El PSE se envuelve en la bandera de las reformas de Sánchez tras el descalabro electoral de Madrid

La semana anterior había sido convulsa para la familia socialista. Iceta, -el mismo que tomó en su día las riendas del PSC «porque yo no dejo tirado a mi partido»- lo sabía y por eso se empeñó en lanzar un mensaje optimista en su visita a Euskadi frente a la inquietud porque el impacto del 4-M pueda complicar la legislatura de coalición de Sánchez. «Parece que en Madrid empieza y se acaba todo», bromeó Iceta por la resaca madrileña. La visita servía pues para inyectar una dosis de moral, como antídoto frente a la resignación. Porque el PSOE, aunque nadie se 'mueva' en la foto, está aún en plena digestión de su sonora derrota electoral frente a Isabel Díaz Ayuso.

Miquel Iceta defendió ante la ejecutiva del PSE la voluntad de Pedro Sánchez de completar el Estatuto y señaló que «este es un Gobierno que está a lo que tiene que estar, también a tener una relación normalizada con las autonomías». A su vez, la secretaria general del PSE y vicelehendakari segunda, Idoia Mendia, reivindicó el papel de los socialistas vascos en la defensa de la culminación del Estatuto, ya que en sus dos últimos acuerdos de gobierno con el PNV, subrayó, figuraba también este compromiso.

La presencia de Miquel Iceta en la ejecutiva del PSE no es anecdótica. Los socialistas vascos han tenido sobre todo en cuenta su condición de primer secretario de los socialistas catalanes para explicar su intervención. En el PSE siempre ha incomodado sentirse 'puenteados' por la relación entre algunos ministros del Gobierno y el PNV. No es el caso. En esta ocasión, Iceta, que tiene una fluida comunicación con los jeltzales, solo ha tenido encuentros institucionales y con el PSE.

En todo caso, el ministro de Política Territorial ha vuelto a avalar el entendimiento con los nacionalistas vascos como una pieza esencial. Entre otras cosas porque gobiernan juntos en Euskadi en ejecutivos de coalición.

Con anterioridad a su reunión con la Ejecutiva, Miquel Iceta mantuvo un almuerzo privado con los principales dirigentes del socialismo vasco. El ministro, que es una de las figuras del Ejecutivo de coalición con mayor perfil político, recordaba a sus interlocutores el reciente triunfo electoral del socialista Salvador Illa en Cataluña para relativizar la idea de que 'lo de Madrid' pronostica un cambio de ciclo en la política española.