Munuera Montero no puede con la Real

Pero antes hay que conocer la historia del jienense, que se escribe prácticamente sola. Fue el valiente que desafió al Bernabéu en enero de 2019 en aquella salida de Rulli a los pies de Vinicius en la que no señaló penalti porque, sencillamente, no lo había. Desde el VAR le espetaron el famoso: «Todo OK, José Luis». Pero claro, pasaron los días, la presión mediática le hizo efecto y la mejor manera de arrepentirse es machacar a la Real cada vez que se cruza en su camino. Lo de este domingo no sorprendió a nadie porque siempre le pita en contra.

El año pasado castigó con penalti un piscinazo de Suárez ante Merino en el Wanda. Dos puntos que se fueron al limbo. En agosto contra el Barcelona miró para otro lado cuando Dembélé agredió con aquel codazo en la cara a Aihen nada más arrancar el partido. Aquello no mereció ni amarilla y este domingo expulsó a Aritz para que su conciencia esté tranquila con aquella acción del Bernabéu. Por si no fuera poco tampoco señaló el claro fuera de juego de Marcos André en el gol de Lino, en posición incorrecta tapando la visión de Remiro, ni penalizó una mano de Cömert dentro del área ché. Con semejantes rejones de muerte, bastante hizo la Real con salir viva del choque.

Y mira que hemos tratado de obviar en los últimos partidos las actuaciones arbitrales. En Valladolid Figueroa Vázquez se traga aquella falta a Brais como un templo y la consecuencia fue que luego se le anuló un golazo a Kubo. Un punto al limbo. Contra el Betis fueron dos los penaltis por mano dentro del área que no se pitaron, algo que sí ocurrió el sábado en el Barcelona-Almería. Así que llueve sobre mojado.

Salida en tromba. La Real sorprendió de inicio al Valencia con un arranque fuerte tratando de morder arriba. Imanol apenas hizo tres retoques respecto al jueves, dando entrada a Aritz de lateral, Zubeldia de central e Illarramendi en el centro para adelantar a Brais a la mediapunta.

A los 47 segundos Illarramendi ya había puesto a prueba a Mamardashvili con un duro disparo que desvió con apuros. Brais había iniciado la jugada con una apertura a la izquierda para el centro de Carlos Fernández.

Antes del minuto diez Illarramendi fue a presionar alto a Correia y aprovechó su resbalón para robarle el balón. Levantó la cabeza y buscó el pase dentro del área hacia Carlos Fernández, pero Guillamón la metió en propia puerta al intentar interceptar. Gol de un donostiarra para la Real. La tarde prometía.

No es la primera de Aritz. Pero todo cambió en el minuto doce en una jugada sin ningún peligro. Aritz se jugó un regate en posición de lateral derecho y le salió mal porque el balón se le fue largo. Al intentar recuperarlo pisó en el tobillo a Samuel Lino. Una de esas muchas jugadas que se ven todos los días y que Munuera Montero, tras pasarse varios minutos en el monitor dándole vueltas -no lo tenía nada claro-, optó por castigar con roja.

El error arbitral no exime de responsabilidad al beasaindarra, que el año pasado ante el propio Valencia también fue expulsado por otra tontería. Esto es la élite y no se pueden hacer tantos regalos cuando vas tan al límite como la Real ahora. Dos puntos pueden ser la diferencia entre ir a Champions o quedarse fuera y hay que ser consciente de ello. Que el domingo pasado un fallo en el pase costó también la derrota ante el Betis.

Ejercicio de supervivencia. Con 88 minutos por delante en inferioridad -los 78 que quedaban más diez de prolongación entre los dos tiempos-, la Real se replegó, juntó sus líneas y se dedicó a defenderse con orden a la espera de encontrar algún balón para contragolpear. Imanol no hizo de entrada ningún cambio para tener margen de maniobra tras el descanso y retrasó a Zubimendi al eje de la zaga, sacó a Zubeldia al lateral, colocó a Carlos Fernández en la derecha y dejó descolgado arriba a Sorloth.

Enseguida empató Samuel Lino en un disparo desde la frontal del área, pero la Real reaccionó con garra para generar una doble oportunidad con remates de Brais, salvado por Mamardashvili, y Zubeldia, que se le fue alto. Antes del descanso un taconazo de Illarramendi a Rico facilitó el centro de éste a Sorloth, pero su remate de cabeza lo sacó bajo palos Cömert.

En el descanso el oriotarra sacó a Gorosabel, Pacheco y Magunazelaia para dar aire al equipo y éste último inició la mejor jugada asistiendo a Sorloth para que el noruego dejara temblando el larguero. Quedaba un mundo por delante pero la Real se defendió con orden y amarró un punto que sabe muy dulce.