«Dudaba si seguir en Dbizi porque no había manera de coger una bici eléctrica»

Una de la más beneficiadas será Irene Kildal, que esta vez sí tiene suerte y encuentra una bicicleta eléctrica en la estación. Es una usuaria fiel -«soy abonada desde que se puso en marcha en primer servicio»- pero ha estado tentada de dejar Dbizi. «Suelo hacer mucho este trayecto entre la Parte Vieja y Amara. Pero no encuentro eléctricas en las estaciones. Voy de estación en estación buscando una bici verde y al final termino cogiendo el autobús para llegar a mi casa. Me ha llegado a pasar hasta cuatro veces en una semana». Esta desproporción de ciclos eléctricos frente a convencionales le ha llevado a dudar si continuar en Dbizi. «Ya no me resultaba práctico. Estaba en duda sobre si renovar». Irene tiene una cierta edad y las azules le resultan «más pesadas».

Xabier Arana, de Altza, considera que Dbizi es «un servicio muy bueno» y la ampliación prevista es «una apuesta muy necesaria». «Yo voy de Herrera a la universidad y podría ir en Topo, pero voy en bici. Ya era hora de que pusieran más estaciones en Altza». Prefiere moverse en bici por la ciudad porque es un modo de transporte «rápido y cómodo». El único pero que ve es el vandalismo que se ceba con sillines y timbres.

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Javier cree que habría que vigilar más los daños que se producen a las bicis. «Ahora hay cámaras que cuestan dos duros y se deberían poner en todas las estaciones». Otra sugerencia es que quienes hacen trayectos largos y hacia zonas altas deberían estar subvencionados para que no pagaran el segundo tramo ya que «a veces con 30 minutos no es suficiente para ir de una punta a otra de la ciudad». Sobre la colocación de más bicis eléctricas hay algo que no entiende: «Es comprensible que las usen las personas mayores, ¿pero los jóvenes? Me choca mucho que los adolescentes las utilicen. La actividad física es fundamental para su salud actual y la futura».