Sánchez confía en no reventar la legislatura

En el PSOE y en la Moncloa se da por casi seguro que iremos a unas elecciones anticipadas en Madrid, a pesar de que el asunto -un embrollo jurídico sin precedentes- tenga que dilucidarse finalmente en los tribunales. Los socialistas creen que se han impuesto las tesis de Miguel Ángel Rodríguez, asesor de la presidenta regional, y que Isabel Díaz Ayuso va a ser una candidata absolutamente hipotecada en su relato por Vox, con un discurso contra la izquierda que forma parte de la 'guerra cultural' que patrocina un sector de la derecha española, el más afín a los planteamientos conservadores de José María Aznar, que, según se interpreta en Ferraz, se encuentra en la sombra moviendo los hilos de la trastienda con su apuesta por la reunificación del centro-derecha. La batalla de Madrid sería el primer episodio de esta disputa a largo plazo por la reconstrucción de un proyecto liberal-conservador con opciones para recuperar el poder y superar la actual fragmentación.

Pero ahora los socialistas tienen que dar con las teclas y acertar en la respuesta. En concreto, buscan una movilización del electorado progresista que deje atrás el cansancio y la frustración del voto de izquierdas, cansado de la división en su seno y de las escaramuzas que en su momento impidieron una mayoría de izquierdas al frente de la Asamblea Regional. El PSOE cree que, más allá de los puntos fuertes y débiles del perfil de su candidato, Ángel Gabilondo, el verdadero flanco vulnerable se produjo en el electorado de Podemos, desconcertado por la escisión de 'Más Madrid' liderada por Íñigo Errejón. Esa fractura, en su opinión, fue determinante para impedir el vuelco político en la Comunidad.

Descartado, de entrada, un hipotético 'efecto Illa' en los comicios del 4 de mayo, Pedro Sánchez está dispuesto desde hace tiempo a mover el banquillo del partido y revitalizar el músculo del mismo con dirigentes que tengan suficiente tirón en las federaciones territoriales y se conviertan en activos que logren incorporar a nuevos sectores. Un elocuente botón de muestra sería la operación de Salvador Illa en Cataluña si bien en el PSOE se matiza que las realidades nunca son comparables y que el PSC ha salido muy fortalecido por el fuerte desgaste provocado por el secesionismo gobernante.

En todo caso, los socialistas necesitan en mayo hilvanar una estrategia en Madrid que evite el trasvase del voto de Ciudadanos al PP y que permita a los naranjas ejercer un papel de aliados en la futura Asamblea regional. Un verdadero encaje de bolillos sobre todo porque el PP va a explotar un discurso muy polarizado entre la derecha y la izquierda que complica considerablmente el terreno de juego a la formación que lidera Inés Arrimadas.

No obstante, en Moncloa se mantiene la confianza en que el pulso abierto en la Comunidad de Madrid no desestabilice el desarrollo de la legislatura, ni dinamite el acuerdo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, ni resquebraje el inestable sistema de alianzas fraguado desde la investidura de Sánchez, en enero del pasado año.

El PSOE es consciente de que Díaz Ayuso ha efectuado un movimiento de alto riesgo, que va a jugar sin complejos a la 'guerra cultural' contra la izquierda y su primer mensaje de 'libertad o socialismo' ya es premonitorio de una campaña muy virulenta contra el PSOE y Unidas Podemos, con la que pretende absorber a una buena parte del electorado liberal de centro. Sobre todo en un ecosistema político tan ideologizado como es Madrid. Una jugada delicada que puede hipotecar la estrategia de Pablo Casado y dificultar su alejamiento de Vox.

En Moncloa tienen clara la tesis. No es que el PSOE haya emprendido «un giro ideológico» hacia el centro. Eso lo quieren dejar claro frente a los sectores del PSOE temerosos de un desdibujamiento de las señas de identidad de izquierda del partido. «Somos el centro de gravedad y giran todos hacia el presidente», replican en el entorno de Sánchez a la hora de referirse e la 'expansión' del PSOE hacia el electorado más moderado, sin descuidar su vertiente sociológica orientada más a la izquierda. Los socialistas preparan una ofensiva en toda regla en el electorado más joven sobre el alto riesgo de un pacto entre el PP y Vox. La campaña madrileña ha comenzado y no se va a andar con medias tintas.