Orio busca una transición amable
El club cerró la etapa de Jon Salsamendi, con quien conquistó la Corona de la ACT en 2019, y apostó por Mikel Arostegi para tomar las riendas de un nuevo proyecto
En otoño sufrió la embestida de esa ola tan temida en el remo que te llega de proa y frena en seco una trayectoria. Una ... ola de bajas. La lista de remeros que dejaban la primera trainera –una docena– era más larga que esa otra que recoge los nombres que siguen en las tostas. Una ola en una marejada que incluía cambio en la directiva y en la relevante figura del entrenador. El club cerró la etapa de Jon Salsamendi, con quien conquistó la Corona de la ACT en 2019, y apostó por Mikel Arostegi para tomar las riendas de un nuevo proyecto. Su reto en los últimos ocho meses ha sido reconvertir una revolución en una amable transición.
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No engaña a nadie Arostegi. «Sufrir once bajas importantes es perder más de media plantilla y eso se nota en nuestro deporte. Nos ha costado coger el bloque pero hemos trabajado bien y sí que tengo la esperanza de que según vaya avanzando el verano la embarcación vaya a mejor y rememos con más confianza».
Como oriotarra y experimentado arraunlari, sabe que pertenece a una institución con el máximo prestigio en el sector con todo un pueblo detrás que no se conforma con cualquier meta. Sin embargo, lanza un mensaje cauto. Preferiría no explicitar objetivos, pero puestos a ello asegura que «estar delante en la segunda tanda es una meta razonable ahora mismo». Entre el quinto y el octavo.
«Nos ha costado coger bloque pero tengo la esperanza de ir a más según pase el verano»
Mikel Arostegi
Entrenador
La prudencia responde a la situación cambiante de la plantilla, pero no se puede concluir que no haya calidad en la tripulación. El donostiarra Ioritz Etxeberria y el uruguayo Leandro Salvagno, pese a sus 36 y 40 años respectivamente, mantienen su nivel y representan la parte más veterana de la parte que permanece en la trainera.
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Se suma a ellos la experiencia del propio Arostegi (40 años) y el feliz regreso a la máxima categoría de otros dos buques insignia del club como el aiarra Martxel Aldai y el oriotarra Ibon Arruti, este último tras un año sabático. Ambos saben lo que es ser campeón con Orio. El zumaiarra Joseba Aristi, por su parte, llega de hacer una buena campaña en Ondarroa y aportará asimismo nivel ACT.
Apuesta por la cantera
A partir de ahí, el club apuesta por su esencia y tira de una buena cuadrilla de chavales de la casa con ilusión, desparpajo y talento. De su nivel de progresión dependerán, en buena medida, las aspiraciones de la trainera este verano y los siguientes. Jokin Azkonobieta, Oihan Gozategi, Ibai Lizarralde y Adur Tapia rejuvenecen el equipo y se suman a Mikel Lizarralde y Jon Olaizola como remeros nacidos en este siglo.
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Como es propio en una estructura que ha sufrido semejante transformación, los resultados de las regatas disputadas en pretemporada apuntan a la irregularidad como principal seña. Orio no completó un buen Campeonato de Gipuzkoa a inicios de mes en Hondarribia, quedando incluso fuera de las primeras cuatro posiciones que daban acceso a disputar el título vasco una semana más tarde. Getaria y Donostiarra le metieron 16 segundos.
Por el contrario, si tomamos como referencia la no tan lejana Bandera de Mutriku del 26 de mayo, emergen las luces. Los oriotarras solo cedieron tres segundos respecto a Hondarribia y cinco respecto a Donostiarra, los dos más rápidos de aquella jornada. Por detrás quedaron rivales poderosos de la ACT como Zierbena (a ocho segundos), Lekittarra (a dieciséis), Getaria (a veintitrés) y Ondarroa (a treinta y cuatro).
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Getaria, una continuidad próspera
En el descenso del Oria, tan lejano en el tiempo (10 de febrero) el rendimiento se resintió, tal y como dictaba la lógica en una embarcación en construcción. Pero en el Test de San Pedro (16 de marzo) el resultado arrojó conclusiones más positivas, con un registro mejor que el de Kaiku, Lekittarra, Getaria y San Pedro, solo tres segundos por detrás de Ondarroa.
Buena puesta a punto
No haber obtenido la clasificación para los campeonatos de Euskadi y España ha tenido su efecto positivo para la tripulación, que ha podido hacer un trabajo de calidad en casa sin someterse al escrutinio de la afición, del resto de clubes y de los medios durante el último mes. La puesta a punto para el arranque de la Liga Eusko Label ha podido elevar un peldaño el nivel y en el mundillo se espera con mucha expectativa cuál puede ser el lugar de Orio en este arranque de ACT. Por de pronto, mañana se emparejará en la segunda tanda de la Bandera de A Coruña a dos gallos de la categoría como Zierbena y Donostiarra, y a un hueso duro como Cabo.
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En cuanto al calendario, la competición recalará en la villa amarilla el 4 de agosto, una cita ineludible para la afición.
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