Resacón en el Coliseum

Peor que el resultado es la sensación de debilidad que mostró atrás, donde ofreció demasiadas concesiones cuando ante los de abajo siempre había sido un equipo firme y competitivo. El Getafe le hizo dos goles, Remiro paró un penalti, Ünal la estrelló en el palo y a Munir le anularon un gol por fuera de juego por media uña... Una fotografía muy alejada de esa Real que coleccionaba porterías a cero ante los conjuntos de la parte baja de la tabla.

Además de estar blanda atrás, con el balón no supo qué hacer hasta que salieron Silva y Brais tras el descanso. Entonces se hizo la luz pero había que remontar dos goles y resultó imposible. Sobre todo porque el Getafe cerró bien las zonas interiores y el paso de los minutos se convirtió en una trampa mortal para los de Imanol, que acabaron colgando balones al área desde situaciones poco ventajosas. Para colmo de males, la lesión de Sadiq fue la guinda al peor día en la oficina en mucho tiempo. Casualidades o no, la Real regresa de vacío en el primer encuentro liguero que juega después de Europa. Y ante el Getafe...

No funcionó el once inicial. Imanol no suele ser amigo de hacer grandes retoques en el equipo ni aunque la Real llegase de jugar un partido tan exigente como el de Old Trafford. Realizó cuatro cambios y punto, y todos hombre por hombre sin variar el sistema del 1-4-4-2 en rombo. Así Sola entró por Gorosabel, Zubeldia en lugar de Aritz, Turrientes por un Brais que había jugado todos los minutos hasta ahora y Sorloth por Silva, bajando Kubo a la posición del canario. Pero la cosa no funcionó, aunque era lógico refrescar el equipo y poco se le puede achacar al oriotarra si queremos afrontar tres competiciones.

Únicamente Sola en el lateral derecho mejoró las prestaciones colectivas. Zubeldia mezcló mal con Pacheco y éste pareció una sombra del de Mánchester. Turrientes no pudo igualar el nivel de Brais en uno de los vértices del rombo y cometió una falta absurda en el 1-0 mientras que la ausencia de Silva se acusó mucho en la primera parte con un Kubo desacertado en el enganche. Así entró la Real al partido.

Sola, el único que sorprende. El Getafe planteó un partido muy físico con una presión muy fuerte arriba que bloqueó la salida de balón blanquiazul. Con Ünal y Mayoral apretando a los centrales y los tres centrocampistas azulones yendo altos en marcas individuales, la Real no salía de su campo por mucho que Imanol metiera a Zubimendi entre los centrales para dar más amplitud a la zona de iniciación.

En ese contexto de inferioridad, el conjunto local pudo marcar en el minuto 13 de no ser porque Remiro detuvo el penalti de Mayoral. Todo había empezado con un centro de Aleñá en el que el meta no agarró el balón y Pacheco pecó de pardillo para meter la pierna ante Mayoral. La Real no aprovechó el subidón moral que supone una acción así.

Con todo, logró saltar el dispositivo defensivo contrario con las galopadas de Sola, culminadas con dos buenos centros y un zurdazo rozando el poste. El lateral logró conectar incluso con Kubo antes del descanso para que Sorloth probara suerte con la izquierda, aunque sin coger portería.

Dos acciones de pardillos. En la última jugada de la primera parte Turrientes, como hizo en Mánchester ante Cristiano, cometió una falta absurda en una posición peligrosa -esta vez fue una mano- y Ünal sorprendió en el libre directo a un Remiro que tardó en reaccionar. Pero es que en la reanudación un balón regalado entre Zubimendi y Zubeldia a saque de banda acabó dentro de la portería de nuevo. Nadie impidió el centro de Ünal y para cuando salió Pacheco a intentar tapar el disparo de Aleñá fue demasiado tarde. En la última jugada del primer tiempo y la primera del segundo la Real perdía por dos goles.

Para entonces Imanol ya había dado entrada a Cho por el lesionado Sadiq en el minuto 37 y a Brais y a Silva tras el descanso, lo que se tradujo en un equipo más ordenado que mejoró ostensiblemente sus prestaciones.

Bloqueados por dentro. Con Merino en su perfil natural, Brais atrayendo por la derecha y dos amenazas por fuera como Sola y Cho, la Real encontraba a Silva por dentro para generar peligro. Así llegó el gol que acortó distancias en una apertura del canario al francés, que centró para la llegada desde segunda línea de un Brais que terminó de cabeza.

Merino tuvo dos buenas ocasiones, de cabeza a centro de Aihen y de un derechazo, y Sorloth no llegó por poco a otro servicio de Cho. Pero Sola dijo basta en el carril derecho, tuvo que ser cambiado y eso le permitió al Getafe cerrarse por dentro, asfixiar a Silva y controlar a Cho mediante ayudas defensivas.

Merino pudo marcar después en un testarazo al larguero en un córner de Brais pero la verdad es que estuvo más cerca el tercer tanto local en un remate al poste de Ünal y el tanto anulado a Munir que el del empate con una Real que abusó de poner demasiados centros al área.