Pacheco despeja un balón ante Jaime Mata. REUTERS
El seguimiento a

Jon Pacheco se estrena contra una jauría de lobos

El de Elizondo debuta como jugador de Primera y de titular en una defensa de cinco y siendo clave en la jugada del gol de Adnan Januzaj

Eneko Pérez

san sebastián.

Martes, 30 de junio 2020, 07:11

La clase de 2001 sigue pidiendo paso con fuerza. Pasarán los años y Jon Pacheco (Elizondo, 2001) siempre recordará la calurosa noche de verano ... en la que debutó con la Real Sociedad en Primera, a las puertas del mes de julio. En Getafe, sin público, peleando por Europa, sin cara en la presentación de los onces en la televisión, y con el '26' a la espalda.

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Un cúmulo de circunstancias empujó ayer a Imanol a darle la alternativa a este espigado central del Valle del Baztán. Se presentó en sociedad con la misma cara de niño con la que aterrizó en Zubieta en 2013 para incorporarse al Infantil Txiki. Un niño contra la jauría de lobos que es el Getafe de Bordalás. Un máster en intensidad y juego subterráneo.

Pero el potrillo no se achantó. Acostado en la izquierda en una sorprendente línea de defensas de cinco hombres, con Monreal en la banda y arropado también por Le Normand, el de Elizondo buscó desde el principio no salirse del guion y actuar con normalidad. Si el equipo jugaba en largo, él tampoco tenía problemas en hacerlo. Defensivamente no cometió ningún error grosero, algo a destacar siendo un debutante en un equipo que sale a desastre defensivo por partido tras el parón. Algo que refrendaron ayer.

Se las tuvo que ver, sobre todo, con Mata, un delantero que es un dolor de cabeza constante, pero al que le pudo arrebatar un par de balones en dos buenas anticipaciones que ya dejan ver qué clase de central puede llegar a ser. Siendo solo un juvenil tuvo los arrestos necesarios para reclamar al árbitro en varias acciones, algo que a algunos compañeros suyos ni se les pasa por la cabeza.

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Para el recuerdo quedará también la primera falta que cometió como futbolista de Primera División. Frenó tras un violento encontronazo una peligrosa internada de Damián Suárez al borde del descanso.

Más presencia

Tras el paso por vestuarios el peso del baztandarra en el juego txuri-urdin creció. Y vaya si lo hizo. En la primera acción de la segunda mitad con cierto peligro un pase suyo entre líneas a Oyarzabal sirvió para descolocar a la zaga azulona. Primer aviso. Al segundo fue decisivo. Se zafó in extremis de Cucurella con una finta en campo propio, condujo con elegancia el balón y se la dio a Merino y éste a Oyarzabal, que encontró a Januzaj en el minuto 56 para que el belga empatase.

Sorprendió su poso para coger la responsabilidad de sacar el cuero jugado ante un rival que castiga tanto las pérdidas en campo propio. Viendo el cariz que estaba cogiendo el partido, con un rival ya mermado, Imanol decidió cambiarle en el minuto 77 en lugar de otro chaval de la cantera como Zubimendi para dotar de más piernas frescas a la columna vertebral blanquiazul.

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Puede estar tranquilo, porque el examen era de los potentes y salió airoso. Afortunadamente para él, además, no sale en la sonrojante foto del 2-1 de Mata. Lástima que esa acción empañase una noche inolvidable para él. Pronto llegarán las victorias. O eso espera todo el mundo.

Nais, otro potrillo que se suma a la lista de Imanol

El de Pacheco ayer no fue el único estreno en Primera de un canterano realista. Nais Djouahra, atacante franco-argelino de la generación de 1999, saltó al campo a punto de llegar al tiempo reglamentario en lugar de Aritz e intentó profundizar por la banda izquierda.

No tuvo tiempo para gran cosa, pero un buen servicio suyo a Monreal estuvo cerca de terminar en un centro peligroso al área local. En el verano de 2019 ya se dejó ver en algunos amistosos de la pretemporada, en los que dejó una buena imagen.

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