración (había servicios equivalentes a bar y cafetería en la misma playa), salas de bailes y acontecimientos sociales».

El consistorio entiende que «el mix de usos adecuado para mantener la referencialidad del edificio, ponerlo en valor y conservarlo correctamente» sería el formado por 4.480 metros cuadrados destinados a talasoterapia como «actividad referente», ya que ocupa la mayor parte de la zona central del complejo en planta cero y en las dos plantas sótano.

Además, continuarán las dos actividades de restauración (700 metros cuadrados más 779 metros cuadrados de terraza y 1.300 metros cuadrados más 420 metros cuadrados de terraza, respectivamente) «para prestar servicios a usuarios de playa y de la actividad de talasoterapia». «Una de ellas –especifica la solicitud– compatibilizará, con carácter secundario, la actividad diurna con actividad nocturna con autorización para disponer de música con pista de baile o realizar espectáculos, ayudando así a mantener el equilibrio de la propuesta de ocio nocturno de la ciudad en condiciones de seguridad, tal y como se ha hecho hasta la fecha».

Los extremos laterales del edificio (1.046 y 1.086 metros cuadrados, respectivamente) –ahora ocupados por el Eguzki y el Atlético SS– se destinarán a «actividades deportivas que puedan ser desarrolladas por clubes que dispongan de sección asociada a actividades vinculadas al mar (piragüismo, triatlón, pádel surf, natación...) y con programación tanto para sus asociados como abierta a la ciudadanía».

En su escrito de justificación, el Ayuntamiento defiende que los usos que pretende implantar en el complejo «son ambientalmente sostenibles» y «no degradan el medio natural». Así, la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar emitió informe de 23 de septiembre de 2009, previo a la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente, en el que «no se ponía objeción ambiental a las actividades instaladas en el edificio del balneario».

Asimismo, argumenta el consistorio, el órgano ambiental competente del Gobierno Vasco emitió el 14 de octubre de 2009 informe definitivo favorable de impacto ambiental del PGOU. En cualquier caso, añade el documento, el debido cumplimiento de la normativa ambiental se someterá «a las comprobaciones pertinentes en el marco de los procedimientos administrativos establecidos al efecto» con ocasión de la implantación efectiva de los usos. La solicitud se encuentra en fase de exposición pública para recibir alegaciones.