Remo | Liga Eusko Label

Donostiarra vuela en popare en su jardín

Los largos de vuelta de la Donostiarra por la calle más próxima a la isla, siendo la única trainera en dejarse caer a babor cuando enfilaba hacia el interior de la bahía, fueron una delicia. De los que hacen afición. El patrón Arkaitz Díaz, bien respaldado por los dos ankekos, hizo despegar la Torrekua cogiendo todas las olas que entraban desde el oeste con la proa de la trainera fuera del agua en muchos momentos. Sus rentas en esos largos de vuelta fueron un escándalo. Donostiarra, con un parcial de 4:42 entre la primera y segunda ciaboga, fue catorce segundos mejor que Orio solo en ese segundo largo y diesiete mejor que Zierbena, mientras que desde la tercera ciaboga a la meta, en la que Donostiarra hizo 4:41, le metió ocho a Zierbena y Urdaibai, y dieciséis a Orio.

Imposible hacerlo mejor. Remar por la calle cuatro, a priori la mejor en un día de mareas vivas, y el conocimiento del campo de regatas de su patrón seguro que ayudó, pero sería quitarle valor a la sobresaliente regata cuajada por la tripulación. Una exhibición como esa es cosa de los trece. El entrenador Igor Makazaga alineó en la banda de estribor a Iñaki Urtubia, Unai Loyarte, Endika López, Ander Balda, Xabat Olaetxea e Iker Imaz; en babor puso a Luis Manuel González, Xabat Pastor, Igor Francés, Jaime Lara, Joxe Leibar, Peru Jauregi, con Joanes Balenciaga como proel. Cuatro canteranos; el mínimo exigido por la normativa de la competición.

La regata duró largo y medio. Los cuatro capos de la competición se marcaron en el largo inicial sabedores de que una de las claves estaba en aguantar en brankas para rematar en popare. Eso sí, la Torrekua ya llevaba la voz cantante para entonces con rentas que no superaban una trainera. Dos segundos era lo que aventaja a Urdaibai en la baliza, mientras que Zierbena entraba a un bote y Orio a cuatro segundos.

Comenzaba una nueva regata popa a la ola y Donostiarra exprimió el limón al máximo. Su patrón enganchó dos olas consecutivas en el minuto seis y medio de regata que le permitieron abrir una brecha ya decisiva de más de diez que dejaba la bandera prácticamente vista para sentencia. «Hemos sabido aprovechar la oportunidad, pero la temporada no ha hecho más que empezar y hay que estar preparados para afrontar cualquier circunstancia de la mejor manera posible», resumía su patrón Díaz al acabar la regata.

Esas mismas palabras se las pudieron agenciar en Hondarribia y San Juan. Las dos aprovecharon su momento. Queda la duda de saber qué hubiera pasado con Hondarribia de haber remado con el viento que no tuvieron en la tanda de honor.

La Ama Guadalupekoa, necesitada de alegrías, gobernó desde la txanpa inicial haciendo añicos el mejor tiempo que había establecido San Juan en la primera ciaboga de la tanda inaugural. Hondarribia rebajó esa marca en diez segundos pero ya se intuía que la cosa iba a ajustarse en las balizas de dentro porque la marea ya había empezado a tirar hacia abajo y la calle central por la que bogó no beneficiaba en popare. De diez segundos se pasó a uno. Con todo, Hondarribia, con una remada asentada, mantuvo a raya a sus rivales de tanda con rentas nunca inferiores a diez segundos dejando la emoción para el segundo puesto finalmente para Ares tras quitarle cinco segundos a Getaria en el último largo.

Ese registro de Ares, sin embargo, no le sirvió para ganar a San Juan que sacó oro por la calle cuatro en su objetivo por salir de la tercera tanda y pasar a remar este domingo en Zierbena (12.21 horas, ETB1) en la segunda con Hondarribia y Getaria. Los siete puntos que sumó este sábado en la general son un tesoro que corroboran lo que se espera de la Erreka de Joseba Fernández. En popare, en el segundo largo, asestó el golpe definitivo. Lo hizo muy bien.