La incógnita de quién será el acompañante de Remiro en la Real Sociedad

Los técnicos tienen que evaluar las diferentes alternativas que se les presentan y ver cuál es la mejor para afrontar una temporada con tantas competiciones como la próxima en la que todos los puestos deben estar bien cubiertos. De momento, el único fijo es Álex Remiro, titular en la presente campaña con 31 partidos disputados entre Liga y Copa, 2.790 minutos de juego y nueve porterías a cero, unas buenas cifras para tratarse de su debut en la máxima categoría.

El balear (Binissalem, 1984) disfruta de sus vacaciones en Mallorca a la espera de que se resuelva su futuro. Su contrato acaba de vencer y el club estudia ahora si ampliarlo o no. Cuando el guardameta recaló en San Sebastián en marzo de 2018 firmó por dos temporadas, con una opción unilateral por parte de la Real Sociedad de prorrogarlo un año más en los términos de entonces. Desde Anoeta no se ha ejecutado esa cláusula y ahora habría que negociar las condiciones del nuevo.

Moyá llegó en un contexto de necesidad tras la eliminación europea en Salzburgo. Rulli había caído lesionado en Austria y un grave error de Toño Ramírez había condenado a la Real en Mestalla después. Restaban trece jornadas y, aunque la zona de descenso quedaba diez puntos por debajo, había el riesgo de que la temporada acabase de muy mala manera. En 48 horas la Real Sociedad sacó del Atlético a Moyá tras ofrecerle un buen contrato acorde a sus condiciones y a su trayectoria. El mallorquín respondió y estabilizó la situación en la portería.

Sin embargo, en estos dos años y medio no ha tenido continuidad. Bien por decisiones del entrenador o por razones médicas. Jugó en Liga nueve partidos en la 17/18, once en la 18/19 con Garitano y trece en la 19/20.

Con todo, esta temporada su aportación ha sido notable. Ayudó al equipo a tomar vuelo en las primeras jornadas y ha sido determinante en la recta final con dos buenos partidos ante Sevilla y Atlético, aunque también alternase situaciones en otras jornadas en las que él mismo reconoció que pudo estar mejor. Asimismo, su complicidad con Remiro ha sido grande. Se comprobó tras el abrazo en el que ambos se fundieron tras ganar al Espanyol el día en que su compañero volvió al banquillo diez meses después.

La duda que existe es si a sus 36 años está en disposición físicamente de discutirle la titularidad durante un año completo. La Real Sociedad no quiere volver al escenario de hace unos años en el que los roles de portero titular y suplente estaban tan definidos. La apuesta de futuro es Remiro, pero necesita que le aprieten al máximo para que siga creciendo.

Después de cinco temporadas como titular en la Real Sociedad entre 2014 y 2019 en las que jugó 170 encuentros y participó dos veces en Europa, el argentino regresa tras una provechosa cesión al Montpellier en la que ha salido elegido como tercer mejor portero del campeonato francés por detrás de Predrag Rajkovic (Reims) y el internacional galo Steve Mandanda (Olympique de Marsella). En principio, él mismo cerró las puertas a volver a Anoeta mientras estuviese Olabe en el club. En el recuerdo está la acalorada discusión que mantuvieron hace un año en Zubieta a raíz de que el director de fútbol le comunicase que tenía que salir cedido con destino a Montpellier. Sin embargo, el tiempo cura las heridas.

Con contrato hasta 2022, no está tan claro que vuelva a salir cedido la próxima temporada. La Real invirtió diez millones en su compra y, aunque es verdad que con su rendimiento deportivo ha amortizado parte de esa cantidad en las cinco temporadas que ha jugado aquí, aspira a recuperar algo con un traspaso. Internacional argentino, el portal especializado en tasación de futbolistas Transfermarkt le valora en 8 millones, el problema es que la crisis generada por el coronavirus ha contraído las economías de los clubes y parece una cantidad alta para que alguien ponga encima de la mesa por un portero en concepto de fichaje, además del salario.

Así las cosas, el 14 de agosto estará presente en Zubieta en el arranque de la pretemporada. A sus 28 años está en condiciones de discutirle el puesto a Remiro, aunque también es verdad que muy pocas veces ha sido suplente en Donostia y cuando le tocó, con Garitano hace dos años, lo pasó fatal. En ese sentido, Moyá lleva mejor esa situación.

Rulli acumula cinco meses parado, ya que la Ligue1 se suspendió definitivamente en marzo y no se reanudó. Un mes antes del confinamiento, en febrero, cambió de agencia de representación, dejando a Luciano Galletti y Facundo Fraga para firmar por Stellar Group. Se le viene encima otro verano largo, sobre todo teniendo en cuenta que el mercado se cierra en octubre, pero ahora mismo no se puede descartar que se quede incluso en la Real compartiendo portería con Remiro si no aparece nadie con dinero que venga a por él.