Muy pocos aficionados de la Real Sociedad van a olvidar el partido de ayer en Anoeta. Si bien en lo futbolístico no fue un encuentro que vaya a pasar a la historia del club txuri-urdin (1-1 ante el Sturm Graz), lo que va a quedar para el recuerdo por siempre es el tremendo diluvio que cayó durante el encuentro, especialmente en el descanso.
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Más allá del espectáculo meteorológico (hubo hasta granizo), la espectacular tromba de agua que cayó sin compasión sobre el estadio municipal de Anoeta tuvo incidencia en la estructura del recinto, que evidenció no estar preparado para contingencias climatológicas como las acaecidas ayer por la noche en la capital del territorio. Las goteras que se pudieron ver en varias zonas del estadio del barrio donostiarra de Amara así lo demostraron. La presencia de aficionados bajo sus paraguas en varias filas alejadas del terreno de juego en la zona de la grada Aitor Zabaleta dibujaba una estampa chocante.
«Es increíble que un estadio como este tenga unas goteras así. No me lo puedo creer», comentaba un socio realista al término del choque mientras pasaba por la puerta 17 junto a su grupo de amigos. «Eso es que hacían falta más millones en la inversión de la reforma... Esto es de chiste», apuntaba con ironía otra seguidora blanquiazul.
Aún queda trabajo por hacer
Las pequeñas 'cataratas' que se formaron en algunas de las áreas de acceso del estadio, como la que se puede ver en el vídeo que acompaña esta información, suponen un nuevo examen para el club, que ya ha sufrido grandes dolores de cabeza con el problema del terreno de juego. El estadio de Anoeta fue totalmente reformado en un proceso que duró dos años (desde 2017 a 2019), pero en los últimos tiempos ha quedado patente que aún quedan grietas por cerrar.
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