Embriagados por el marco
Desde mi córner ·
El liderato momentáneo se convierte en un consuelo después de sumar un decepcionante punto ante el colista |Decepcionante empate que sirve para dormir como líder. En la balanza de la ambivalencia, qué tiene más peso. La felicidad por comandar la Liga o ... el chasco por sacar tan solo un punto en casa contra el colista. En el fútbol, como en la vida, no todo es blanco o negro, así que será mejor que nos deleitemos con esa amplia paleta de matices. En esa extensa gama de colores podemos situar a la gris Real de ayer.
La ausencia de Odegaard una jornada más no puede servir como excusa para justificar la falta de inspiración en la medular a la hora de la elaboración. Es cierto que la entrada de Januzaj como interior de derecho, aunque también cayendo a banda, no era la opción más rodada, si bien parecía la posibilidad más lógica en previsión del rival que había enfrente. Imanol Alguacil buscaba en el belga un jugador desequilibrante y con último pase en el vaticinio de un partido atascado en el que el contrario iba a acumular a muchos hombres por dentro. No sorprendió que Javier Aguirre levantara una línea de cinco en la defensa y colocara a tres hombres por delante para encontrar siempre superioridad adentro.
Los centrocampistas de la Real no crearon lo suficiente porque fueron bien anulados. Los desmarques de ruptura de Oyarzabal y Portu apenas inquietaron a un Leganés que vivía gracias a constantes ayudas. Willian José completó una de sus peores actuaciones de la temporada. Omeruo, Siovas y Bustinza le dieron la noche. El brasileño no consiguió recibir balones para trenzar jugadas con sus compañeros y las acciones en las que participó fueron intranscendentes.
Una vez que consiguió adelantarse en el marcador la Real se precipitó en el juego
Las construcciones ofensivas más claras de los realistas llegaron por fuera. El carril derecho fue más prolífico que el izquierdo, pero los blanquiazules no supieron sacarle partido con envíos certeros al área. La Real se atascó sobremanera hasta tal punto que solo acertó a ver puerta a través de un saque de esquina. Con el 1-0 parecía que los donostiarras habían resuelto lo más complicado del partido, pero el comportamiento de los jugadores indicó todo lo contrario.
El cuadro txuri-urdin no pudo gestionar de peor manera la ventaja en el marcador. El gol de Merino desconectó totalmente a los guipuzcoanos que persistieron en el error de querer atacar de forma precipitada. La Real intentó ser innecesariamente directa conectando envíos largos a Portu, que fueron defendidos sin problemas por la zaga pepinera. En vez de abusar de la posesión, que en la primera mitad llegó hasta el 78%, los locales regalaron la pelota absurdamente.
El conjunto madrileño, que para entonces ya contaba con su máxima amenaza en el campo, En-Nesyri, se creyó que podía empatar y lo logró del modo más previsible. Gracias a un centro lateral. Los hombres de Javier Aguirre ya habían avisado de su potencial en este tipo de acciones en el primer acto y los blanquiazules no supieron contrarrestarlo como es debido.
La Real se embriagó del marco incomparable que lució en su camiseta. No tomó en serio a su rival una vez que se adelantó en el marcador y pagó caro su confianza con un empate que sabe a muy poco pese a situarla por el momento en lo más alto de la clasificación. La realidad es tan caprichosa que hace que el liderato nos parezca un consuelo menor.
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