Cuando las cosas se hacen bien

Hoy es día para celebrar, para reafirmar que este modelo instaurado en la Real tiene éxito, pero en cuanto acabe el partido ante el Atlético hay mucho por hacer. El verano va a ser largo.

Aperribay, Olabe e Imanol tienen trabajo porque hay jugadores en la plantilla que no aportan y a los que hay que buscar una salida. De la misma forma, el billete europeo hará que otros que quizás se habían planteado salir, ahora no escuchen ofertas. Europa se ha convertido en una necesidad para la Real.

En cualquier caso, más allá de quienes formen la plantilla de la próxima temporada, es que el entrenador no cambia. Lo que ha conseguido Imanol va mucho más allá de entrar en Europa o no. Es más profundo y de mayor calado. Se podría decir que llega hasta la médula competitiva de este equipo. Esta Real es otra, juega con ambición y grandeza de espíritu, nunca especula y busca el protagonismo en el juego aunque ello a veces ello le cueste un derechazo en la mandíbula. Podrá estar más o menos acertada, pero juega y se comporta como un grande. Los partidos que nos dejó la Real en la fase de grupos de la Champions son para ponerlos en bucle. Qué manera de jugar a fútbol.

Por eso Imanol también sabe que el listón de la exigencia va a ser más elevado si cabe. Lo saben los rectores del club y lo asume su responsable técnico. Se buscan mejores resultados en Europa, pasar eliminatorias –Imanol sigue sin conseguirlo– y, por supuesto, mantener un mejor juego durante más tiempo. Aspirar a ser uno de los candidatos a ganar la Europa League puede ser un objetivo. Eso sí, por encima de todo, hay que tener presente que la gente quiere divertirse, sentirse orgullosa del fútbol. Y eso esta temporada no ha ocurrido siempre.