El viento de Txillarre sopla de nuevo
Otegi y Eguiguren han mantenido el diálogo en el caserío de Elgoibar. Su último encuentro, hace 20 días
Jesús Eguiguren pronosticó en su último encuentro organizado por El Diario Vasco con José Luis Rodríguez Zapatero para hablar de los diez años sin ETA ... que la izquierda abertzale parecía dispuesta a dar un paso en la dirección adecuada, es decir, para distanciarse críticamente de su pasado. Zapatero compartía la reflexión. «Se lo pido y lo esperamos», confesaba el expresidente del Gobierno tras destacar el papel de Otegi en su apuesta por las vías democráticas. No hablaban a humo de pajas. Seguramente pesaba la relación directa de Eguiguren con Otegi, un juego cómplice que a muchos sigue sorprendiendo, pero que explica cómo se aceleran determinados movimientos en la política vasca. Un canal que sigue abierto, incluso con esos encuentros en Txillarre, el caserío de Elgoibar que fue el escenario del diálogo inicial en el que comenzó a gestarse en 2000 el principio del fin. El último encuentro se celebró hace 20 días.
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La respuesta clara de Patxi López, como nuevo secretario de Memoria Democrática de la Ejecutiva del PSOE, era reveladora ayer. López hizo una valoración muy positiva. Se centró en la apuesta novedosa de la declaración, «un punto de inflexión», según los socialistas, que eludían esta vez la «insuficiencia» que han visto otras veces ante la incapacidad de la izquierda aber-tzale para condenar la violencia.
Especial
Otegi y Arkaitz Rodríguez realizaban ayer un movimiento, que envolvieron en una solemnidad un tanto exagerada, pero que tenía su relevancia. De entrada, implica a Sortu en un período bien delicado de carácter precongresual, en pleno debate de su ponencia política. La izquierda abertzale ya no habla de víctimas colaterales del conflicto. Ayer se refería directamente a las víctimas de ETA, decía que su dolor no se debería volver a producir y que nadie se puede alegrar de que se haya prolongado tanto tiempo. El bloque de la investidura, salvo el PNV, saludó eufóricamente la iniciativa y la convirtió en la prueba del algodón definitiva que homologaba a EH Bildu con el label democrático. La coreografía parecía responder a una operación de comunicación perfectamente planificada.
La comunicación entre el PSOE y EH Bildu es una realidad que ha podido influir en la declaración
RELACIONES POLÍTICAS
Los socialistas se mostraron contundentes y su reacción tan favorable hace pensar que detrás de la declaración hay cierta trastienda. El deshielo entre el PSOE y la izquierda abertzale es una evidencia desde el momento en el que Pedro Sánchez tiene a EH Bildu como socio parlamentario. Son dos mundos históricamente enfrentados y que ahora se hablan. E incluso negocian. Eguiguren y Zapatero tienen buen predicamento entre los dirigentes de EH Bildu y, muy previsiblemente, sus llamamientos a la izquierda abertzale a que se 'mueva' en este terreno ético y político han empezado a cuajar después de años de pasividad.
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El PNV cree que tras el gesto de Otegi también anida su pretensión de ser alternativa en Euskadi
APUESTA
El papel jeltzale
La duda es hasta qué punto en este circuito entra también el Ejecutivo de Sánchez, que se dispone a recordar el fin del terrorismo y a reivindica la «grandeza de la democracia española». En este escenario el PNV puede tener la sensación de sentirse descolocado. Dirigentes jeltzales admitían ayer cierto desconcierto y consideraban que «estamos blanqueando entre todos demasiado rápido a Otegi». Y Urkullu marcaba distancias al señalar que el paso de ayer es una escenificación con claroscuros. El desmarque puede responder a reservas morales sobre la sinceridad de la maniobra de Otegi. Pero entre los jeltzales también se intuye la pretensión de EH Bildu de ser alternativa en Euskadi. Es la batalla por el poder que viene.
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