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«¿Cuántas vidas se tienen que perder para que haya un socorrista?»
Surfistas de la Zurriola homenajean a Randall Cory en un acto en el que han leído una carta de agradecimiento de su familia. «El único consuelo es que su muerte pueda ayudar a mejorar la seguridad de toda la comunidad», dice la misiva.
No ha sido una semana fácil para los surfistas de la Zurriola, el martes un trágico accidente se llevaba la vida de uno de los suyos. «Se llamaba Randall Cory, tenía 44 años y era un amante de los deportes extremos acuáticos», ha contado Borja Agote ante un nutrido grupo de deportistas en el homenaje que este mediodía le han tributado en Sagüés. «Desde hace diez años le apasionaba el surf y quería surfear en la Zurriola». En las aguas de esta playa donostiarra fallecía tras «un cúmulo de circunstancias fatales».
La familia de Randall Cory se trasladó a Florida el pasado viernes. En el homenaje de hoy han querido estar presentes y trasladaron a quienes les ayudaron una carta que han leído con emoción. «Randall tenía en los últimos diez años una obsesión, el surf, fue lo que nos trajo a San Sebastián», escribía su mujer para trasladar a todos los presentes. «Era un padre y esposo maravilloso, un hijo y yerno compasivo. No podía pedir un hombre mejor». Su viuda pide además que su muerte al menos sirva para revertir la seguridad de quienes practican surf fuera de temporada de playas. «Nos queda el consuelo de que su muerte sirva para ayudar a mejorar la seguridad de toda la comunidad».
Seguridad es lo que han reclamado el amplio grupo de surfistas congregados en el homenaje. «Hemos pedido mil veces al ayuntamiento que se ponga un socorrista todo el año, y nada», ha contado Mikel Yanci, surfista y socorrista en la playa de la Zurriola desde 2010. «O al menos que amplíen la vigilancia de los cuatro meses actuales a seis. Donostia se vende como una ciudad de surf y luego no ofrecemos seguridad a quienes vienen a nuestras aguas a practicar el deporte», ha manifestado. «Ahora mismo para cualquier rescate en el agua se tardan 20 minutos en llegar mínimo entre que se da la alerta y se llega. Si no fuera por la propia actitud de los surfistas habría muchas más desgracias», ha comentado.
Tanto él como otros compañeros han bajado al agua con sus tablas en una mano y en la otra unas flores que han depositado en el mar en recuerdo de Randall Cory. Luego cada uno se ha ido a coger olas.
