«La compra de los cuarteles de Loiola es un hito para la ciudad como en su día fue el derribo de las murallas»

– ¿El lunes fue un día para marcar en la historia de la ciudad?

– A mí no me gusta abusar de los momentos históricos, pero mirándolo en perspectiva me parece que sí. Este es un hito que probablemente tendrá mucho que ver con la ciudad del futuro que seamos capaces de construir. La historia de la ciudad está relaciona con el Ministerio de Defensa. Un momento especial fue el del derribo de las murallas, que no solamente fue el que se admitiera que se derribaran las murallas sino el acuerdo posterior para la adquisición de los terrenos que ocupaban las murallas para poder construir el ensanche Cortázar. Y después, la propia adquisición del Monte Urgull. Son momentos que han marcado la historia de la ciudad y que han hecho que la ciudad que conocemos sea como es. En unos años seremos conscientes de que este momento de la firma del acuerdo de los cuarteles ha determinado cómo será la ciudad del futuro.

– Ahora empieza otro trabajo, el de diseñar qué se va a hacer en esos terrenos...

– El Ayuntamiento está trabajando en ello desde hace tiempo.

– ¿Cómo va a ser ese nuevo desarrollo urbanístico?

– Lo que toca ahora es soñar cómo queremos que esta parte del municipio se incorpore a la ciudad porque ocupa un espacio de centralidad que igual tal vez no somos capaces de ver en este momento. Creo que tenemos que ser ambiciosos con un planteamiento que no sea solamente el de desarrollar un nuevo barrio, sino el de darle ese carácter de nueva centralidad. Y, por qué no, soñar que este espacio tenga equipamientos e hitos arquitectónicos que trasciendan lo que es un barrio, que sean equipamientos de ciudad o incluso de territorio.

– En los bocetos previos se busca la mayor integración posible con el entorno: Intxaurrondo, Txomín, el río, Ametzagaina...

– Sin duda. En la primera aproximación que hemos hecho con ese dibujo que hizo (el despacho de arquitectura) De la Hoz se hace una apuesta por un barrio que sea la puerta de entrada del parque de Ametzagaina, que el parque de la Ametzagaina baje hasta el río. Es una muy buena idea que habrá que desarrollar, pero, como le digo, la idea central es que el desarrollo será una nueva centralidad de la ciudad, con Ciudad Jardín, Loiola, Riberas, los nuevos desarrollos que se están produciendo en el río y la conexión con la zona Este (Intxaurrondo).

– Los militares tienen 4 años para dejar las instalaciones ¿se puede aventurar que para finales de 2027 se estará ya en disposición de acometer la transformación de esos terrenos?

– Ese es el reto que tenemos ahora. Disponemos de este tiempo que nos va a hacer falta porque (el nuevo barrio) no está ni siquiera dibujado desde el punto de vista del planeamiento urbanístico. Me gustaría que en ese tiempo que tienen los militares para salir seamos capaces de diseñar y de ultimar todo lo que es el experimento urbanístico de este nuevo ámbito para poder transformarlo inmediatamente después de que ellos salgan de allí.

– ¿Han hecho números de cuánto va a costar esta operación?

– Los cálculos los hicimos a la hora de acordar el precio a pagar. Se utilizaron criterios estrictamente legales, que son los que se contemplan en la Ley vasca del Suelo, en la que se fija que el mínimo de vivienda protegida tiene que ser el 40%. Eso no quiere decir que vaya a ser un 40%, sino que este porcentaje ha servido como elemento de valoración. Y también se han tenido en cuenta los costes de urbanización. Hay dos elementos que tienen bastante repercusión: por una parte, el tener que elevar la cota del terreno en unos 2,75 metros aproximadamente para que no sea inundable. Eso tiene que ser así, como en su momento se hizo en Txomin Enea que se elevó la cota unos 4 metros para poder hacer un barrio seguro. Y también las actuaciones de ensanchamiento del cauce del río y de construcción de nuevos puentes, con la supresión del puente de Alfonso XIII, que hoy en día es el último obstáculo hidráulico que nos queda en el Urumea. Sobre eso hemos hablado con el Gobierno Vasco.

– ¿Hay una estimación de los costes tanto de esa elevación de cota como de la construcción de los nuevos puentes?

– Sí. Las actuaciones relativas al encauzamiento del río rondaban los 15 millones de euros, y el resto de costes de urbanización casi 40 millones de euros. Serán 55 millones de euros en total (aparte de los 73,3 millones pagados por el suelo).

– Con estas cifras me imagino que la implicación del Gobierno Vasco será clave para repartir el esfuerzo promotor ¿han hablado de esto con Lakua?

– Bueno, alguna cosa hemos avanzado. Sin duda que vamos a tener que hablar sobre esto porque en materia de promoción de vivienda a nadie se le escapa que también el Gobierno Vasco tiene competencias y obligaciones al respecto. Entonces, sí, creo que tendrá que ser otro compañero de viaje en esta operación. Sobre todo si se desea aumentar ese 40% del mínimo legal de vivienda pública. Va a ser una aportación necesaria.

–¿Han empezado a tantear al Gobierno Vasco con esta posibilidad?

– Sí porque también tenemos otros proyectos en los que están implicados y me gustaría que fueran un poco más rápidos de lo que van. Ahí están las parcelas de Txomin Enea, Ciudad Jardín, Morlans o incluso los apartamentos dotacionales de Riberas de Loiola.

– ¿Se podría decir que habrá más de un 40% de vivienda pública en los terrenos de los cuarteles?

– Yo creo que sí. Pero nos va a tocar hablar de esta cuestión con total transparencia. Hay que hacer los números y hacerlos bien porque el deseo puede ser compartido, pero como Ayuntamiento no podemos permitirnos que sea una operación desequilibrada desde el punto de vista económico. Hemos hecho un enorme esfuerzo, que yo creo que había que hacerlo, era la oportunidad, y habrá que ir muy fino para que lo que se haga revierta también a las arcas municipales.

– ¿Defensa le ha especificado cómo y dónde se reubicarán las instalaciones militares?

– En la Hípica. En un cuartel muchísimo más moderno y mucho más pequeño que lo que ocupan en la actualidad porque, por lo visto, las necesidades del Ejército de Tierra ya no van tanto por cantidad, sino por nuevas tecnologías. La propia Secretaría de Estado nos ha dicho que ya están trabajando en ello.

– ¿Con qué brindaron tras la firma? ¿Champán francés, vino español, txakoli...?

– Con una cerveza. Nosotros somos así.