John Toshack aparece en La Romareda con la réplica de la Copa del Rey que ganó en 1987. MIKEL FRAILE

«Que la Real me haga este homenaje a mí es un sueño cumplido»

John Toshack recibirá la insignia de oro y brillantes en los prolegómenos del partido en Anoeta contra el Real Madrid

Miguel González

San Sebastián

Jueves, 28 de agosto 2025, 02:00

John Toshack recibirá la insignia de oro y brillantes de la Real Sociedad en los prolegómenos del próximo partido en Anoeta contra el Real Madrid. ... Aunque aún no hay horario fijado por LaLiga, todo indica que se jugará el sábado 13 de septiembre dado que el conjunto blanco arranca su andadura en la Champions la siguiente semana. El galés es el segundo entrenador que más partidos (386) ha dirigido a la Real en su historia, solo superado por Benito Díaz, y fue el artífice de la conquista de la Copa del Rey de 1987 en Zaragoza y del doble subcampeonato de Liga y Copa firmado en 1988.

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Nada más enterarse de la noticia mostró su agradecimiento al club en conversación con este periódico desde su casa en Girona. «Que la Real me haga un homenaje a mí va a ser un sueño cumplido. No me lo esperaba, la verdad, porque no tengo recuerdo de que haya habido homenajes a exentrenadores. Normalmente suelen ser a los antiguos jugadores. Me hace mucha ilusión recibir la insignia de oro y brillantes del club».

Toshack, que superó una grave neumonía provocada por el coronavirus hace tres años, confiesa que cuando despertó en el hospital «después de estar tres días en 'blackout' por el covid soñé que salía al centro de Anoeta y que la gente me aplaudía. Aquello era un sueño y ahora ese sueño se va a hacer realidad. Estoy agradecido a toda la familia de la Real, a la directiva, a la afición, a la plantilla y a todos. Nos vemos el día de Madrid».

Un reconocimiento merecido

La trascendencia de Toshack en la Real ha sido muy grande en sus tres etapas. La primera (1985/89) fue la más espectacular y recordada porque ganó la Copa en 1987 y fue subcampeón de Liga y Copa en 1988, pero también heredó buena parte de la plantilla campeona de Ormaetxea como los Arconada, Gorriz, Gajate, Larrañaga, Bakero, Uralde, Zamora o López Ufarte. Su fino olfato futbolístico y su carácter ganador devolvieron a la Real esa competitividad que había perdido en la Liga tras el Mundial 82.

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En ese grupo de jugadores supo integrar a jóvenes como Begiristain, Sagarzazu, Musti Mujika, Zuñiga o Loren, más el fichaje de Luis Mari López Rekarte, para hacer un equipo que maravilló con su fútbol en el curso 87/88 con goleadas a domicilio en los campos del Espanyol (0-4), San Mamés (1-4) y el Bernabéu (0-4), en la Copa, que aún se recuerdan.

Su segunda etapa en la Real comprendió tres temporadas y media entre 1991 y 1994, en las que sentó las bases del trasvase de Atocha a Anoeta al dar la oportunidad a una generación de chavales integrada por los Alkiza, Imaz, Pikabea, Imanol, Luis Pérez, Guruzeta, Aranzabal, De Pedro, Idiakez y compañía que harían carrera. En esos años fue clave su acierto en los fichajes –Oceano, Carlos Xavier, Kodro, Karpin...– para rodear a los jóvenes de refuerzos que marcasen las diferencias. En 1992 se clasificó para la Copa de la UEFA.

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En diciembre de 2000, con la Real en última posición y a seis puntos de la permanencia, fue reclamado por la directiva de Uranga para salvar al equipo, algo que logró en la penúltima jornada tras ganar en San Mamés. Nada más llegar hizo debutar a Xabi Alonso en Primera.

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