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Shanti Martín y Javier Guruzeta ondean las bufandas de Real y Athletic. LOBO ALTUNA
Padres de Jon Martín y Gorka Guruzeta

De inseparables en el Sanse a rivales por sus hijos

Los padres de Jon Martín y Gorka Guruzeta jugaron juntos cinco años entre 1987 y 1991, compartían habitación en los viajes y tenían las taquillas juntas en el vestuario

Miguel González

San Sebastián

Domingo, 4 de mayo 2025

Los caminos del fútbol son inescrutables. Que se lo digan a Javier Guruzeta y a Shanti Martín, compañeros de vestuario y habitación en el juvenil y en el Sanse, y que presenciarán el primer enfrentamiento entre sus hijos en un derbi, ya que el realista Jon puede marcar al rojiblanco Gorka. ¿Quién les iba a decir entonces, cuando opositaban a jugar en Primera con la Real, que algo así podría pasar en un futuro? Pues ha sucedido.

Se citan en el Restaurante Jauregui de Hernani, territorio neutral entre alguien de Lasarte-Oria como Martín y Guruzeta, que vive en Aiete. Nada más verse se funden en un abrazo, reflejo de las mil y una aventuras que compartieron de jóvenes. «Mira que las preparábamos buenas, ¿eh?» dice uno mientras el otro se justifica: «Pero éramos nobles».

Ambos nacieron en 1970 y apenas les separan unos días. «Yo soy del 15 de marzo y tú eras del 27, ¿no?», dice Guruzeta. «Se nota que soy el más joven», bromea Shanti presumiendo de figura, ya que mete muchas horas encima de la bicicleta. «La rodilla izquierda, la que me obligó a dejar el fútbol, no me permite muchos trotes. Antes jugaba más a pala».

La conversación fluye por sí sola y los recuerdos se suceden. «Shanti ya estaba en la cantera de la Real y yo llegué del Eibar para jugar el último año juvenil. Ahí fue donde compartimos vestuario por primera vez». Se trataba de la temporada 87/88 y permanecerían juntos hasta enero de 1992, cuando Martín se rompió la rodilla en Zaragoza.

El aita de Jon tuvo la oportunidad de debutar en Primera en la campaña 86/87 contra el Atlético en el Calderón. «Fue la Liga del playoff. La Real no se jugaba nada y Toshack se llevó concentrados a los titulares para preparar la final de Copa de Zaragoza. Ese partido lo jugamos los suplentes del primer equipo y varios juveniles. Los del Sanse no podían hacerlo. Recuerdo que en el Atlético estaban Arteche, Marina, Alemao, Julio Prieto, Salinas... Nos golearon pero fue bonito. En la 90/91 jugué un partido, ya con Boronat, ante el Sporting de Luis Enrique».

Compañeros en la defensa

Después del año juvenil compartieron vestuario en el filial durante tres años y medio, primero a las órdenes de Salva Iriarte y después de Periko Alonso. Guruzeta explica que «jugábamos con tres centrales, yo en el medio, Shanti a la derecha y Roteta a la izquierda. Éramos los Górriz, Larrañaga y Gajate del Sanse», bromea. El hecho de moverse tan cerca les hizo inseparables. «Nos ayudábamos uno a otro», explica Shanti. «Hay delanteros con los que he jugado de los que no me acuerdo, pero de Guru no me puedo olvidar».

Su relación era tan estrecha que iba más allá del campo. «Teníamos las taquillas pegadas en el vestuario, nos cambiábamos juntos y compartiamos habitación en los viajes. Si hasta nos poníamos juntos en las fotos de pretemporada en Atocha...».

El fútbol ha cambiado mucho y describen aquel Sanse como «una gran familia. Éramos todos guipuzcoanos salvo Belloso, un delantero de Pamplona», explica Guruzeta. «¿Te acuerdas las bromas que se hacían», dice Shanti. «Alguno nos ponía en el desodorante Finalgon, una pomada para golpes que picaba mucho. Te duchabas, te dabas aquello en el cuerpo y no veas cómo escocía». No dan nombres, pero el lasartearra apunta que «uno de los peores era Unai Emery. Era un cabroncete –risas».

Martín sobre Guruzeta

«Es un delantero que rentabiliza muy bien las ocasiones. Tiene tres y te enchufa dos»

Guruzeta sonre Martín

«No he visto a nadie con 18 años jugar de central en la Real. Conserva la agresividad del padre»

Guruzeta, que jugó cuatro temporadas en Primera con la Real y después lo hizo en Segunda con el Alavés y el Eibar, califica a su amigo de«superdotado. Un jugador rápido, fuerte, que iba bien de cabeza y le pegaba duro al balón. Si no llega a ser por esa grave lesión habría jugado muchos partidos en la Real». Martín describe a Guruzeta como «trabajador, serio y potente. Era muy difícil de desbordar. En la Real jugó luego en el centro del campo».

Hoy, tres décadas después ambos siguen conectados al fútbol a través de sus hijos. Además de Jon, Shanti tiene otros dos más que también son futbolistas. «Santi, el mayor, jugó en las categorías inferiores de la Real y ahora está en el Pasaia de Tercera. Oihana, la pequeña, está en el tercer equipo femenino». En el caso de Guruzeta, tiene a Gorka en el Athletic y a Jon en el Eibar.

Creen que es increíble que sus hijos puedan enfrentarse en un partido de Primera. Guruzeta subraya que «Jon Martín es el único guipuzcoano de 18 a 22 años que está en el primer equipo de la Real. Eso es la leche. Uno de cuatro generaciones. En nuestra época era más fácil porque subíamos cuatro por generación. Ahora el nivel ha crecido mucho y no es fácil hacerse un hueco en un equipo con aspiraciones tan altas. Tampoco hay ninguno de la generación de Gorka en la Real».

Los dos coinciden en que sufren más en la grada como padres que en el campo cuando jugaban. «Es como estar enjaulado», dice Shanti. «Sobre todo si tu hijo es central, porque los fallos se ven más que los de un delantero. Siempre estás pendiente de que no falle, de que todo le vaya bien, aunque siempre le digo que el fútbol es un juego de aciertos y errores y que la clave consiste en naturalizar los fallos».

Guruzeta cuenta que nunca lo ha pasado tan mal como en la final de Copa de La Cartuja del año pasado. «Sufrí una barbaridad. Al final del partido las familias de los jugadores fueron a celebrarlo y yo me quedé solo con una cerveza. Necesitaba descomprimir».

Cada vez menos consejos

El eibarrés confiesa que no es de dar muchos consejos a sus hijos ahora que son mayores. «Cuando eran más críos sí les decía algunas cosas, pero desde que son profesionales, no tanto. Y si acaso hay que saber cuándo hacerlo, esperar que sean ellos los que vengan a ti. Si no, sobre todo si han perdido, mejor ni abrir la boca. El otro día le pregunté al pequeño si había ido al masajista y me dijo que no le rayara...».

El padre del txuri-urdin sí suele hacerlo más con su hijo «pero porque tiene 18 años. Y pocas veces de cuestiones técnicas y tácticas, porque de eso están muy bien preparados. Hablamos más de situaciones personales y cómo afrontarlas. La cabeza es clave».

Para Guruzeta lo que está haciendo el central blanquiazul es «algo muy difícil. Es un artista. No sé si alguna vez he visto jugar a un central de 18 años en la Real, y como lo está haciendo Jon. Ha heredado la agresividad y el carácter de su padre pero con bastantes más centímetros» –risas–.

A Shanti le gusta de Gorka «lo bien que rentabiliza las ocasiones. Tiene tres y te enchufa dos. El año pasado marcó más de 15 goles y esta temporada también lleva unos cuantos. Es un delantero que se coloca muy bien en el área y siempre está atento».

«Es imposible hacerlo mejor que Imanol; seguro que vuelve a entrenar a la Real»

Amigos desde hace tanto tiempo, seguirán el derbi desde perspectivas diferentes por motivos obvios. Guruzeta es socio desde hace años, «aunque es mi hermano el que va a Anoeta. Yo le deseo lo mejor a la Real. Soy guipuzcoano y he jugado en la Real, pero siempre voy a ir con los equipos de mis hijos. Por eso no tengo el corazón dividido en el derbi».

Shanti cree que el Athletic llegará distraído por su eliminatoria ante el Manchester. «A pesar del 0-3, ellos están más centrados en la eliminatoria europea e igual nos aprovechamos de ello... Para nosotros la victoria es fundamental para ir a Europa».

El padre del delantero rojiblanco da fe de que «Bilbao vive volcada en las semifinales de la Europa League. El ambiente del jueves fue increíble. Luego dependerá de cómo afronte Valverde el derbi, si reserva a muchos jugadores o no, pero en cualquier caso Anoeta siempre es un campo difícil para el Athletic. Más jugándose la Real lo que se juega».

El derbi será el primer partido tras la decisión de Imanol de no seguir el próximo curso. Ambos compartieron vestuario con él en el Sanse durante dos temporadas y, en el caso de Guruzeta, cuatro más en el primer equipo. Martín dice que «me parece bien que haya sido él quien haya decidido» mientras que el eibarrés le ve «volviendo a la Real en un futuro. Ha metido cinco años al equipo en Europa, está peleando por hacerlo una sexta vez, ha ganado la Copa. Es imposible hacerlo mejor. El recuerdo que deja es muy bueno. Seguro que vuelve».

Eso sí, ninguno comparte la imagen que se ha transmitido del oriotarra de un chaval callado en su época de jugador. Shanti recuerda que «jugaba a mi lado y pegaba sus buenos berridos. En el campo tenía mala leche y echaba sus broncas». Guruzeta apunta que «fuera del césped era educado y más callado, pero dentro no. Físicamente era un portento. Tenía una potencia enorme. No paraba de correr».

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