Un cronograma de dos años de obra cumplido

Cuando a las seis y media de esta tarde el balón eche a rodar en el Reale Arena, se cerrará un ciclo de cuatro años desde que la Real Sociedad presentara al Ayuntamiento de San Sebastián, propietario del estadio, el proyecto de ejecución de su remodelación con la supresión de las pistas de atletismo y la ampliación de las gradas, hasta sumar un aforo de 39.500 espectadores, 7.500 más de los que cabían en el ya viejo Anoeta. Desde que se cerró Atotxa hace 26 años, en junio de 1993, y se inauguró Anoeta dos meses después, los aficionados txuriurdines han sufrido la frialdad de unos graderíos alejados del verde por las pistas de atletismo.

El ahora rebautizado, los días de partido, como Reale Arena, a cambio de 10 millones de euros en seis años, luce desde hoy con todas sus gradas cerradas, una vez que se inaugure la nueva tribuna familiar, aunque falta todavía culminar las obras en el exterior. El club no ha ofrecido la cifra final de gasto en la renovación del estadio, una información que probablemente hará pública en la junta de accionistas. El coste total de las obras se estima entre 65 y 70 millones. 52 para el estadio y 8 para las cubiertas superiores y las cerchas. Además, el pasado 1 de agosto, el consejo de administración de Anoeta Kiroldegia aprobó dos proyectos de obra adicionales, por valor de casi seis millones de euros, para actualizaciones no contempladas en el proyecto inicial. Se trataba principalmente de obras complementarias como canalones para evitar que la lluvia moje, hasta pasarelas de bomberos. Una cantidad extra que también asume la Real Sociedad. El club ha tenido que realizar un enorme esfuerzo económico, pese a la contribución de algunas instituciones públicas como la Diputación de Gipuzkoa (cuatro millones) y el Gobierno Vasco (diez millones).

Dos años y casi tres semanas han pasado desde que la primera grúa comenzó a derribar la tribuna sur en mayo de 2017, en una obra que parecía imposible y que el empeño del presidente del club, Jokin Aperribay, ha permitido culminar, a la espera de que antes de final de año se terminen los remates exteriores y de los accesos, el cubrimiento total de la fachada y la urbanización definitiva de la zona. La remodelación arrancó después de un largo proceso, casi siempre con sentencias y tribunales de por medio, que ralentizaron los pasos. Pero desde que entraron las máquinas de obra, el cronograma se ha cumplido sin interrupciones y a rajatabla.

La remodelación se completa con la mejora de las instalaciones de Kirol Etxea y la casa de cultura Ernest Lluch; con la creación de 1.300 metros cuadrados para que el Gobierno Vasco pueda establecer las federaciones vascas; con la creación de 1.200 metros para que el Ayuntamiento pueda fijar sus sociedades y con la mejora de las instalaciones de la Federación Guipuzcoana de Fútbol.

Una de las novedades del nuevo estadio de la Real Sociedad es que los accesos a la tribuna principal serán diferentes. Entonces había doce puertas diferentes, ocho en el anillo inferior y cuatro en el superior, ya que la entrada al campo se distribuía desde el exterior. Ahora en cambio en el Reale Arena se hace en un mismo nivel y es dentro de la instalación cuando los aficionados deben realizar los recorridos hasta su localidad. En mayo pasado las puertas de acceso del nivel inferior eran la 00, 01, 02, 03, 26, 27, 28 y 29, mientras que las superiores se correspondían con la 04, 05, 24 y 25. Ahora se concentran todas para el público en general en cuatro, la 1, 2, 19 y 20, mientras que se destinan la 3 y la 18 para acceso exclusivo a los palcos y la 0 para hospitality. El nuevo campo ha permitido lograr el récord de socios, 33.026. La afición visitante recibirá mil entradas en el córner noreste, aunque hoy no se aplica esta medida.

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