Fiabilidad y garantía, sinónimos de Hondarribia

La estabilidad parte desde el liderazgo de Mikel Orbañanos, entrenador desde 2002 con el soporte de una directiva sólida, presidida por Joxemi Elduayen, que desde entonces ha generado el contexto propicio para alimentar un mismo proyecto continuista. El míster puede hoy alinear en A Coruña prácticamente la misma tripulación titular que hace un año en el mismo lugar. Solo faltarían Julen Castrillón, que deja temporalmente el remo, y Gaizka Gorostiaga, de vuelta a su Getaria natal.

La capacidad para suplir las bajas que de modo natural surgen cada año ha sido una virtud puntera históricamente en Hondarribia, un lugar apetecible para grandes remeros de todo el Cantábrico. Vuelve de ganarlo todo en Bermeo el azpeitiarra Jon Etxaniz, que ya dejó Santurtzi en 2022 para defender los colores bidasoarras. Junto a él se apunta a la aventura el castreño Fernando Ruiz, otro que ha visto motivos para cambiar Urdaibai por Hondarribia. El donostiarra Joseba Azurmendi llega desde San Pedro para dar un salto de calidad y las otras tres incorporaciones (Mattin Colas, Aimar Kanpandegi y Xabier Olaskoaga) responden a la filosofía de la casa de dar oportunidades a canteranos forjados en el filial.

El objetivo de la trainera que ha ganado la friolera de 66 banderas en la ACT en la última década no cambia. Tampoco el tono cauto de su técnico. «Nuestra intención es dar el nivel del último año y estar en la pelea, pero con el máximo respeto hacia los rivales, y no solo hacia Urdaibai que parece el favorito». El rigor y la seriedad no son incompatibles con una cierta apertura al optimismo. «Sí creo que podemos ser capaces de volver a dar un alto nivel», señala Orbañanos para animar a la familia verde.

La Ama Guadalupekoa tenía apuntado en el calendario con letras mayúsculas la cita del Campeonato de Gipuzkoa del 2 de junio en Hondarribia. No falló y se adjudicó el título –el quinto consecutivo– con suficiencia. Confirmó las buenas maneras que ya lució en la Bandera de Mutriku, donde se quedó a dos segundos de la victoria, cosechada por Donostiarra.

El Campeonato de Euskadi, por su parte, descubrió otra de las características labradas por la embarcación bidasoarra. No se hunde ni cuando sufre condiciones adversas. No cumplió el objetivo ante el oleaje de la bahía donostiarra, pero firmó una tercera posición que, de haberse producido en una jornada de ACT, hubiera supuesto una dulce derrota con un buen número de puntos al casillero. En toda la Liga Eusko Label del año pasado, no bajó del quinto puesto. Y ese será también el reto durante este verano: ganar cuando se pueda y no ceder muchas posiciones respecto al que lo haga en el resto de las regatas.

En condiciones normales, todas las quinielas le incluyen en la tanda de honor. Hasta Orbañanos se atreve a afirmar que «si hacemos bien lo nuestro, deberíamos estar en la pelea de arriba». Urdaibai se presenta como el gran rival a batir, pero en Bermeo miran con el máximo respeto hacia Hondarribia. Zierbena también entra de lleno en los pronósticos para ocupar una de las cuatro primeras posiciones y Donostiarra se ha convertido de un tiempo a esta parte en el rival guipuzcoano más incómodo para quien aún encabeza la jerarquía del territorio.

La garantía del rendimiento parte desde la popa de la trainera, donde volverá a emerger la eterna figura de Ioseba Amunarriz, con catorce temporadas completas en la ACT como bagaje. Ante la igualdad que reina en la élite, el detalle de una buena enfilación o una maniobra maestra resulta a menudo decisivo. En las tostas le corresponde una cuadrilla comprometida y de calidad, con pericia para desenvolverse en condiciones de mala mar pero también una relación peso-potencia óptima para hacer correr el bote cuando los vatios cobran importancia.

La fiesta local para visualizar el apoyo de toda una comarca a la Ama Guadalupekoa y sus valores tendrá lugar el 10 de agosto con la Mapfre Sari Nagusia de la Liga Eusko Label.