Sánchez salva el crítico pleno del 'caso Cerdán' pero el PNV condiciona su apoyo
Los socios advierten al Gobierno de que no podrán alargar la legislatura si «la corrupción escala» pero se alían con el PSOE en contra de Feijóo
No era previsible que los aliados del Gobierno decretaran ayer el fin de la legislatura por el caso de corrupción que ha llevado a ... la cárcel al, hasta hace un mes, secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y que mantiene a su predecesor en el cargo, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, imputado por pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación, pero en la propia Moncloa daban por hecho que la de ayer en el Congreso sería una sesión dura y difícil. Y ni siquiera llegó a tanto. El PP –que acusó a Sánchez de ser «partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución» por las saunas gays que poseía su suegro– habla de socios «mansos y dóciles». El Ejecutivo, de 'match ball' «salvado y muy bien salvado». «Quisieron vender la piel del oso antes de cazarlo y se equivocaron», se vanaglorian en el entorno del presidente.
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La bancada socialista celebró lo que entiende como una «segunda oportunidad» de las fuerzas que respaldaron la investidura después de semanas de zozobra y la moral baja. El PNV fue el único partido que se salió de la tónica general. Mantiene su apoyo y sigue lejos del PP de Núñez Feijóo, pero fue muy crítico con Sánchez : «Aún está a tiempo pese a que nuestra confianza va camino de la UCI». Y mostró un notable malestar por considerar que el presidente no ha dado las aclaraciones pertinentes. «No tira la toalla pero no da ni una sola explicación más allá de un 'le creí' a Cerdán, de Ábalos no ha dicho nada», apuntó la portavoz jeltzale en la Cámara baja, Maribel Vaquero. Fue una intervención dura en la que incluso sugirió a Sánchez dimitir y dejar paso a otro socialista como presidente si no logra garantizar que la corrupción no afecta ni al PSOE ni al Gobierno.
Nada tuvo que ver la intervención del PNV con la de EH Bildu, que quizás fue el grupo más laxo a la hora de lanzar sus reproches a Sánchez. La formación soberanista pidió al presidente que ataje la «corrupción estructural del Estado» y advirtió que «la crisis es muy grave» y que las medidas anunciadas son «insuficientes». Pero tendió su mano al Gobierno para «ayudar» con esos cambios y aseguró que no harán caer la legislatura. Es más, dijeron que si es por EH Bildu, el PP «nunca aplicarán su programa de involución y recentralización».
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Todos los actores, empezando por Sumar, socio de coalición del PSOE, habían apuntado a un nivel de exigencia muy elevado. El mero anuncio de que sería la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien ejerciera como portavoz de su grupo, ya apuntaba a un debate tenso. Pero Díaz, que decidió mantener su intervención pese a la muerte, anoche, de su padre, empezó por cerrar filas. «Sé que es usted honrado», le dijo pese advertir de la «angustia» de sus votantes.
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En realidad, el Gobierno siempre ha contado con un as en la manga que lo condiciona todo y es que, ninguno de quienes ayudaron a investir a Sánchez –salvo quizá Podemos– quiere ir a elecciones en este contexto y mucho menos retratarse junto al PP y Vox en una eventual cuestión de confianza o, menos aún, una moción de censura. Y, aunque no se dieran por satisfechos con las someras explicaciones de Sánchez, de momento, creen que es mejor aguantar.
Agenda social e identitaria
Sin perder esto de vista, el jefe del Ejecutivo tuvo la cautela de incluir entre sus propuestas muchas de las ya sugeridas por los grupos en las últimas semanas para facilitarles el discurso. A lo más que llegaron grupos como ERC o el PNV, fue a advertir lo que, en realidad, llevan diciendo un mes, que si el caso «escala» y se descubre que el PSOE se ha financiado ilegalmente, ya no podrán contar con su apoyo. De lo que ya no cabe duda es de que, quede lo que quede para unas elecciones que los socialistas insisten situar «cuando toca», en 2027, la guerra sin cuartel entre socialistas y populares ha subido otro escalón.
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