La niñez de Alexander Isak: Extrovertido, mediador, gran saltador de altura y el rey del tenis de mesa
La prensa sueca se sumerge en la infancia del delantero de la Real Sociedad que liderará a la selección de su país en la Eurocopa
Suecia se encomienda a Alexander Isak para protagonizar la sorpresa en la Eurocopa que arranca el próximo viernes. El ataque de la selección ... sueca estará liderado por el delantero de la Real Sociedad y muchas de las opciones del combinado escandinavo para superar la fase de grupos en la que se toparán con la España de Oyarzabal, la Polonia de Lewandowski y la Eslovaquia de Hamsik pasarán por las botas del atacante txuri-urdin.
La prensa sueca es consciente de que Isak es la estrella del conjunto que dirige Janne Andersson después de la ausencia de Zlatan Ibrahimovic por lesión. El diario Expressen se ha sumergido en la infancia del realista para descubrir los primeros pasos del que consideran como «uno de los mayores talentos de Europa» y dan a conocer sus rasgos más inadvertidos.
Para ello han conversado con William Nilsson, amigo de la infancia de Isak, en Bagartorp, la zona residencial de Solna donde creció. Este aparece con una camiseta del Atlético de Madrid con el nombre y el dorsal de Diego Costa. «Nunca le había pedido algo como esto. En enero del año pasado le dije a Isak que Diego Costa era mi jugador favorito y le pregunté si podía conseguirme su camiseta», indica William. Dicho y hecho.
Meses después recibió una llamada. Era Alex, como le llama su amigo William, y tenía una buena noticia. Había conseguido la camiseta del delantero del Atlético. «Empecé a gritar, lo había olvidado por completo», reconoce William. Isak no se había olvidado de aquella promesa.
William habla del Isak niño como un chico normal, con el que se intercambiaba cartas de Pokémon y jugaba a los Beyblades, una especie de peonza. «Siempre ha sido la misma persona. No ha cambiado su círculo de amistades, se junta con las mismas personas que antes», destaca William. El amigo del realista reconoce que causó sensación en su entorno cuando Leicester y Southampton sondearon al joven jugador, también cuando sonó el Real Madrid o la Juventus. Al final acabó en el Borussia Dortmund. «No entendí lo que estaba pasando, fui incapaz. Era algo muy grande y sigue siendo. Estoy muy orgulloso de él», confiesa.
William también recuerda que con 15 años fue convocado con la selección sub-19. «Me pregunté qué iba a hacer ahí. Pensé que probablemente no tenían suficientes jugadores, pero fue el mejor del partido. Es difícil pensar cómo pudo estar a la altura un chico de 15 años con otros de 18».
La rabieta por el zumo
Otro colega de la infancia recuerda un episodio de Isak que sucedió en una fiesta infantil con tan solo cinco años. Resulta que Isak pidió que le sirvieran un zumo, pero harto de esperar, decidió subirse a la mesa en señal de protesta hasta poder disfrutar de su zumo. Finalmente consiguió la bebida gracias a la rabieta.
Su profesor de gimnasia en el colegio, Christer Corpi, da buena fe de sus capacidades atléticas desde bien pequeño. «Nunca he tenido un alumno que haya saltado 1,75 en salto de altura sin practicar atletismo en su tiempo libre. Alexander era incomparable en ese sentido. Lo comprobé, y si hubiera competido en la prueba de atletismo de Estocolmo ese año habría ganado la medalla de bronce», revela Corpi.
«También aplastó a todos cuando tuvimos torneos de tenis de mesa y me impresionó mucho verle jugar al fútbol. Podía regatear y marcar goles, pero muchas veces optó por ayudar a sus compañeros para que estos mejorasen», pone en valor Corpi.
Destacaba en todos los deportes, pero sin descuidar los estudios. Annelie Lundh, maestra de Alexander Isak durante varios años en la escuela, lo considera un «estudiante modelo». «Lo tuvo fácil y le fue bien a pesar de que pasó mucho tiempo con el fútbol. Feliz, amable, educado, extrovertido y mediador si surgían conflictos, congenió con todos los compañeros de clase», manifiesta Lundh.
Los padres de Isak tienen buena culpa del desarrollo formativo del realista. Teame, el progenitor del delantero, trabajó como profesor y es autor de varios libros de texto en Tigrinya, el idioma más extendido de Eritrea. Su madre Saba y Teame acudían a todas las reuniones de padres que convocaba el colegio y siempre se mostraron preocupados por que el fútbol no perjudicara su rendimiento en la escuela.
En el reportaje también aparece el testimonio de Thania Guanoluisa, la antigua profesora de español de Isak. Esta rememora que recibió una llamada por teléfono del realista cuando ya se encontraba en San Sebastián. La llamada era de agradecimiento. «Fue conmovedor», admite Thania. «Tuvimos una conversación en español fluido y me dijo, 'Thania, fuiste tú quien me dio los conceptos básicos del idioma'. Estaba muy feliz de que lo recordara y lo apreciara», desvela esta orgullosa profesora del delantero del momento en Suecia.
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