En Europa no hay rival pequeño

La Real Sociedad sigue pendiente de dar ese salto de calidad que se le espera en Europa. Compite bien, se deja la piel en el campo, supera en oportunidades a su rival, pero no termina de sacar los mismos réditos que en Liga en estos tres últimos años. La pasada temporada solo fue capaz de ganar en Anoeta al AZ Alkmaar por la mínima después de desperdiciar un montón de ocasiones. El Rijeka, último del grupo, pescó un empate como ahora el Sturm Graz y el Nápoles ganó. En este curso ya había empatado el Mónaco en otro partido de mejores propósitos y juego que resultado.

No se puede achacar al cuadro txuri-urdin ni falta de actitud ni ausencia de juego, porque tuvo opciones para marcar un porrón de goles. Pero no ocupó bien el área cuando rompió por banda, lo que se tradujo en últimos pases desperdiciados y remates en posiciones más complicadas.

Ahora tendrá que jugarse la clasificación contra Mónaco y PSV pero habiéndose gastado la bala de los dos partidos contra la cenicienta del grupo. Por lo menos el empate que se dio entre monegascos y neerlandeses deja todo muy abierto entre los tres equipos para las dos jornadas finales.

El técnico visitante Christian Ilzer cambió el dibujo respecto al encuentro de hace dos semanas allí y jugó con un 1-5-3-2 en lugar del 1-4-4-2 en rombo que utiliza habitualmente. Le faltaban tres hombres importantes en la medular como Kiteishvili, Hierländer y Stankovic, y a última hora tampoco estuvo su delantero Yeboah. Lo arregló jugando con tres centrales, con Jäger y Dante de carrileros, Ljubic y Prass de mediocentros, Niangbo de enganche y Sarkaria arriba junto a Jantscher. Ese sistema le permitió presionar alto a la Real con hasta siete futbolistas, lo que dificultó la salida de balón blanquiazul, y cuando Remiro trató de enlazar en largo con Sorloth el noruego tampoco acertó a bajar el balón ante los centrales rivales. Además, al jugar con dos mediocentros a la misma altura ya no aparecían tan fácilmente los espacios a la espalda de sus interiores como en Austria. Tardamos poco en comprender que la empresa no iba a ser sencilla.

Aún así la Real dispuso de ocasiones para adelantarse, algo que suele resultar clave ante rivales de inferior condición. Los problemas empiezan cuando no lo haces. Porque en estos dos años Nápoles, Rijeka, Mónaco y Sturm Graz han dado primero en Anoeta. Y si jugar contra marcador resulta siempre complicado, mucho más en Europa.

Pese a todo dispuso de buenas ocasiones para el 1-0 porque Aihen abrió la puerta por la banda izquierda con la complicidad de Januzaj y Silva lanzó a sus compañeros de ataque en cuanto le caía algún balón en zona de tres cuartos a la espalda de Ljubic y Prass. Fue un partido en el que para llegar al área no hizo falta elaborar demasiado. Al menos en la primera parte.

En estrategia la tuvo Le Normand en un cabezazo que salvó Affengruber cuando iba adentro. Sorloth, en su mejor acción individual fuera del área, se escapó de Affengruber tras un balón en largo, cedió a Portu pero éste calculó mal el pase a Silva. El murciano tuvo el último remate pero Affengruber, que fue quien la había liado, terminó evitando el gol.

Sorloth, tras un balón que rebañó Merino a Wüthrich, también pudo batir a Siebenhandl, lo mismo que Januzaj con un duro disparo que desvió el meta austriaco, que se sacó en el Reale Arena la espina de su error en el gol de Isak hace dos semanas.

El primer paso para encarrilar bien la noche había fracasado, porque la Real no había marcado. Y el Sturm Graz era valiente en su planteamiento, con acumulación de jugadores en campo contrario. Aihen ya había bloqueado un disparo peligroso de Jantscher dentro del área y Remiro había tenido que emplearse a fondo para enviar a córner un disparo desde fuera del área de Ljubic. El mínimo descuido podía pagarse.

En el minuto 38 golpeó el cuadro visitante tras un jugadón. Siebenhandl jugó en corto un saque de meta con el central derecho Geyrhofer bien abierto. A la Real le costaba detectar cómo presionar la salida de balón contraria con hasta cinco jugadores abriendo el campo. El austriaco avanzó y buscó en largo a Sarkaria la carrera con Le Normand en banda. El bretón perdió el duelo y el pase de la muerte a Jantscher para que empujara fue todo uno. Una jugada que demostró la ambición en su propuesta de un equipo con una idea atractiva.

El tanto desató un chaparrón que parecía llevarse por delante las ilusiones europeas de la Real, pero quedaba la segunda parte y nadie se iba a dar por vencido.

En partidos atascados el balón parado suele ser un buen recurso. Sobre todo cuando perteneces a una liga más competitiva en la que eres más poderoso en los duelos individuales y tienes a futbolistas más técnicos en la ejecución de los lanzamientos. La Real ejecutó hasta 19 córners y de alguno tenía que obtener petróleo. Le Normand ya había estado a punto de marcar en la primera parte y al inicio de la segunda el que lo hizo fue Sorloth tras una jugada de pizarra. Januzaj, que había provocado el saque de esquina jugando como extremo izquierdo, la puso tocada al primer poste, Zubeldia ganó de cabeza y el noruego remachó en el área pequeña. Quedaban cuarenta minutos por delante para completar la remontada.

En otro córner pudo llegar el segundo con la misma mecánica aunque otros protagonistas. Januzaj la puso en juego pero esta vez fue Sorloth quien prolongó y Merino el que remató. Ljubic estuvo providencial para sacarla.

El partido era tan intenso que los dos entrenadores apenas hicieron cambios para que el juego no se resintiera. Imanol dio entrada a Barrenetxea por un desafortunado Portu con la intención de ganar mordiente por fuera. El donostiarra dejó detalles técnicos en corto pero no gozó de grandes ocasiones más allá de un remate forzado en el 86.

Januzaj y Silva llevaban el peso del juego en el último tercio del campo pero costaba encontrar huecos en la muralla austriaca. Sorloth y Zubimendi tuvieron una doble ocasión que sacaron entre Siebenhandl y Ljubic, de nuevo. Con Isak ya en el campo el sueco firmó una gran acción de control y remate pero se topó con Siebenhandl.

En el minuto 93 la victoria pudo llegar en otro córner botado por Januzaj. Merino ganó la primera acción y Zubeldia remachó a la red en posición de fuera de juego. Le sobró unos milímetros. Ahora habrá que remar duro ante Mónaco y PSV para acceder a la siguiente fase.

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