Alguien tendrá que hacer de Ander Guevara

Viene el Real Madrid y faltan efectivos en la medular. Alguien tiene que hacer de Ander Guevara. De ese centrocampista que emerge de la nada y como si nada para mantener firme, y bien firme, el rumbo de una nave a quien los pronósticos auguran un naufragio.

Es exactamente lo que hizo el gasteiztarra el 15 de marzo del año pasado, en un partido en casa contra el Levante que la Real afrontaba tras salir goleada de Sevilla y sin sus referentes en el centro del campo. Ni Illarramendi, ni Zubeldia estaban disponibles aquel día. Imanol no solo convocó a Guevara, jugador entonces del Sanse. Le puso de titular. El chaval se hinchó a robar balones y dirigió el juego con atrevimiento. Como si fuera el pivote titular del primer equipo desde hacía tiempo.

Terminó aquella campaña 2018/19 con el Sanse, pero arrancó la siguiente en el primer equipo. Buen fichaje. Corría la sexta jornada cuando Imanol le volvió a colocar en el once. Fue un partido en casa contra el Alavés. Necesitaba sorprender a Asier Garitano, técnico de aquella Real unos meses antes. Y el canterano volvió a brillar haciendo de tercer hombre con los centrales en la salida de balón -tarea que se antoja necesaria hoy, un año después- y filtrándose de interior en ocasiones para, por ejemplo, iniciar la jugada del 1-0.

Desde entonces, el alavés ha adquirido galones. Ha rondado los mil minutos de vuelo en la pasada campaña, entrando cuando había bajas, y también cuando no las había. Ahora vuelve el contexto que le catapultó al primer equipo y Ander Guevara es el primer candidato a hacer de sí mismo. Con Illarramendi, Guridi, Zubimendi y Zubeldia con problemas físicos, el míster debe reinventar un centro del campo para medirse con garantías nada menos que al campeón de Liga.

¿A quién poner junto a Mikel Merino en la medular? Es hoy la pregunta con mayúsculas. Más allá de soluciones extravagantes, que caben perfectamente en una plantilla con jugadores polifacéticos y de calidad, la opción natural de plantar en la sala de máquinas a un centrocampista específico apunta al nombre de Ander Guevara. Si no fuera porque sale de una lesión de tobillo y lleva sin jugar desde aquel partido fantasma de Ipurua del 10 de marzo, su apuesta sería segura. Imanol, al menos, dijo ayer que le ve preparado.

Solo el propio jugador y el cuerpo técnico de Imanol saben cómo está para jugar. ¿Y si no está como para garantizar un alto rendimiento desde el inicio? El míster avisó la semana pasada: «Vamos a tener que echar mano de la cantera. Y no solo del Sanse». Sabía lo que decía. Pensaba en Urko González de Zárate, canterano de 19 años que ni siquiera ha jugado en Segunda B y que ha sido reclamado por el primer equipo esta pretemporada directamente desde la Real C de Tercera División. Para cuando Imanol pronunció esas palabras, ya había visto jugar a González de Zárate unos minutos en Villarreal -de central- y como titular contra el Alavés en Zubieta. El chaval se manejó con soltura y lució una salida de balón de categoría, con golpeos en largo solo al alcance de futbolistas con clase. Claro está que ante el vacío que se abre en la medular txuri-urdin, también él quiere hacer de Guevara, gasteiztarra como él y cuyo recorrido querría imitar. El técnico no le descartó en la rueda de prensa de ayer.

Ocurre que la apuesta de alinear al chaval sería aún más atrevida que la que en su día tomó Imanol para sacar a Guevara en el once inicial contra el Levante. Pasar de Tercera a enfrentarse al Real Madrid de un día para otro supone dar un salto mortal hacia adelante. Eso no importa a quien debe tomar la decisión. Si piensa que puede dar un buen rendimiento... Además, González de Zárate podría encajar también en un sistema de cinco defensas, compartiendo eje de la zaga con Llorente y Aritz -o Le Normand en ausencia de uno de los dos- para facilitar el inicio del juego gracias a sus buenas aptitudes para mover el balón.

El dilema no se reduce a la elección entre Ander Guevara o Urko González de Zárate. Pese al elevado número de bajas, las alternativas son varias si se mueven algunas piezas de su posición más natural. También Mikel Merino sabe hacer de Guevara. El navarro podría jugar de pivote único, con dos hombres más adelantados que podrían salir del grupo que forman Roberto López, Mikel Oyarzabal, David Silva, Adnan Januzaj o el propio Jon Ander Olasagasti, otro canterano que se ha entrenado últimamente con el primer equipo y puede ejercer de volante.

Y si optara por una defensa de cinco, bastarían dos futbolistas de todos ellos para sujetar el centro del campo con atacantes rápidos como Portu, Isak y Barrenetxea para jugar al espacio. En definitiva, ¿quién dijo que la Real era un equipo previsible? Que le pregunten a Zidane qué esquema va a tener su rival mañana y con qué jugadores va a salir.

Pase lo que pase, la misteriosa alineación de mañana dejará un precedente inédito que, en función de su resultado, podría ser recuperado a lo largo de una temporada con hasta cinco frentes abiertos y partidos cada tres o cuatro días a partir de mediados de octubre. Y quién sabe si la jornada de mañana no supone un bautismo en la élite de otro Guevara, otro Zubeldia u otro Zubimendi, hoy asentados en el primer equipo tras aprovechar oportunidades como la que se presenta mañana.

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