Monsieur Theo, el 'huracán' de la Real Sociedad
El lateral francés se ha convertido en el dueño y señor del carril izquierdo txuri-urdin gracias a su potencia en carrera y a su personalidad
Eneko pérez
Martes, 11 de diciembre 2018, 07:20
El lateral izquierdo de la Real Sociedad vuelve a tener dueño. Tras la traumática salida de Yuri dirección París hace un año y medio ... y el experimento de dejar a De la Bella como mentor de Kevin Rodrigues el pasado curso, el carril zurdo txuri-urdin se había quedado huérfano de un jugador que lo recorriese y lo defendiese como lo hizo el zarauztarra en aquella gran campaña 2016/2017. Después de constatar que a Kevin aún le quedan horas de vuelo, y de que al siempre admirado y respetado De la Bella se le estaba terminando la gasolina, la dirección deportiva, con Roberto Olabe a la cabeza, terminó por elegir este verano a un jugador tan especial como controvertido: Theo Hernández.
Alocado, volcánico, impulsivo, arrogante y con una mirada siempre desafiante. Theo es la antítesis de lo que siempre se ha vendido como el estereotipo del jugador guipuzcoano (dócil, frío y trabajador silencioso), pero tal vez sea ese 'anti-héroe' que el vestuario tanto demandaba tras las salidas de varios referentes como Carlos Vela, Xabi Prieto, o Iñigo Martínez. A sus 21 años, al merengue no parece que le tiemble jamás el pulso, y es capaz de encararse hasta con tipos con la trayectoria de Xabi Prieto, como se pudo ver en el duelo de la pasada campaña entre realistas y madrileños. No se arruga, y eso suma mucho en un conjunto que sigue echando de menos la 'mala leche' de, entre otros, Valery Karpin o Darko Kovacevic.
Como jugador, de él podría decirse que es como un huracán. Rápido y demoledor. Cada arrancada suya genera un estado de pánico en los equipos rivales; saben que si se marcha del primer obstáculo es muy difícil frenarle si no es con una falta. Sin ir más lejos, en el duelo ante el Betis llegó a alcanzar los 36 km/h en una portentosa cabalgada por la banda izquierda. En carrera es lo más exuberante que se ha visto en la escuadra donostiarra en mucho tiempo. Tal vez lo más parecido a él haya sido Yuri Berchiche, hoy en un Athletic en horas (muy) bajas. Nihat, si se montaba en la 'moto', también era un deleite para la vista. A esa velocidad endiablada, además, hay que sumarle una gran envergadura física que hace que muchos, a su lado, parezcan juveniles.
Más allá de su talento para desarbolar las líneas enemigas, el galo tiene aún cosas por mejorar en su fútbol. Así, él mismo es consciente de que debe mejorar sus prestaciones como defensor, que al fin y al cabo es su principal trabajo. Las desatenciones atrás y su excesivo celo por ir arriba a comandar los ataques suelen provocar que el equipo se rompa y sufra con las embestidas rivales, algo que Garitano y su cuerpo técnico ya han tratado de corregirlo hablando con él. A sus 21 años, eso sí, su margen de mejora en este aspecto es inmenso. Ser disciplinado en el plano táctico, como se ha podido ver hasta ahora, es imprescindible para el entrenador bergararra, que disculpa al hispano-francés sus 'despistes' atrás porque lo compensa con el peligro que genera en campo contrario.
Un carácter diferente
«He venido aquí para disfrutar y para volver a ser el Theo del Alavés. Es algo que poco a poco, a base de partidos, estoy consiguiendo», declaró el futbolista hace escasas fechas en una rueda de prensa. Tras la expulsión que sufrió en El Alcoraz -le cayeron cuatro partidos de suspensión-, el ahora zaguero realista reconoció que «soy joven y tengo mucho que aprender. Ese día me marché al vestuario tocado y hundido. Todo se debió a mi forma de jugar, que es intensa y agresiva». En cualquier caso, el marsellés confirmó que «ahora me controlo más y no se va a volver a repetir. Aunque no voy a cambiar mi forma de ser».
El cariño que le ha ofrecido el técnico, Asier Garitano, ha sido vital para empezar a ver la mejor versión del lateral. «Me transmitió mucho aprecio y respeto. Me dijo que tengo un potencial increíble y que si quiero puedo llegar a ser el mejor en mi puesto. Ahora solo me queda trabajar y trabajar para demostrar que no se equivoca», admitió Hernández días después de comenzar su aventura en Donostia, una estancia que, tal vez, se podría prorrogar algo más que el año acordado con el Real Madrid, ya que el exatlético también dejó caer que «si el próximo verano sigo igual en Madrid y las cosas han ido bien por aquí, no me importaría nada seguir». Tiempo al tiempo.
Aterrizó en la Real Sociedad con su planta de estrella del hip-hop, sus mil y un tatuajes, sus peinados a la última, un pasado algo turbulento, y con una declarada pasión por los automóviles de lujo, tal y como demostró semanas antes de firmar con los guipuzcoanos presentándose en Valdebebas con un Lamborghini Aventador S, un vehículo valorado en cerca de 400.000 euros. Ajeno al ruido que siempre ha generado su figura, el galo se afana en demostrar semana tras semana que, al menos este año, el dueño de la banda izquierda tiene nombre francés y apellido español. Monsieur Theo Hernández.
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