Un positivo por Covid-19 pone en jaque al remo

Por simple estadística, el primer caso oficial de coronavirus debía llegar al remo. La enfermedad está en la calle, en parques y terrazas, en bares y celebraciones. Y ahora ha puesto en jaque a la competición arraunlari al registrarse el primer positivo oficial. La protagonista, que en esta situación es casi lo de menos, es una remera de Donostia Arraun Lagunak, motivo por el que la Lugañene no pudo competir ayer en Orio. La deportista se encontraba aislada desde que el jueves por la mañana tuvo conocimiento del contagio de un familiar con quien convive. El resto de la plantilla -que no tiene síntomas de Covid- y los miembros del club que habían mantenido contacto con la afectada hasta el miércoles, deberán guardar cuarentena hasta conocer el resultado de las pruebas PCR a las que se someterán entre hoy y mañana en Osakidetza y también en un laboratorio privado.

La noticia trascendió ayer, cuando pasadas las ocho de la mañana la ACT envió un comunicado, pero el caso saltó el sábado a las 20.56 horas, cuando Osakidetza notificó a la joven que el PCR que le hicieron la víspera había dado positivo, hecho que el club, a través de su responsable del protocolo Covid, el técnico Patxi Olabe, trasladó a los responsables de la Liga Euskotren.

Tal como recoge el protocolo sanitario de la ACT, la trainera no podrá bogar hasta que la plantilla y directivos tengan los resultados de los test. En el caso de que la tripulación esté en condiciones de retomar la competición, lo hará el sábado en Bilbao. Si se registrara un número de positivos que impidiera su participación en las regatas durante las dos semanas que las deportistas deberían estar en cuarentena, la Lugañene iría sumando dos puntos -como ayer-, que es la puntuación que había promediado en las cinco jornadas que había disputado. «Por desgracia, toda la sociedad estamos expuestos a la evolución de la pandemia», explicó en Orio el presidente de la ACT, Borja Rodrigo, haciendo hincapié en las medidas sanitarias establecidas contra la pandemia.

El mundo del remo se solidarizó ayer con la deportista y el club donostiarra -el único que no pertenece a la ACT, ya que solo son socios los de la Liga masculina-, al entender que «nos puede pasar a cualquiera».

La remera participó el miércoles -último día en el que el uso de mascarilla no era obligatorio- en el Campeonato de Gipuzkoa, en Orio, donde se comportó como cualquier deportista. Es decir, utilizó los baños y estuvo en contacto con competidores de otros clubes, al igual que hicieron los distintos suplentes que se asomaron al espigón a ver la regata. También hay más de un caso de parejas cuyos miembros pertenecen a distintas entidades, entre ellas de Donostia Arraun Lagunak, lo que alimenta la duda.

Como entrenador y responsable del protocolo sanitario en el club, Patxi Olabe asume que «es lógico que no podamos remar, pero creo que no estaría de más hacer nuevos test en la ACT».

Hasta el momento, los clubes de la ACT han pasado dos pruebas masivas: una a finales de mayo y otra antes del inicio de la competición, que arrancó el día 4. A partir de ahí, son los médicos de cada club los responsables de velar por la salud de sus deportistas, y en algún caso puntual sí se ha hecho un test adicional. En la ARC y ETE, los test han sido opcionales salvo para los clubes cántabros, dado que el Gobierno de Cantabria los consideró obligatorios para salir al algua.