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Brais pugna con Camavinga por un balón. José Mari López
El análisis táctico

La diferencia estuvo en la puntería

La Real hizo muchas cosas bien como para no irse con un marcador adverso al Bernabéu pero le faltó el acierto en el remate que sí tuvo Endrick

Miguel González

San Sebastián

Jueves, 27 de febrero 2025, 01:00

Resulta increíble que en los 180 minutos jugados contra el Madrid en Anoeta esta temporada la Real se haya ido sin marcar un gol, pero así es el fútbol. Las tres ocasiones de Oyarzabal, la inicial de Kubo, el disparo de Barrene, otro remate de Brais... Ninguno encontró el objetivo o se topó con un Lunin inspiradísimo que fue clave en la ventaja adquirida por los suyos. Aún queda la vuelta, pero remontar en el Bernabéu no será precisamente fácil. No con la puntería de anoche.

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    La presión alta provoca las primeras ocasiones

La Real entró al partido con valentía, como lo hizo el año pasado en Champions ante el Inter o el Benfica o esta misma temporada en Liga contra el propio Real Madrid. Dejando atrás a tres jugadores en individual, presionó fuerte arriba con Oyarzabal y Brais a los centrales, Tchouaméni y Rüdiger, con Kubo y Barrenetxea cortando la trayectoria de pase hacia los laterales, Sucic fijando a Ceballos y Zubimendi yendo a por Bellingham. Fruto de esa buena presión avanzada llegaron en los primeros cinco minutos las ocasiones de Barrenetxea, con un disparo alto, y la de Kubo tras pared con Brais que acabó repeliendo Lunin con apuros. El conjunto blanco respondió retrasando a Camavinga para hacer salida de tres y salvar esa presión txuri-urdin. A partir de ahí comenzó a tener el balón y la Real se vio obligada a ceder metros hasta que volvió a ajustar las marcas en campo contrario. Lo que pasa es que cuando lo hizo ya iba por detrás en el marcador.

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    Una pérdida en el eje, tanto en contra

En ese primer cuarto de hora la Real se cuidó mucho de no meter balón por dentro y prefirió combinar por fuera para no arriesgarse a sufrir las contras de un rival tan vertical cuando recupera. Un mal cálculo de Zubimendi en la anticipación a Bellingham lanzó a Vinicius al ataque. Frente a equipos tan directos hay que tener especial cuidado en no perder en el eje del campo, esa línea imaginaria que va de portería a portería. Pero la tentación de romper por ahí en conducción era grande, y al minuto 19 lo intentó el de Ulia para encarar área contraria. Vinicius, en una gran acción defensiva, forzó la recuperación y el Real Madrid fabricó la jugada del 0-1. Endrick y el propio Vinicius aseguraron los dos primeros pases tras robo y Bellingham lanzó en largo a la carrera del primero. La Real encadenó dos errores graves en un segundo que facilitaron la ventaja al adversario. Zubeldia persiguió al rival en vez de tirar la línea y provocar el fuera de juego, y Remiro no estuvo lo suficientemente adelantado para haber dificultado la acción final del madridista con su control largo. Se complicaba la eliminatoria.

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    Barrene rompe entre Ascencio y Tchouaméni

La Real reaccionó recuperando la presión alta inicial y buscando en ataque a Barrenetxea en el intervalo entre Ascencio y Tchouaméni. Bien para encarar al primero por dentro, por su perfil débil, o para profundizar hacia línea de fondo con la complicidad de los envíos de Sucic. El donostiarra, que ya lo había intentado en el minuto dos, repitió acción en el 42 para obligar a Lunin a lucirse. Poco después dejó retratado a Ascensio, que tuvo que pararle con tarjeta. En ese tramo anterior al descanso también la tuvo Oyarzabal, en este caso después de que Brais sacara al primer central, y en la reanudación Barrenetxea puso un caramelo al capitán que salvó Lunin.

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    Difícil robar si el árbitro carga de faltas a la Real

Sánchez Martínez tuvo gran influencia en el desarrollo del partido. No por cometer errores graves, sino porque castigó con cantidad de faltas que no lo fueron los intentos de la Real de robar en campo contrario. Hasta Imanol perdió los nervios en la banda para recriminarle su doble rasero –17 infracciones señaló a los realistas frente a 9 de los blancos–. Si le cortas las alas a un equipo que quiere presionar y no le dejas hacerlo, estás condicionando el juego de una forma importante. A ver si en la vuelta hay más suerte con el colegiado...

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    Importante no encajar el segundo gol

La Real perdió algo el control del juego en la segunda parte cuando se marcharon Barrene y Sucic, ya que el Real Madrid comenzó a ganar presencia en el centro del campo y tuvo dos buenas opciones con Bellingham que desbarató Remiro. Un segundo tanto habría sido definitivo y ahí aguantó el tipo ante un rival que está en un buen momento como demostró en la eliminatoria contra el City al que le endosó un global de 6-3.

El conjunto de Imanol tuvo más balón que el rival, generó más peligro pero le faltó, como tantas veces esta temporada, concretar en el área contraria. Y eso, a estos niveles, se paga. Queda el segundo 'round' y cosas más difíciles se han visto. La Real ya sabe lo que es ganar dos veces con Imanol en el Bernabéu.

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