Las diez noticias clave de la jornada
Mireia Uranga felicita a su hermana Edith por su victoria en la regata que supuso su debut con Orio en A Coruña. BERMEO ARRAUN

«Da igual quién gane, pero la bandera a casa»

Las oriotarras Mireia y Edith Uranga viven un verano especial al bogar en Donostiarra y Orio, las traineras que se han repartido todas las victorias hasta el momento

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Miércoles, 22 de julio 2020, 07:54

Edith Uranga (Orio, 2001) no olvidará el pasado 4 de julio, cuando debutó en la Liga Euskotren en A Coruña. En su primer año ... sénior, fue llegar y besar el santo, pues Orio venció en la primera jornada de la regata coruñesa, por delante de Donostiarra. Su hermana, Mireia (Orio, 1997), no bogó ese día en la Torrekua pero fue un manojo de nervios en tierra: «Lo pasé muy mal. Fue una sensación extraña, algo agridulce. Por un lado quería que mis compañeras ganaran pero también que le fuera bien a mi hermana. Sé lo que ha sufrido y las ganas que le ha echado para hacerse un hueco en el equipo, era su debut, y me alegré mucho por ella». No se pronuncian sobre la victoria que más ilusión les hace. «Gane quien gane, pero lo importante es que la bandera vaya a casa», bromean.

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La historia de ambas es la de tantas familias oriotarras. En su caso, sin tener antecedentes arraunlaris en la familia, aunque «en Orio el remo siempre ha estado muy presente». La mayor descubrió este deporte como una actividad más de 'eskola kirola', y le gustó «tanto» que comenzó en el club aguilucho «con 12 años». Y su hermana pequeña dejó el fútbol ante los ánimos de Mireia para que siguiera sus pasos. «Yo pensaba continuar jugando al fútbol, pero me animé a probar y hasta hoy».

Ambas compartieron los colores amarillos hasta que, «hace cuatro años», Mireia sufrió una luxación de rótula que le obligó a pasar por el quirófano, estar dos meses sin apoyar la pierna y otros cinco de rehabilitación. «Quise volver al remo, pero no me dio tiempo a ponerme al nivel que se requería en Orio. Me ofrecieron ir a Donostiarra, y estoy tan a gusto que aquí llevo ya tres años», explica. Aquella lesión, que fue «toda una movida».

Una grave lesión de rodilla llevó a Mireia hasta Donostiarra, donde se le hace «raro remar contra la trainera de mi pueblo»

Deslizan el sueño de estar un día en el mismo equipo y se buscan en cada regata aunque «no coincidimos mucho por el protocolo»

Lógicamente, ha vivido «los colores oriotarras desde pequeña y se me hace raro competir contra mi pueblo, sobre todo este año que las dos traineras estamos más igualadas, pero poco a poco me he ido habituando». No puntualiza dónde, pero «espero que un día las dos hermanas podamos remar juntas».

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Huelga explicar que se llevan «muy bien» y que el remo capitaliza muchos minutos de conversación en casa. «Es inevitable no hablar en las comidas. Nos gusta», asegura Edith, que «antes veía la Liga Euskotren más de lejos, pero verme ahora ahí y compartiendo las regatas con mi hermana, lo vivo todo mucho más».

Compaginan los entrenamientos con el trabajo sin descuidar los estudios. Mireia ha terminado Magisterio y cuida «unos niños» en Orio y Hernani. Edith cursa un grado superior de Administración en Zubieta (Usurbil) y está trabajando en las oficinas de Bidelan en Zarautz.

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Cuatro puntos en la liga

Las dos coinciden en que los cuatro puntos de diferencia entre Orio y Donostiarra son una renta significativa a falta de seis jornadas, pero Mireia avisa de que «vamos a pelear cada bandera». Subrayan que «la Liga está muy bonita. Otros años había un equipo que ganaba casi todas las regatas, y ahora están más repartidas», además del «buen nivel» de Hondarribia y Donostia Arraun Lagunak, a la que desean «mucho ánimo» por el positivo en coronavirus.

El dato las lleva al confinamiento durante el estado de alarma, durante el que compartieron hogar y ergómetro. «Entrenábamos por turnos», apuntan. Recuerdan aquellos días como «duros y difíciles», que supieron sobrellevar «apoyándonos la una a la otra». Edith reconoce que «Mireia ejerce de hermana mayor, se preocupa por mí y me da consejos», pero el empuje de la pequeña estimula a la otra. «Yo la veía entrenar con tantas ganas que me daba fuerza a mí también», responde la mayor.

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Cada una está «disfrutando mucho» este verano. Edith «no esperaba» debutar ya en la primera regata, «pero Xanti (Zabaleta) nos ha dado mucha confianza a las que habíamos sido juveniles, y ayuda mucho para aprender y progresar». Y cuando no se fija en sus compañeras, está su hermana. «En las regatas no coincidimos mucho porque hay que respetar el protocolo, pero siempre nos buscamos».

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