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Mikel Oyarzabal, a su llegada al aeropuerto de Hondarribia tras volver de la selección. F. DE LA HERA

Real Sociedad

El esguince de Mikel Oyarzabal no es tan grave

El capitán realista no tiene dañados los ligamentos ni la sindesmosis y ya trabaja en el gimnasio de Zubieta para volver cuanto antes a la competición

Miguel González

San Sebastián

Martes, 10 de septiembre 2024, 02:00

Dios aprieta pero no ahoga. La semana arranca con buenas sensaciones en Zubieta porque la lesión de Mikel Oyarzabal no reviste tanta gravedad como ... parecía en un principio, lo que siempre es una gran noticia considerando la importancia y la ascendencia del capitán en el equipo. Tanto en lo tangible como en lo intangible. Por algo es el 'buque insignia' de la Real, como lo definió Aperribay hace un mes en una de sus comparecencias ante la prensa en el Reale Arena.

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La imagen del eibartarra retorciéndose de dolor sobre el mismo césped en Belgrado y que fuera evacuado del terreno de juego en camilla encendieron las alarmas en la afición txuri-urdin, más si cabe después de ver la cara tan seria con la que regresó al aeropuerto de Hondarribia el viernes tras abandonar la concentración de la selección. El parte médico que ofreció la Federación Española habló de un esguince de «alto grado» de su tobillo izquierdo, sin precisar más sobre su estado.

Como suele ser habitual en estos casos, los servicios médicos de la Federación enviaron a la Real las pruebas a las que sometieron al jugador, que el propio club complementó el fin de semana para tener un diagnóstico más detallado de su lesión. En ellas se pudo apreciar que no hay lesión ósea, que no está afectada la sindesmosis y que tampoco están dañados los ligamentos más allá de la propia dolencia derivada de la torsión de la articulación. Sin duda, una buena noticia teniendo en cuenta que el cuadro blanquiazul arranca el sábado un calendario que le llevará a doblar partidos cada semana en los próximos tres meses y medio hasta navidades y que Imanol necesitará echar mano de todos sus efectivos.

Las claves

  • Alivio: Las pruebas médicas han descartado que el esguince de tobillo lleve asociado lesiones óseas o que esté afectada la sindesmosis

  • Recuperación: El jugador recibe sesiones de fisioterapia y trabaja con ejercicios que favorecen la movilidad de la articulación y su fortalecimiento

  • Pazos Su regreso depende del dolor que sienta en el tobillo y cómo lo gestione, pero no se perderá demasiados partidos

Establecer una fecha para su regreso a la competición, eso sí, aún es aventurado porque depende en gran medida de cómo evolucione la lesión y de sus sensaciones. La primera actuación de urgencia en el mismo estadio consistió en inmovilizarle la articulación mediante un vendaje compresivo para reducir la inflamación. De ahí que se le viera caminar con muletas tanto en Belgrado como al llegar al aeropuerto de Hondarribia.

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Superada esa primera fase inicial, desde que volvió de la selección hace cuatro días se ha puesto manos a la obra en su recuperación con sesiones de fisioterapia en Zubieta para ayudar a absorber con mayor facilidad el hematoma que aparece con el esguince. Al mismo tiempo, está realizando ejercicios de rehabilitación en el gimnasio para favorecer la movilidad y mantener la fuerza del tobillo. Como es lógico, la sensación de dolor puede ser intensa en estos primeros días al trabajar una zona dañada, pero acelera el proceso de recuperación. Aquí es clave mantener un equilibrio en la actividad para no pasarse ni por exceso ni por defecto. Sus sensaciones serán las que vayan marcando las distintas fases de su regreso a la competición, pero hasta ahora son bastante buenas.

Sin lesiones previas de tobillo

Oyarzabal no es un jugador que haya sufrido muchos problemas de tobillo desde que debutara hace nueve años con la Real en Primera División, lo que invita al optimismo al no tener la articulación dañada previamente. Su lesión más importante fue en el cruzado de la rodilla izquierda en 2022 y el resto han sido roturas musculares que no le han hecho perderse demasiados partidos. A finales de 2020 estuvo de baja cinco encuentros y un año más tarde se ausentó en siete. En febrero de este año recibió un fuerte golpe en el muslo en Girona en un choque con Gazzaniga que le provocó dos lesiones musculares y no jugó cuatro partidos, uno de ellos el de ida de la eliminatoria de Champions ante el PSG en el Parque de los Príncipes.

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Que la temporada apenas haya arrancado es otra cuestión a tener en cuenta, aunque en este caso favorezca un escenario de cierta prudencia hasta que su tobillo esté plenamente recuperado. Si la lesión se hubiese producido a finales de curso la respuesta habría sido diferente porque podría arriesgar más al tener para recuperarse las vacaciones por delante, un periodo que siempre favorece una curación más progresiva al no existir actividad física de por medio. En estos casos, y siempre dependiendo de la tolerancia al dolor del afectado, es habitual que los futbolistas se animen a jugar infiltrados con esguinces así viendo que no les quedan muchos partidos y que pelean por los objetivos de toda la temporada. No es el caso de ahora, por lo que la prioridad es la recuperación plena del capitán y no tanto cuándo regresa.

Un calendario cargado

Más que el tiempo que vaya a emplear en su regreso, el principal enemigo de Oyarzabal es que el calendario se comprime desde el sábado con siete partidos en 23 días hasta el parón de octubre. La Real recibe primero al Real Madrid, el próximo martes juega en Mallorca, el sábado 21 visita al Valladolid, el miércoles 25 hace lo propio con el Niza en la primera jornada de la Europa League, el sábado 28 cierra septiembre en Anoeta frente al Valencia y en la primera semana de octubre tiene otros dos compromisos en casa ante el Anderlecht, el jueves 3, y el Atlético de Madrid el domingo 6.

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La parte positiva de la situación es que la lesión se ha producido en un periodo de parón liguero, lo que le permite ganar nueve días entre el momento en el que se produjo el percance, el pasado jueves en el duelo internacional ante Serbia, y el primer compromiso de la Real el sábado contra el Real Madrid en Anoeta. Aunque no existe una fecha concreta para su regreso, la previsión apunta a que volverá a jugar antes del parón de octubre siempre condicionado a su evolución física y las sensaciones que vaya mostrando.

Así las cosas, todo hace indicar que su esguince de tobillo quedará en un susto y que no afectará en nada a su concurso en la presente temporada. Hasta el momento Oyarzabal había sido titular en tres primeras jornadas pero en la tercera, contra el Alavés en Anoeta, fue expulsado, por lo que fue baja en Getafe por sanción. Para cubrir su ausencia Imanol dispone en la posición de delantero centro tanto de Sadiq como de Óskarsson, el nuevo fichaje, sin olvidar la opción de colocar arriba a Becker, aunque parece que ha perdido fuerza en este comienzo de temporada.

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