La 'nueva' Real Sociedad

Le ha pasado a la Real Sociedad y es fácil que les ocurra a otros equipos de LaLiga a los que este final comprimido de ocho jornadas en seis semanas -el 23 de mayo acaba la Liga- se les puede hacer largo, muy largo. Los equipos con mayor profundidad de plantilla y los que puedan tirar del filial serán los que tengan más posibilidades de sumar de tres en tres. A cruzar los dedos.

Así que el punto en Mestalla tampoco es malo en esta carrera de fondo por un puesto en Europa. Es obvio que cuando te pones 0-2, tienes opciones para ampliar la ventaja y te acaban empatando, sabe a derrota, pero prefiero quedarme con lo positivo.

Quiero ver la botella medio llena porque el de Valencia era el tercer partido de la Real Sociedad en ocho días -la final de Copa, el derbi en Anoeta y el choque en Mestalla- con dos desplazamientos de por medio y el equipo se presentaba con diez bajas, sin los jugadores que deciden a qué juega esta Real: Zubeldia, Zubimendi, llarramendi, Merino y Silva. Si nos dicen no hace tanto que la Real es capaz de competir y de sumar en un campo como Mestalla con ese 'equipo de circunstancias' nos echaríamos las manos a la cabeza.

Me encantó cómo la Real se adaptó a la nueva situación, cómo los jugadores hicieron suyo el 'nuevo' dibujo, el paso adelante de Guevara como pivote único, los buenos minutos de Sagnan, la madurez y lectura de juego de Urko, la generosidad de Carlos Fernández al echar un cable en el centro del campo... La Real tuvo detalles de equipo grande que no se esconde en las bajas, se planta en Valencia y le hace un siete en la primera parte.

Ver a la Real en la primera parte fue una gozada. Se mostró como un equipo vanguardista el que los jugadores parten de una posición pero acaban en otra distinta.

Tengo la sensación de que van a ser ellos, los que jugaron en Mestalla, los que tengan que meter a la Real en Europa. Estamos en sus manos porque entre que vuelven los lesionados y se ponen a tono, la liga se ha acabado. Yo sí confío.