Pedaladas hacia la recuperación
Mikel Oyarzabal se emplea a fondo en Anoeta, donde usa la bicicleta y la piscina para ganar movilidad y músculo en la pierna lastimada
Recientemente se han cumplido tres meses de la intervención quirúrgica a la que fue sometido Mikel Oyarzabal tras la rotura del ligamento cruzado anterior de ... la rodilla izquierda que se produjo durante un entrenamiento en Zubieta el 17 de marzo. El eibartarra hace tiempo que inició el largo recorrido que le llevará de vuelta a los terrenos de juego en un intervalo estimado de ocho meses, por lo que no se espera su vuelta a una convocatoria este año al coincidir los plazos con el Mundial.
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No se puede correr con este tipo de dolencias. Los plazos son sagrados, aunque no hay un tiempo exacto para todos los futbolistas que sufren esta misma lesión. Ese periodo de tiempo se establece en base a la operación. Durante la actuación quirúrgica a la que se sometió Oyarzabal, el doctor Mikel Sánchez le sustituyó el ligamento roto por tendones que el jugador tenía alrededor de la rodilla. Esos tendones se están transformado ahora en ligamento y es esa transición biológica la que marca el periodo de recuperación del jugador, y oscila entre los seis y ocho meses.
En esas se encuentra el eibartarra en la actualidad, que pese a ver todavía lejos la meta, trabaja sin descanso para llegar en las mejores condiciones al momento en el que pueda estar disponible de nuevo. Ha sido un fijo los últimos días en el Reale Arena junto a los nueve potrillos que llevan a cabo el periodo de adaptación para arrancar la pretemporada con el primer equipo la semana que viene. También ha coincidido con Carlos Fernández y Guevara, los otros dos compañeros que han acortado las vacaciones para llegar con chispa al comienzo de los entrenamientos.
La bicicleta suele ser la gran aliada de los afectados por una lesión de rodilla y Oyarzabal no ha sido una excepción en este sentido. El jugador se está machacando sobre las bicis instaladas en el gimnasio de Anoeta, donde lleva a cabo principalmente trabajo de fuerza. La piscina es otro de los recursos que está empleando el eibarrés en su proceso de recuperación y que le ayuda en el fortalecimiento de la articulación dañada. La mejora de movilidad y el aumento de músculo en la pierna lesionada son las mayores preocupaciones ahora mismo del guipuzcoano.
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El jugador realiza ejercicios de fuerza estos días para tratar de recobrar sensaciones en la rodilla izquierda
Siempre que la rodilla responda de manera satisfactoria y no surjan molestias inoportunas que le impidan continuar con el proceso de rehabilitación, Oyarzabal podría empezar a correr e incluso a tocar balón en solitario en los próximas semanas. El guipuzcoano tiene un ejemplo muy cercano estos días en el estadio de Amara, ya que Carlos Fernández sufrió la misma lesión, en su caso en la rodilla derecha, en un amistoso de la pasada pretemporada ante el AZ Alkmaar. El sevillano fue operado el 10 de agosto en Barcelona por el doctor Ramón Cugat y 14 semanas después, el 15 de noviembre, saltó al césped del José Luis Orbegozo para correr y tocar balón por primera vez tras su grave lesión. Oyarzabal cumplirá próximamente ese mismo plazo, por lo que no sería de extrañar verle en las siguientes semanas recobrando sensaciones sobre la hierba de Zubieta.
Un parón beneficioso
Será a partir de septiembre cuando los galenos puedan valorar y autorizar la incorporación del jugador a la dinámica de grupo. Sería en todo caso un regreso gradual y bajo unas condiciones determinadas. Es muy común que estos jugadores desempeñen el rol de comodín en los ejercicios con balón para evitar choques con los compañeros.
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Si sigue los pasos de Carlos Fernández, que sufrió la misma lesión, podría empezar a correr y a tocar balón próximamente
Que el Mundial de Catar vaya a celebrarse entre noviembre y diciembre otorga un tiempo extra al realista, que se perdería unas quince jornadas ligueras hasta final de año. Además, ese parón de un mes en plena campaña beneficia a Oyarzabal, ya que en el reinicio de la competición no tendrá que sufrir tanto para adaptarse al ritmo de juego de compañeros y rivales. Todo aquel que no participe en la cita mundialista tendrá que reemprender la marcha casi desde cero por esta circunstancia.
Oyarzabal aún tendrá que sudar mucho hasta llegar a ese momento. La evolución de la rodilla izquierda le marcará los tiempos y las sensaciones que vaya experimentando serán muy importantes a la hora de ir superando etapas. Los fisioterapeutas también serán una parte fundamental en el restablecimiento del futbolista que, de momento, se recupera dando pedaladas.
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